El 29 de junio de 2005 por iniciativa del fallecido presidente Hugo Chávez, nace PETROCARIBE, integrado por 17 países con la finalidad de suministrarles petróleo desde Venezuela, directamente y sin intermediarios, con mecanismos de pagos preferenciales.
Dada la opaca información de que se dispone en cuanto a tal negociación, y siendo el petróleo prácticamente el único elemento generador de divisas para la subsistencia del país, hace que se tejan cualquier cantidad de comentarios y opiniones, desde todas las ópticas posibles.
Indudablemente los actuales momentos que vive el petróleo en el mundo en cuanto a los precios, hace que a Venezuela le toca jugarse las cartas de salir adelante contra viento y marea de esta inesperada situación, a pesar de tener el sol a su espalda, y con la espada de Damocles de una situación económica de alta gravedad, reflejada en un desabastecimiento que no tiene parangón histórico alguno, un aparato productivo casi paralizado, una inflación que destruye cualquier salario y unas reservas internacionales que se agotan aceleradamente.
No es cierto que Venezuela este regalándole el petróleo a los países aliados en Petrocaribe, solo que los mecanismos de negociación son lo suficientemente flexibles para los pagos, incluido un sistema de trueque de bienes y servicios, que deja a la industria petrolera sin el ingreso de efectivo en moneda fuerte como lo es el dólar americano, lo que afecta su flujo de caja.
Algunos documentos revisados dan cuenta que el convenio de suministro petrolero de Venezuela a los países miembros le ha costado hasta el año 2013 la bicoca de 22.100 millones de dólares, sin conocerse cuanto han pagado en forma líquida y con bienes y servicios.
Según PDVSA para el 2013 La República Popular China recibió 550 mil barriles diarios, Petrocaribe 377 mil barriles/día, lo que junto a los otros países con los cuales hay contratos de suministro como Portugal, Irán y Belarús, hacen que el país tenga comprometida el 35,4% de la producción petrolera diaria.
No se conoce si los países Caribeños están apoyándose en esta negociación para desarrollar programas sociales, que los ayuden a salir adelante en sus problemas, lo que si se conoce es que a pesar de los precios y formas preferenciales de pago que Venezuela estableció, el pueblo en general de estos países caribeños sigue pagando la gasolina a precios internacionales, lo cual le produce a esos gobiernos, unos ingresos significativamente importantes.
Y es allí donde Venezuela en todo caso debería tener una política de contraloría social, que muestre indicadores para ver si se están cumpliendo los compromisos y objetivos de esta iniciativa petrolera, que es ventajosa y que ningún país petrolero se la había planteado, en ninguna parte del mundo.
Es muy probable que la nueva realidad mundial del petróleo, haga cambiar también a Venezuela algunos mecanismos de financiamiento petrolero de los países de Petrocaribe, pues importantes voceros mundiales del petróleo como el Príncipe Saudí, decía a la prensa internacional estos días, que el precio del barril de petróleo jamás volverá a llegar a 100 dólares y a esta aseveración hay que hacerle una buena lectura.
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