La integración de Venezuela con el Caribe de sotavento o West Indies, no solo es importante sino que es necesaria.
La cordillera de islas que, de sur a norte y de este a oeste, conforman un escudo natural que divide al Atlántico del Caribe y que conforma justamente los bordes de éste ha estado dominada, desde el principio de la colonización de América, por Inglaterra, Francia, Portugal y en épocas más recientes, relativamente hablando, por los Estados Unidos.
Necesario es pues, definitivamente, incorporarnos al desarrollo efectivo de las comunidades del Caribe a través de la integración comercial entre otras.
Para nadie es un secreto que uno de los escudos más fuertes que tenemos para protegernos de las ambiciones del imperio hambreador, es la alianza estratégica que el comandante Chávez logró con China y Rusia.
Para nadie es un secreto que uno de los frenos que el imperio norteamericano tiene para engullirse de un solo bocado a Venezuela es la posibilidad de la automática defensa que harían tanto China como Rusia de sus inversiones en nuestro territorio; además de los lazos de amistad que ha generado la alianza sana donde la formula es ganar-ganar, como es el caso en la alianza Chino-Rusa con Venezuela.
Está en la habilidad política del presidente Maduro lograr convenios de integración comercial con unos territorios que históricamente han mirado sólo hacia el norte, por diversas razones, entre las que destacan la cultura y el idioma: estas comunidades son producto de la dominación inglesa sobre las tribus originarias y la importación de africanos quienes a su vez desarrollaron con el tiempo fuertes nexos de afinidad con los coterráneos que fueron diseminados en Estados Unidos y que luego se establecieron en Canadá para obtener la libertad.
El Caribe es, sin embargo, una extensión de la América del Sur o más bien el inicio; los habitantes originarios de nuestras costas fueron los mismos que habitaron esos territorios; separados por un mar que surcaban de manera temeraria, pero unidos por costumbres originarias ancestrales. Nos separó definitivamente la injusta repartición que hicieron a punta de bayonetas y cañones los españoles, los franceses y los portugueses, quienes se repartieron lo que no les pertenecía y una vez parcelado cerraron la posibilidad de integración entre las comunidades así surgidas.
Es hora de revertir esa injusticia, es hora de abrazarnos como hermanos es hora de unirnos ante un enemigo común: la globalización que todo lo devora y todo lo destroza.
Es hora de utilizar las mismas herramientas del enemigo pero dignificándolas con un proyecto que redunde en progreso efectivo, es hora de globalizar el amor y la hermandad.
Venezuela tiene todo el potencial necesario en su suelo y subsuelo para ser potencia, Venezuela tiene la capacidad de ser un elemento favorecedor de la integración del Caribe a través del comercio y de las relaciones humanas.
El comercio es la puerta de entrada de las relaciones pues todos tenemos necesidades y todos tenemos cosas que ofrecer, el comercio común del Caribe es una aspiración centenaria que no se ha podido concretar pues las diferencias culturales y las presiones políticas a las que estamos sometidos todos desde el imperio y sus satélites del poder no es poca cosa.
El Presidente Maduro ha decidido dar un paso firme hacia San Vicente y Las Granadinas y yo le tomo la palabra, Presidente desde el año 2009 he estado planteando la posibilidad de armar una flota tanto turística como comercial hacia esas islas http://www.aporrea.org/tiburon/a77527.html una flota que no solo lleve comercio sino que nos una como personas y nos reencontremos como hermanos http://www.aporrea.org/internacionales/a123362.html.
Hagámosles sentir que la hora de América Latina y el Caribe está llegando (llegará el momento en que quitemos esa "y" porque seremos una sola Nación) como estuvo en el proyecto original del Generalísimo Francisco De Miranda quien incluía al Caribe como parte del Sur en su idea de Patria.
Hagámosles sentir que los tambores de la hermandad verdadera están retumbando desde los confines de las islas caribeñas hasta la Patagonia.