Muy pocos hemos escuchado hablar sobre la base Diego García que se encuentra en el Océano Indico, parte del Archipiélago Chagos. Su historia comienza a fines del siglo XVIII cuando plantadores franceses llevaron a esas tierras esclavos africanos e indios procedentes de las Islas Mauricio y establecieron allí un nuevo Estado con hospitales, iglesias, ferrocarril, muelles y plantaciones, posteriormente colonizado por los ingleses. En el año 1961 fue seleccionada por los Estados Unidos como una base militar para el Imperio y el gobierno laborista Ingles de Harold Wilson junto con los gobiernos de Lyndon Johnson y Richard Nixon conspiraron para “barrer” y “desinfectar” la Isla [1]
Pero fue hasta 1966 cuando el gobierno británico expulsó forzosamente a toda su población nativa con el objeto de alquilar Diego García a Estados Unidos para que instalasen la base en el Índico. A pesar de que el Tribunal Supremo británico sentenció que la expulsión fue ilegal y que la población tiene derecho a regresar, los distintos gobiernos británicos se han negado a cumplir la sentencia.
Un responsable del Foreign Office (ministerio de exteriores británico) escribió ese mismo año (1966) que el objetivo del gobierno era “convertir a todos los residentes existentes (...) en residentes a corto plazo, temporales,” para poder exiliarlos a las Islas Mauricio. Después de haber sacado a los “tarzanes o sirvientes para todo,” tal como describiera un memorando británico a los habitantes, los británicos cedieron efectivamente el control de las islas a los estadounidenses que establecieron una base en Diego García, la que, con el pasar de los años, ha llegado a ser conocida como “Campo Justicia,” ocupada con 2000 soldados, anclaje para 30 barcos de guerra, un vertedero nuclear, una estación de satélites espía, centros comerciales, bares y un campo de golf.”
Hoy, en la desvastada Haití por el terremoto, que dejó cerca del 50% de su infraestructura por el suelo y más de 180.000 muertes, parece repetirse la misma historia cuando se intenta convertir a esa nación en la próxima Isla Diego García.
Muchos nos preguntamos por qué Haití. Es importante recordar que en el año 1915 el Presidente norteamericano Tomas Woodrow Wilson, y quien además fuera “Premio Nobel”, expresó, al invadir Haití, que fueron razones estratégicas y de interés para Norteamérica las que inspiraron la intervención en ese territorio.
Haití cuenta con una posición geoestratégica que contribuye a los intereses militaristas norteamericanos, sus habitantes y el control del mercado haitiano no es lo central. Su cara al pacifico y a Suramérica, representa la posibilidad de controlar aún más a la región y fuera de ella, anclar barcos de guerra, intervenir los sistemas satelitales (los espectros radioeléctricos de la región), los cables submarinos, etc., son unos de tantos proyectos que inspiran a la nación norteamericana por hacerse del control de ese territorio.
Pero qué hacer con sus habitantes que estorban. El día 31 de enero de 2010, durante la XIV Cumbre de la Unión Africana, el presidente derechista de Senegal, Abdoulaye Wade, expresó que “la historia de los haitianos como descendientes de esclavos africanos les daba el derecho a una nueva vida en el continente africano”, el discurso de Wade fue secundado por el actual Presidente de la Unión Africana, Jean Ping.
En 1804 el pueblo haitiano, con la declaración de independencia sellada por los jacobinos negros, había decidido quedarse en ese territorio y ser libre. Volver a África nunca fue una opción para ese pueblo, y menos ahora. Si bien parte de las tierras haitianas se consideran desvastadas posterior al terremoto, esta no puede ser una razón para aceptar una propuesta de expulsar a los haitianos de sus territorios. Haití no esta declarada como inhabitable por ningún organismo internacional.
La propuesta realizada
por el presidente de Senegal -que aparenta un gesto de “buena voluntad”-
responde a los propósitos de los Estados Unidos de sacar a los negros
haitianos de ese territorio considerado estratégico, y convertirlo
en la próxima Isla Diego García. También, la propuesta intenta repetir
la teoría del “retorno” sionista, aceptada por la “Comunidad
Internacional” en 1947, cuando se determinó a través de la resolución
181 de las Naciones Unidas reubicar a la población europea convertida
al judaísmo en el territorio palestino.
Referencias
[1] “Desinfectar
la Isla” fue la palabra utilizada en los documentos estadounidenses
que fueron posteriormente desclasificados. Ver: http://www.rebelion.org/
