El pasado miércoles 22 se materializó en un extraordinario triunfo, la rebelión democrática que desde hace más de un mes se viene desarrollando en la escuela de Sociología. Ese día, en un referéndum libérrimo, democrático y con una gran participación de miembros de la comunidad, profesores, estudiantes y empleados decidieron iniciar un proceso de transformación profunda de las estructuras, aún arcaicas, existentes en la UCV.
El rotundo e inobjetable triunfo de ese día estableció el voto universal e igualitario para escoger al director de la Escuela, rompiendo así con el odioso sistema censitario; así mismo, se decidió establecer los Consejos de Escuela Ampliados con carácter vinculante, para decidir sobre los temas de política académica y administrativa más importantes, con la participación de toda la comunidad sin distingos de ningún tipo, y abrió la posibilidad de que los profesores y profesoras instructores (as) puedan optar al cargo de director.Lo ocurrido en la escuela de Sociología, no es un rayo en cielo sereno, por más que la quietud conservadora reinante en la UCV así podría hacerlo pensar. Esa rebelión democrática a la que hacemos referencia, sólo es posible porque en el país sigue en marcha un profundo y genuino proceso revolucionario, en el que el equilibrio político y social está roto, y donde los distintos sectores sociales oprimidos y explotados siguen dispuestos a movilizarse y a luchar por sus derechos. El estudiantado tampoco escapa a esto, por ello, estalla en Sociología esta rebelión estudiantil con apoyo de profesores y empleados, y otro tanto se produce en la Facultad de Humanidades de la ULA, donde un movimiento estudiantil se ha alzado contra la corrupción de las autoridades en el manejo del presupuesto, y exigiendo control social de los recursos. Estos dos procesos están íntimamente unidos, y a su vez empalman con la revolución en marcha en el país, que se expresa en paros, huelgas, tomas de fábricas, y continuas movilizaciones y cortes de ruta de los pobladores de las comunidades, que luchan por vivienda, contra los apagones, por asfaltado de calles, contra la inseguridad y por servicios diversos.
No es hora de dormirnos en los laureles. La lucha por democratizar a la Universidad y a nuestra Escuela, apenas comienza. Es por ello necesario seguir movilizados, discutiendo en las aulas, haciendo un balance de los resultados del referéndum, conjuntamente con los profesores, realizando asambleas generales para discutir cómo continuar avanzando y llevando a la práctica los Consejos de Escuela Ampliados, que ahora tendrán carácter vinculante, gracias a la decisión mayoritaria de los miembros de la Escuela.
Para todos en la escuela de Sociología, debe quedar claro que el triunfo en el referéndum puede y debe ser, el inicio de un proceso de transformación político, académico y administrativo, que sirva de inspiración a todas las facultades y escuelas de la UCV, para dar comienzo a la transformación democrática que la “casa que vence las sombras” está necesitando con urgencia. Pero incluso, debe servir de ejemplo a asumir por los estudiantes, empleados y profesores de la UBV y de las Misiones Educativas, donde no existe la autonomía, y los diversos sectores no tienen la posibilidad democrática de organizarse para defender sus derechos de forma independiente del Estado y el gobierno.
En tal sentido, consideramos que debe reactivarse de inmediato la Comisión Electoral, designada por el Consejo de Escuela, a fin de que organice la consulta para escoger al director (a) en el plazo más breve posible. Y a partir de ese momento, declarar a la escuela de Sociología en proceso de renovación y transformación académica.
De allí que consideremos que el nuevo director, elegido mediante el voto universal e igualitario -el primero en ser escogido de esta forma en la Universidad venezolana-, debe convocar a un Consejo de Escuela Ampliado, donde se decida la convocatoria a una Asamblea Proporcional de la Comunidad para la Transformación, conformada por delegados o voceros de cada uno de los sectores que la integran (profesores, estudiantes y empleados), elegidos democráticamente y por la base.
Esta Asamblea debería iniciar una discusión profunda sobre la Escuela, que aborde temas como:
1. La democracia en la Universidad y la necesidad de ampliar la participación en la misma, y en ese sentido, discutir sobre la ampliación de los Consejos de Escuela mediante la participación proporcional de estudiantes, profesores y empleados.
2. Elección de delegados de curso y la conformación de la Asamblea de Delegados Estudiantiles.
3. El proceso enseñanza-aprendizaje y la necesidad de abrir el debate sobre el conocimiento en el aula con espíritu crítico.
4. La Sociología y la Escuela al servicio de las luchas obreras y populares, tanto nacional como internacionalmente. Las Ciencias Sociales, y en particular la Sociología, no son ciencias contemplativas o descriptivas, sometidas a un sentido común conservador y estático.
5. La democratización de los organismos estudiantiles. La lucha contra el burocratismo y por la independencia y autonomía política de los mismos, respecto a las autoridades, al Estado y el gobierno.
6. Reivindicaciones estudiantiles. Cursos de Verano, Turnos Nocturnos, Becas, Preparadurías remuneradas, Curso Propedéutico como parte de la carrera, entre otros temas.
7. Situación laboral de los trabajadores y docentes de la Escuela. Posibilidades de formación y desarrollo profesional.
8. Temas generales de la Universidad como: Investigación, docencia y extensión ¿al servicio de qué y de quién?; el ingreso libre e irrestricto a la educación superior; compromiso y obligación del Estado de entregar el presupuesto necesario para cumplir con las tareas de la Universidad; control social y gremial del presupuesto universitario.
“Esto es sólo el comienzo, continuemos la
lucha”. Graffiti del Mayo Francés en La Sorbona, 1968
*Docente de la escuela de Sociología y dirigente
nacional de la Unidad Socialista
de Izquierda