Finalmente se dio el encuentro entre los presidentes Nicolás Maduro y Manuel Santos en relación con los problemas que según el primero hacen "víctima" a Venezuela, por culpa de Colombia, debido a la "importación" (ésta palabra del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello), que este país mantiene sobre el nuestro en relación con narcotráfico, contrabando y paramilitarismo. Entiendo que el gobierno venezolano al no mencionar a la guerrilla colombiana, asume que éstos no son problema para nosotros, aunque también se encuentren clandestinamente en el país, y sean responsables de diversos delitos en nuestro territorio, incluyendo secuestros, extorsión y cualquier acción similar ilegal de las aplicadas por los propios paramilitares.
En tal sentido, a la traducción del "Acuerdo de Quito" hay que realizar dos lecturas. La primera, por supuesto la textual, y la segunda la interpretativa desde un pragmatismo no sólo político, sino de "coexistencia" del poder.
En consecuencia, éstos son los "acuerdos" con sus respectivas interpretaciones:
1- Retorno inmediato de los embajadores respectivos: Esto quiere decir que los burócratas continuarán "justificando" sus ingresos, especialmente el embajador venezolano quien seguirá percibiendo en miles de dólares su salario, mientras el pueblo de Venezuela continúa con un salario mínimo que calculados en términos del llamado Sistema Marginal de Divisas (Simadi), apenas supera los 30 dólares mensuales; por esa razón, sobre lo que el presidente Maduro ha llamado una "nueva frontera", el salario de todo el "cuerpo diplomático" acreditado en Colombia deberá ser en bolívares, y jamás podrán ganar el equivalente a un salario mínimo mensual, el cual establecido en dicho acuerdo, podrán cambiar sólo en pesos colombianos. Cualquier posesión en moneda del imperio norteamericano por parte de estos funcionarios se considerará "Traición a la Patria".
2- Realizar una investigación exhaustiva en la frontera: El término "exhaustivo" semánticamente hablando implica todo punto posible. Entendemos que a partir de ahora, serán juzgados y sentenciados todos los militares y civiles corruptos, los cuales en coexistencia son responsables del contrabando y el enriquecimiento ilícito, especialmente algunos "castrenses", quienes también suponemos son "víctimas" de poseer bienes que con su salario jamás podrían adquirir. Lo exhaustivo será extendido hasta los jefes de los más altos niveles ministeriales y de nuestra principal industria petrolera. Ahora sí, aunque la frase haya sido exhaustiva en muchos discursos presidenciales, "caiga quien caiga" pagará por los "crímenes de frontera".
3- Conformar un equipo de ministros para tratar conjuntamente los temas álgidos de la frontera: El equipo de ministros será el mismo que ha sido enrocado a lo largo de todos los años de revolución, en especial en los casi tres años de gobierno de Maduro; es decir, quienes han tenido que supervisar, evaluar y controlar la frontera durante el tiempo en que el contrabando, paramilitarismo, narcotráfico, secuestro, extorsión entre muchos delitos, se convirtieron en los temas "álgidos" de los problemas venezolanos, seguirán al frente de las "investigaciones exhaustivas".
4- Progresiva normalización de la situación de la frontera: Queda claro que la palabra "normalización" implica retorno de lo anterior. Volverá el contrabando de gasolina en los términos preestablecidos antes del "cierre de la frontera" para que no sea evidente que las grandes fugas del combustible venezolano se realizan en camiones cisternas y transporte aéreo y marítimo. Los "pimpineros" colombianos podrán retornar a sus labores con la supervisión de las fuerzas armadas de ambos países para el respectivo cobro de "comisiones" por dejar entrar y salir a quienes "trabajan" con gasolina.
5- Coexistencia de los modelos económicos y sociopolíticos de ambos países: Este es probablemente el referente más importante del "acuerdo", el cual es parte de la "progresiva normalización". El presidente Maduro acepta la existencia de Dólar Today como único punto cambiario para que determine el valor del malogrado bolívar. Aunque sean incompatibles los modelos económicos de Venezuela y Colombia, las casas de bolsa colombianas, continuarán comprando nuestros "billetes" en denominaciones de Bs. 100, y Dólar Today seguirá fijando el nivel inflacionario del país. En otras palabras, aquellos quienes pueden adquirir dólares en Venezuela con una tasa controlada de 6,30 bolívares por dólar, pueden seguir "sacrificando" sus importaciones de alimentos desde Colombia en beneficio del pueblo de Bolívar. En el Táchira, Zulia y el resto de Venezuela desaparecerán las colas para compras de alimentos y bienes esenciales.
6- Hacer un llamado a la paz y a la convivencia pacífica entre los pueblos: El presidente Maduro fue el primero en hacer este llamado a la "paz" cuando anunció horas antes del encuentro con su homólogo colombiano la compra de aviones "Sukhoi" y armas de guerra a sus socios de Rusia y China. La paz se extenderá a los paramilitares y guerrilleros colombianos quienes depondrán sus armas, y se irán de nuestras fronteras, es decir, todo el eje venezolano – colombiano, a partir de la firma del presente acuerdo.
7- Continuidad del acompañamiento de Ecuador y Uruguay en el proceso de diálogo: Los burócratas de Ecuador y Uruguay pueden estar seguros que seguiremos pagando sus estadías y viáticos en suelo venezolano. Por eso el primer encuentro será en Caracas, y no dudaría Venezuela ni un momento en convertirse en sede permanente de estas reuniones. En dicho "acompañamiento" no faltarán los escoltas y funcionarios civiles y militares quienes brindarán protección y seguridad a la vida de importantes "figuras diplomáticas", en vez de estar en las calles y avenidas del país salvaguardando al pueblo venezolano, quien deberá entender que esto es una medida mientras dura la "normalización".
Espero que la interpretación que he realizado sobre el "Acuerdo de Quito" no sea una nomenclatura de hechos verdaderos. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.