¿Es o no
importante que ahondaran en el tema de la inseguridad? Pasando por alto el
hecho de que, es un producto audiovisual de muy buena calidad técnica, de buen
manejo estético, y con un propósito político especifico, que además es válido,
en tanto, así se asuma (lo cual le arrebata la autoría a los chamos, o por lo
menos, la pone en duda), es importante que hayan analizado el tema, porque ello
les ofrecía la oportunidad de ver el panorama con mayor claridad y quizá se
hubiesen dado, a sí mismos, algunas respuestas, que si bien, no los iba a
retener en el país para pensar un poco en el patriotismo, por lo menos, los
hubiese convertido en seres menos ingenuos y quizá, más honestos. Es decir, al
debatir sobre el tema, algún somero análisis, les hubiese arrojado luces sobre
su entorno. Escojamos uno de esos factores: el narcotráfico por ejemplo (para
no meterlos en honduras, a hurgar las
perversidades del capitalismo, que en el fondo es el origen de toda calamidad
moderna y por supuesto, de toda su violencia); es un detonante de inseguridad y
violencia aterrador, sin embargo, el narcotráfico vive en la cotidianidad del
sub mundo que se han construido con su debida apariencia y trascurre casi
inadvertido para la sociedad de cómplices que lo ampara. La droga que les
rodea, ya sea como narcoconsumo, como de narcofinanza o como narcocapital, es
uno de los fantasmas de los cuales quieren huir, sin siquiera intuir que los
acompañará a donde vayan, mientras sostengan ese ficticio estilo de vida.
Por otro lado, es bueno revisar algunos
destinos a la hora de escapar. Algunos son idóneos, pero otros no. Por ejemplo:
México no. No por la cruenta guerra que desarrolla el narcotráfico actualmente
en ese hermano país auspiciado por el abrumador consumo del vecino del norte,
sino porque precisamente, el secuestro expres, es uno de esos terribles delitos
importados desde ese territorio. Colombia no, El secuestro (el de larga
duración), como industria, lo desarrollaron allá y lo exportaron luego como
parte de la delincuencia internacional. Los asesinatos en masa y con irracional
crueldad, lo practican los paramilitares para sembrar el terror, estos también
tienen su cuna en la hermana república y son otro producto de exportación de la
derecha regional. Estados Unidos no. Los asesinatos en masa de los intramuros
estudiantiles, son un producto típicamente norteamericano, sin embargo, este es
el destino más apetecido por quienes huyen de la Bolivariana Venezuela,
sin apreciar en el mapa, que Miami es la meca de los capitales mundiales del
narcotráfico.
Por último, pudiéramos advertirles a estos
jóvenes escapistas, para su asombro, que ellos en el fondo, son mas peligrosos
que los morenos delincuentes de los cuales pretender huir. Si bien esa
exacerbada actividad delincuencial, aliñada además, por una coyuntura política
contrarrevolucionaria, se abate sobre jóvenes morenos de clase baja, quienes la
protagonizan como víctimas y victimarios, estos no la llevan a cabo por una
convicción ideológica, sino como consecuencia de un mal estructural de nuestra
sociedad y que es de vieja data. Sin embargo, la potencial violencia contenida
en estos jóvenes, hijos de aquella generación boba, suele ser más desbastadora
que cualquier tipo delincuencia, una vez llegados al poder. Por fortuna, el
menos apto de ellos, que ya es mucho decir, es quien ha servido como fachada
para la aspiración de esta minoría y su ambición de acceder al poder.
La expresión, la puso en la arena política
El Comandante, como siempre inspirado en el decir popular: “Ah muchacho pa’
bobo”, refiriéndose al candidato que le adversa en La Batalla de Carabobo, el 7
de octubre, pero tanto este, como los del documental, siendo la descendencia de
aquella generación que arrojó como bagazo las practicas económicas
neoliberales, son tan bobos como peligrosos.