El día 09 de noviembre la clase trabajadora junto al movimiento popular realizó una gran y multitudinaria movilización. Una de los ejes de esta marcha fue la Defensa del Control Obrero, entendiendo esta experiencia embrionaria como vital para la profundización de la revolución y que hoy se ve amenazada por la lógica capitalista, no sólo por la derecha sino por sectores de la burocracia estatal y sindical, quienes ven en el control obrero la oportunidad de continuar generando ganancia y acumulación de capital privado a costas de los “triunfos de la revolución”. También exigimos en esa oportunidad la discusión de los contratos colectivos vencidos, para nadie es un secreto que los empleados de la administración pública nacional hace más de cuatro años que no se discute la convención colectiva y que esa gran franja que gana solo un pequeño margen por encima del sueldo mínimo su poder adquisitivo se ha visto mermado por los aumentos solo a este último y no tomarse en cuenta a los que ganan por encima del sueldo mínimo pero que no se diferencian mucho con el mismo, me refiero a las personas que por ejemplo ganan 1400 al mes. Igualmente por todos los contratos y convenciones colectivas vencidas en el sector público y privado.
A la par levantamos la voz en contra del terrorismo patronal, de la criminalización de la protesta y contra el sicariato. ¿Acaso no tenemos el derecho a pedir respuestas ante los asesinatos de nuestros dirigentes sindicales y que aún los autores intelectuales se encuentran en total y plena libertad? ¿Acaso no tenemos derecho a protestar ante la arremetida judicial en contra de dirigentes que han actuado en su legítimo derecho a la protesta? ¿Por qué hoy se penalizan los conflictos? ¿Acaso no fue la sentencia a Rubén González la aberración judicial más grande cometida en contra del derecho a la protesta? ¿Cuántos dirigentes sindicales son objeto de medidas judiciales en franca protección al capital y la burguesía y en contra del derecho a huelga, del derecho a la protesta? ¿Cuántos de los que pagaron a los sicarios para asesinar a nuestros dirigentes están encarcelados?
Otro de los importantes ejes fue la exigencia de la discusión y aprobación de una nueva ley revolucionaria del trabajo, estamos a más de diez años de mora con la clase trabajadora. Aun nos regimos por una ley que favorece al capital y no al trabajo. Es una vergüenza que en la antigua asamblea nacional esta ley haya sido engavetada y que hoy esta nueva asamblea debe acabar con esa mora con la ley más importante después de la Constitución Nacional. Una ley que acabe con la odiosa figura del despido, que favorezca al trabajo ante el capital, que privilegie al trabajador y no al capitalista, que le devuelva el recálculo de las prestaciones sociales arrebatado por la IV República a través de la triste figura de Teodoro, por la reducción de la jornada laboral…
Por supuesto que en vista de panorama, de manera natural nuestra consigna central fuera NI Burocracia Ni Capital, porque entendemos plenamente que la derecha personificada en la burguesía explotadora, hambreadores de pueblos y los eternos expropiadores de los bienes del pueblo es nuestro enemigo histórico y eso no lo perdemos de vista, pero debemos decir que la Burocracia no se aleja de ello. No aceptamos el mensaje fatuo que la burocracia hace falta y que lo dañino es el burocratismo ¡La burocracia hace falta en un estado burgués y nosotros estamos por derrotarlo! Pero más allá de eso, esta otra personificación del capital: El Burócrata es quien hoy se convierte en una losa que impide que la revolución avance. Es la que acumula de manera privada capital, no a través de la explotación sino usufructuando el dinero del Estado que es el dinero del Pueblo, de la manera más ruinmente delincuencial porque atenta contra el pueblo mismo, contra el proceso y contra el país. Es la que políticamente hoy trata de invisibilizarnos, descalificarnos y criminalizarnos y que nos trata como contrarrevolucionarios… la que pretende cerrarnos todas las puertas…la que está incapacitada para entender que este pueblo se levantó más allá de sus líneas, que los principios revolucionarios no los reinventan ellos y que hay un sector importante y entre la burocracia y la clase trabajadora que no está esperando que ellos les brinden concesiones, que ellos les sonrían.
Hoy existe un sector importante de la población que sabe que es parte de los que es el sujeto constituyente revolucionario y que se movió el 09 así como nos moveremos el 31 de marzo no para demostrar fuerza, no para demostrar que somos más, sino para decir que tenemos claro que sólo movilizados haremos que nuestro proceso gire a la izquierda, que solo movilizados nos pondremos en la calle para alzar la voz ante lo que está mal, que solo movilizados vamos entendiendo que somos un poder…así en la calle es que nos reconocemos y vemos por donde va caminando la lucha de clases, mas allá de los medios de derecha que distorsionan nuestras intenciones, mas allá de los medios del estado que no le dan cobertura a nada que venga de la izquierda, por supuesto la burocracia es así, a los medios alternativos que en su mayoría, salvo honrosos y combativos medios, están bajo la lógica de la burocrática línea del MINCI porque a través de pautas le van quitando su independencia editorial y política……..y más allá de que los altos funcionarios de este gobierno, quienes se rasgan las vestiduras hablando de “socialismo” que torpemente, el 09 de noviembre, decidió no recibir a la clase trabajadora que se ubica en la izquierda, que se ubica desde el sector que apoya el proceso, pero que no capitula ante los disfraces que afirman que la crítica y las exigencias, los reclamos y las denuncian son acciones contrarrevolucionarias.
¡Esperemos este 31 de marzo a ver si decidieron rectificar y recibir a la clase trabajadora!
