Los trabajadores del mundo debemos estar alerta ante el amenazante asomo de los patronos para limitar y cercenar un derecho que históricamente, ha sido la herramienta de nuestras luchas ante la deshumanizada política hambreadora de estas aves de rapiñas, que son los capitalistas, que no tienen patria, ni sentimientos ni escrúpulos; en su afán de riqueza basada en la explotación de los trabajadores. Las observaciones en torno al derecho a huelga que tienen los trabajadores y trabajadoras, planteadas por los empleadores en la reunión de la OIT, recientemente finalizada en Ginebra; forma parte de un plan que ya empieza a develarse, entre muchas otras estrategias que los empresarios buscan para enfrentar las inevitables luchas que habrá que desarrollar en todo el mundo contra las políticas neoliberales, que vienen aplicando a nivel planetario. Esa lucha ya se está dando en Europa, con los trabajadores griegos, españoles, italianos, franceses, y las ocupaciones de espacios públicos en Estados Unidos. Es decir, ya se está haciendo presente la lucha de la masa laboral ante las políticas neoliberales, obedeciendo a las exigencias del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, la Comunidad Económica Europea y los Estados Unidos; es decir, las políticas imperiales, que como sabemos siempre van contra los intereses y derechos de los trabajadores; ellos saben que van a necesitar de mecanismos, normas y leyes que les permitan penalizar e ilegalizar los instrumentos de luchas con los que cuenta la masa obrera para defenderse. Los explotadores neoliberales están conscientes de que sus políticas opresoras y excluyentes, no van a generar otra cosa que indignación y surgirán millones de indignados en todo el mundo donde los obreros, junto a otros actores sociales, enfrenten ese modelo neoliberal, que tantas veces ha golpeado los intereses de la clase obrera en el transcurso de todos estos años.
El intento de Ginebra no se quedará allí, el enemigo de la clase obrera seguirá buscando la forma de bloquear las luchas de liberación y autonomía de los trabajadores, para ello cuentan con todos los mecanismos y recursos que les da su condición de capitalistas dueños y señores de los medios de producción. Pero la clase obrera tiene el arma más poderosa en esta lucha entre explotados y explotadores y es a la que temen más los capitalistas, la protesta materializada en la huelga, la acción que une e identifica el esfuerzo y el espíritu de hermandad de todos los trabajadores del mundo; por eso el intento de torpedearlo y emprender una campaña mundial contra ella. Ante esta amenaza los trabajadores debemos cerrar filas en todos los escenarios y en nuestra lucha diaria en todo el mundo en torno a nuestro derecho a huelga. Debemos entender el mensaje del capitalismo que nos dice que a pesar de su crisis, lejos de rectificar su política rapaz y hambreadora, la va intensificar con medidas que cierran toda posibilidad de avance de los sectores populares. Por eso se declaran enemigos de todo lo que signifique humanizar las relaciones y condiciones de trabajo, satanizan y acorralan política y económicamente a todos los liderazgos de avanzada que van surgiendo como respuesta a sus políticas, son los casos de Evo en Bolivia, Correa en Ecuador, Cristina Kirchner en Argentina, Daniel Ortega en Nicaragua y por supuesto, Chávez en nuestro país. Cuando el presidente del Banco Mundial, dice que Chávez tiene los días contados, no lo dice porque se trata de que Chávez es negro y tiene verruga, lo dice porque entre otras “ocurrencias”, nuestro presidente dijo que se la juega con la clase obrera y eso para el capitalismo que representa el Banco Mundial, es una declaración de guerra. Esa histórica guerra entre quienes pretenden continuar explotándonos y quienes hemos decidido no dejarnos explotar más, todos estos enfrentamientos nos enseñan que la batalla hoy es por la independencia de los oprimidos que siempre fueron las víctimas de los patronos, que en todas partes del mundo, explota y humilla sin preocuparse siquiera, como viven los trabajadores y sus familias.
Tanto en Venezuela como en todo el mundo esta realidad nos conduce a una impostergable búsqueda de la unidad de acción. Asumiendo los retos que la lucha de clases nos impone, para lo cual habrá que fortalecer y ampliar las relaciones con todos los organismos laborales de tendencia clasista tanto en América Latina como en el resto del mundo, lo que nos permitirá a nivel internacional el intercambio de opiniones, el apoyo solidario, recíproco, la posible y necesaria realización de acciones conjuntas. En el ámbito nacional la orden y el reto es también jugárnosla con el presidente Chávez y nuestro proceso revolucionario, donde el trabajo ha sido reivindicado como creador de riquezas, no solo material sino también humano, que enriquece y estimula la lucha sin excluir ni enajenar las esperanzas colectivas.
En esta reunión de Ginebra los compañeros venezolanos junto a otros muchos dirigentes de América Latina y el mundo, cumpliendo la misión que corresponde en estos casos, enfrentaron las pretensiones de patronos y gobiernos capitalistas dejando claro que esta lucha, es una lucha de clases, y de que en Venezuela cada día estamos más claros de que la liberación nacional pasa por la lucha internacional y por la necesidad de un movimiento obrero a escala global, que sea capaz de dar respuestas igualmente a nivel mundial, en cualquier momento y en todos los escenarios que el enemigo plantee. Que el imperio y sus lacayos no tengan ninguna duda que hoy en la clase obrera venezolana hay mucho BOLIVAR, muchos Chávez, muchos hombres y mujeres dispuestos a defender nuestras ideas, nuestros principios, nuestra soberanía y nuestro futuro cueste lo que cueste. NO PASARÁN..
Julio 2012