Vistos el inicio de la nueva etapa del diálogo entre el Gobierno y representantes de las oposiciones, formalizada y legitimada mediante Memorándum de Entendimiento, ratificado por la Asamblea Nacional, pospongo el segundo escrito sobre la Gran Misión Decolonización para describir a grandes rasgos el contexto geopolítico del proceso que esta vez se desarrolla en México.
Desde un punto de vista global, Venezuela, nuestra querida Venezuela, está inmersa:
en el modelo civilizatorio occidental y su sistema económico capitalista mundializado bajo diferentes presentaciones, pero regidas todas por la lógica del capital,
en una crisis ecológica planetaria responsabilidad de los poderes privados y públicos beneficiarios del modelo, no suya ni mía, ni de "la humanidad",
en una competencia por la hegemonía mundial entre EEUU, China y Rusia, sus socios y protegidos, y
en un Orden Internacional en crisis con las consecuentes tensiones y enfrentamientos entre quienes lo defienden y quienes luchan por transformarlo.
Y desde un punto de vista más local:
en una otrora gran nación balcanizada, percibida y tratada como "colonia", como "patio trasero", por el aún dominante imperio estadounidense,
en las idas y venidas de lucha compartida con países hermanos por la independencia, la soberanía y el derecho a la autodeterminación de los Pueblos,
en las también idas y venidas por concretar la históricamente inevitable unión latino caribeña, y
en una profunda crisis interna causada fundamentalmente por la guerra multifacética y las medidas coercitivas unilaterales de EEUU contra nosotros.
Contexto nada favorable a la continuidad y efectividad del diálogo, convocado cientos de veces por los presidentes Chávez y Maduro y sistemáticamente desatendido o abortado por los agentes del mandante norteño, tal como lo reseña Clodovaldo Hérnandez en su último artículo "Historia de las mentiras opositoras y mediáticas sobre el diálogo con el rreégimen". Mandante urgido en este momento a expandir su presencia en El Caribe y mantener bajo control a toda Latino América para compensar sus fracasos en Oriente y en África y poder competir mundialmente como un poderoso bloque, así como para contar con recursos que le permitan financiar "el estilo de vida americano".
Evidencias de lo complicado del panorama: la negativa del presidente Biden a conversar directamente con nuestro Gobierno y el nuevo ataque desde Colombia anunciado por el presidente Maduro. Frente a ello, los venezolanos estamos obligados a apoyar una vez más la iniciativa de diálogo, esperando sea definitiva y exitosa. Que derive en políticas respetuosas de nuestra Constitución y de nuestros derechos como Colectivo Pueblo sujeto histórico del proceso bolivariano.
Venceremos