¿Plata para los burgueses y promesas para los trabajadores?

El conflicto en Sidor es parte del debate sobre el socialismo


Efectivamente, el pasado martes 10 del presente mes, a partir de las 3 a.m., miles de trabajadores de la principal empresa metalúrgica del país, pararon los hornos de Sidor e iniciaron una huelga que al final resultó frustrada por la dirección sindical burocrática de Ramón Machuca.

Los hechos

Tras la privatización de Sidor, amparada por la burocracia “bolivariana” que actualmente dirige el sindicato Sutiss, y con la anuencia del golpista Andrés Velásquez –antiguo compañero de partido (Causa R) de Ramón Machuca- se le prometió a los trabajadores de esa importante empresa básica, hacerlos accionistas de la misma. Sin embargo, esto no había logrado concretarse. Los trabajadores de Sidor, jubilados y exsidoristas, tras siete años de espera, lograron que se les adjudicaran 3 millones de acciones correspondientes al 9,6% del capital social, aunque Bandes y la CVG paralizaron el proceso para completar el 20% restante de las acciones tipo B que le corresponden a los trabajadores.

El pasado mes de diciembre, el consorcio argentino que posee la mayor parte de las acciones entregó a la CVG 188 millones de dólares del llamado “excedente de caja”, es decir, las ganancias correspondientes al 40% de las acciones que corresponden al Estado y a los trabajadores. Desde entonces, el gobierno se venía “haciendo el loco” con estos recursos, mientras la rabia de los trabajadores continuaba incrementándose. Aparentemente, la anterior administración de la CVG le había dado a estos recursos un destino distinto al que le correspondía: entregarle los dividendos a sus propietarios, los trabajadores.

Fue así como los ánimos llegaron al extremo el pasado martes, cuando los trabajadores cansados de exigir al gobierno el pago de las ganancias de las acciones, decidieron parar Sidor.

No queremos ser empresarios, queremos ser trabajadores

Unos 2000 trabajadores concentrados frente al portón 3 se movilizaron hasta Venalum donde se realizó una asamblea a la que después de largas horas de espera, asistió el ministro de Industrias Básicas, Víctor Alvarez.

Este encuentro del representante gubernamental con los trabajadores de Sidor se produjo en medio de una gran tensión. La verdad es que el Ministro pasó las de Caín para tratar de dorarle la píldora a los enardecidos trabajadores de Sidor. Daba pena ajena tratando de convencerlos de lo imposible. Primero dijo que los que quisieran podían cobrar sus utilidades, para luego contradecirse y sacar de la manga, cual mago, un fulano Fondo Social que supuestamente les daría dividendos entre 50 y 100%, todo con el fin de no entregarle a los trabajadores el dinero que les corresponde. De nuevo, como en los viejos tiempos de la IV República, un funcionario gubernamental pretende decirle a los trabajadores como deben usar su dinero, como si fueran niños de pecho.

Pero la cosa se puso al rojo vivo cuando Alvarez dijo que los beneficios obtenidos por acción eran sólo de Bs.13.700, cuando todos en Sidor saben que las utilidades llegan a 14,50 dólares por acción (Bs. 31,175). Al final, ante el callejón sin salida en el que se encontraba, no tuvo una idea más feliz que exhortar a los trabajadores a hacerse empresarios, que montaran su propio negocio, es decir, que pasaran a ser explotadores capitalistas, a lo que los sidoristas respondieron: “no queremos ser empresarios, queremos ser trabajadores y estar al servicio de la nación”. Pero allí no quedó la cosa, los trabajadores le recordaron a Alvarez que ellos se habían movilizado contra el paro y el golpe, y que el puesto que él tenía, y las cuantiosas ganancias de Sidor se debían a su lucha y a su dedicación y compromiso con la empresa y con el país.

A los trabajadores no los pueden robar dos veces

Ya los robaron una vez durante la IV República, con la anuencia de los burócratas sindicales de la Causa R, entre los que se contaban Ramón Machuca, ahora connotado “bolivariano”, y Andrés Velásquez, redomado golpista traidor de la clase obrera.

Primero fue con el cuento de que la privatización les traería grandes beneficios y los convertiría en “accionistas”. Con la ilusión de que se convertirían en “empresarios”, y las marramucias de los sindicaleros de turno, se entregó Sidor a un consorcio transnacional que procedió a despedir a 10.000 trabajadores que hoy son explotados despiadadamente por las empresas privadas contratistas, sin contrato colectivo y sin disfrutar de los beneficios de los trabajadores de Sidor, tal como sucede con las contratistas de PDVSA.

Ahora el gobierno pretende escamotearle los reales que les corresponden. Sin embargo, en las acciones del pasado martes quedó claro que los trabajadores de Sidor no se dejarán tracalear. A pesar de que la burocracia sindical de Machuca levantó inconsultamente el paro, con sus típicos métodos antidemocráticos y cogolléricos, los sidoristas demostraron al gobierno y a la burocracia de lo que son capaces para defender sus intereses y reivindicaciones.

Así no se avanza al socialismo

De todo esto es necesario sacar algunas lecciones para el conjunto del movimiento obrero y del pueblo. El gobierno, a través del mismo Chávez, viene hablando de trascender el capitalismo y avanzar al socialismo, sin embargo, situaciones como la de Sidor, no conducen precisamente al socialismo. Pero si sólo fuera lo sucedido en la empresa metalúrgica, pensaríamos que es una excepción, pero lo que vemos en otros sectores nos hace pensar que esto no es casual. Mientras el gobierno habla de trascender el capitalismo, continúan los problemas en la Universidad Bolivariana y en las Misiones; mientras se habla de socialismo del siglo XXI, sigue el incumplimiento del contrato colectivo de los petroleros; mientras el Presidente da discursos sobre las calamidades del “capitalismo salvaje”, se le entrega en concesión a empresas transnacionales las ricas reservas de gas en oriente y occidente, y se explota inmisericordemente la sierra de Perijá para que transnacionales extraigan carbón para exportarlo; mientras se debate sobre las bondades de un socialismo muy peculiar, en cuyo nombre el gobierno le entrega millones a la cámara de la construcción y a los banqueros para construir viviendas, y otros tantos millones a Leon Mishkin, para reabrir una empresa que el mismo cerró, a los trabajadores de Sidor el gobierno le escamotea las utilidades de “sus” acciones. ¿Qué clase de revolución es esta que le otorga millones a los golpistas explotadores y le niega al pueblo lo que se ganó en la lucha? ¿conciliando con la burguesía y el imperialismo estamos avanzando al socialismo? Nosotros creemos que no.

Por la reestatización de Sidor

En lo que respecta a Sidor, la lucha de los trabajadores puso en el tapete varias cuestiones. Sólo con la movilización democrática desde la base, creyendo en sus propias fuerzas, es que los trabajadores lograrán que se les paguen las utilidades de las acciones. Pero allí no termina el asunto. Esta lucha empalma con la necesidad de continuar la movilización hasta lograr que Sidor sea reestatizada, y que se abra un proceso de cogestión, donde los trabajadores puedan controlar el funcionamiento general de la empresa. En este proceso, se debe recontratar a todos los trabajadores que hoy son explotados por las contratistas.

Por una nueva dirección clasista en Sutiss

Por otra parte, el conflicto puso en evidencia la necesidad de sacar de Sutiss a la burocracia pseudorevolucionaria de Machuca, y llevar a la dirección del sindicato a los nuevos sectores clasistas y revolucionarios que se agrupan en Verdad Obrera-Sindical, abriendo el camino para la democracia obrera. Sin una herramienta sindical clasista, dirigida por los luchadores que más se han destacado en este conflicto y en el enfrentamiento al golpe y al sabotaje patronal, no será posible lograr la reestatización de Sidor.

Por la construcción de un Partido Revolucionario

Pero todo esto, sólo podrá tener sentido político nacional, en la medida que los activistas clasistas de Sidor, empalmen con sectores similares en PDVSA, como Opción Clasista de los Trabajadores, y otros grupos, con sindicatos clasistas de otros sectores del movimiento obrero como la Fuerza Popular de los Trabajadores de la Construcción, y con los miles de activistas y luchadores populares de las Misiones, de las Ubes, del movimiento estudiantil, de los medios comunitarios, y confluyan en la construcción de un partido revolucionario que luche por el socialismo y un gobierno de los trabajadores y el pueblo.

Desde Opción de Izquierda Revolucionaria (OIR), exhortamos a los luchadores a construir desde ya ese partido revolucionario.

*Profesor de la UCV y miembro de Opción de Izquierda Revolucionaria (OIR)
miguelaha2003@yahoo.com






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Miguel Angel Hernández Arvelo*

Profesor de Historia en la UCV y miembro del comité impulsor del Partido Revolución y Socialismo. Como marxista, Hernández aboga por el definitivo rompimiento con el capitalismo en Venezuela y por la construcción del socialismo.


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