El Bolívar de la carta de Jamaica

Simón Bolívar fue un hombre que evolucionó en toda su vida, el hombre de la Carta de Jamaica emerge con una personalidad diferente, cuando comienza la revolución en contra de la Vieja España, era uno de los hombres más ricos de las colonias españolas y cuando llega a Jamaica en aquel mes de mayo de 1815 era un hombre pobre.

No había podido llevarse nada y dependía de sus amigos para poder subsistir, pero como lo definían sus enemigos, Simón era más peligroso vencido que vencedor.

Del soñador inquieto dio paso a un escritor de gran profundidad, del mantuano rebelde cedió a la transformación de un insurgente sensato, del oficial de la clase mantuana se transformará en el guerrillero esforzado, del demagogo apasionado al político preclaro, sin lugar a dudas el destierro va madurando al gran hombre.

De la expatriación surge un nuevo combatiente que entiende perfectamente que la tiranía es la causa de la guerra y que el valor es superior al número y la habilidad es preferente al valor.

En 1815 llega a América un ejército profesional, vencedor de los franceses en España, muy bien equipados, con armas y recursos comandados por un destacado militar como lo era el General Pablo Morillo.

En esos tiempos Bolívar tenía treinta y dos años, estaba formado por la arcilla latinoamericana, su generosidad no tenía limite y será difícil encontrar en la Historia un ejemplo de su entrega y sacrificio, Simón daba todo lo que poseía y asumía deudas para ayudar a sus amigos.

Cuando había arribado a Jamaica fue objeto de una cordial bienvenida, el Duque de Manchester; Gobernador de la isla; lo invito a cenar, pudo percibir que si bien Bolívar era un hombre agotado, tenía una gran convicción en la próxima Independencia de su Patria.

Había pensado Bolívar obtener ayuda para su causa de Inglaterra y tuvo el propósito de dirigirse a Londres. Buscando ayuda había dirigido cartas al Duque de Manchester, a Sir Richard Wellesley y a Maxwell Hyslop.

Los ricos comerciantes de la isla a pesar de estar en contra de la Independencia de América, la simpatía de Simón los arropó, inspirándoles admiración por la pasión con que defendía la causa de la Libertad.

Tuvo el caraqueño que compartir su habitación con varios compatriotas que estaban refugiados, disponía de poco espacio aquel que otrora fue uno de los hombres más ricos de Caracas.

El Bolívar de Jamaica era, a pesar de todas sus limitaciones, un dandy, un apasionado al bello sexo, imposible asociarlo a una etapa de su vida en donde no apareciese un lindo exponente femenino.

Allí conoce a la hermosa Julia Cobier y el haber pasado la noche fuera de su alojamiento en los brazos de la dama le salvo la vida.

Julia era una mujer trigueña de gran belleza, de treinta y dos años, con una vida cargada de aventuras, en donde consigue Bolívar un descanso del guerrero, un entretenimiento sensual.

Los españoles sabían que mientras estuviese vivo la causa de la Independencia no se encontraba perdida y lograron sobornar a uno de sus criados para que lo asesinara.

Este hombre que había estado al servicio del caraqueño desde muy temprana edad, de nombre Pio, creyendo que Bolívar estaba acostado en su hamaca apuñaló a la persona equivocada, que era un venezolano de nombre Félix Amestoy.

El hombre al ver la hamaca ocupada creyó que era el Libertador su ocupante y asesino a Amestoy, los gritos de la víctima despierta al otro sirviente que corre a avisar a Bolívar de lo que había ocurrido y es apresado por el caraqueño.

En la oscuridad el sirviente se equivoca de víctima y es capturado siendo ahorcado por las autoridades de la isla.

El sirviente confeso el crimen aduciendo que fue contratado por un español enviado por el mismo Morillo.

En esos momentos Bolívar escribe unos de sus escritos más importantes donde vislumbra el futuro de Nuestra América para los próximos cien años.

Lo que hoy es conocida como la Carta de Jamaica es una amplia "Contestación de un Americano Meridional a un Caballero de esta Isla", aquel 6 de septiembre de 1815, siendo un grito de esperanza para la liberación de la naciones hispanoamericanas, aunque no quedaban libres sino Río de la Plata y Nueva Granada.

En esta misiva manifiesta su dolor por la indiferencia de "los hermanos del Norte" a la causa de la libertad.

El Libertador se sitúa en la Carta en un dominante plano de conciencia y conocimiento de la historia americana, discierna sobre la historia como si la hubiese estado varios años estudiando.

Anticipa el futuro inmediato de los países de la América Española y reconoce lo grandioso que sería unir bajo un solo gobierno los pueblos de Nuestra América, siendo una importante idea de "pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vinculo que ligue sus partes entre sí y con el todo."

Con este documento nos enseñó Bolívar que tenemos Patria y esa Patria es América.

Así fue el Genio de América en Jamaica.

Simón Bolívar gracias a un préstamo final de comerciante Hyslop se dirige a Haití donde gobierna Petión, desembarcando en el Puerto de Los Cayos comenzando otra etapa en la vida del Caraqueño Inmortal.



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José Rosario Araujo


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