Antes de seguir con este tema quiero agradecer encarecidamente a los amigos y amigas que me felicitaron y se solidarizaron con este tema, que de paso está dando mucho de qué hablar porque es lo vivido a diario, muchas gracias de corazón y ese es mi objetivo que el lector sea prácticamente el cronista fundamental de mi columna.
En lo que respecta de lo que me decía mi amigo de tendencia de izquierda con respecto de que mi posición como dirigente sindical me da un radio de acción muy envidiable ya que represento una masa obrera y de una industria muy importante en nuestra nación y si los trabajadores junto a sus movimientos obreros mantienen su lucha para conseguir sus objetivos, sería un mensaje claro para todos los demás movimientos sociales.
Yo alegaba que él tiene razón por que nosotros, los movimientos sociales, gracias al comandante Chávez tenemos de dónde agarrarnos legalmente, así debería ser pero la situación real actual es otra cosa, sobre todo lo que hoy en día vivimos los dirigentes sindicales, cuando el patrono es quien toma las decisiones siempre en contra del trabajador y son aupado o secundado por las inspectoría del trabajo y los organismo de seguridad.
Es alarmante los despidos, los arrestos, los sometimientos, persecuciones y hasta de la práctica de fabricarle expedientes a dirigentes con el único propósito de sacarlos del camino y algunos organismos de seguridad del Estado Venezolano se prestan para el juego de estos desalmados patronos.
Yo le pregunte a mi amigo que de paso ya está cerca de los 70 años, que en mi juventud, por allá en los años de la secundaria, yo fui presidente del centro de estudiante y siempre iban para ese centro educativo los directivos regionales de los partidos adecos, copeyanos, causa R, Mep, el Mas, entre otros partidos, buscando congraciarse y captar a los líderes nacientes del movimiento estudiantil.
Así mismo era en las industria sean privada o del estado nacional, con mucha cautela trataban de ganarse a los sindicatos de bases para fortalecer sus respectivos partidos y si ese sindicato o movimiento eran objeto de alguna acción que fuese en contra de su estabilidad, este o estos se entregaban a brazo partido por la causa y defendía a sus movimientos.
No quiero concluir sin antes aclararles que mi viejo amigo fue asesor muy cercano a nuestro comandante eterno y que en varias oportunidades a alertado que los movimientos sociales han sido olvidados por algunos líderes fanáticos de la revolución, que muchos de estos fanáticos tienen miedo de estos líderes sociales porque estos fanáticos tienen estas posiciones montadas en sillas echas de galletas que en cualquier momento se rompe.