Un valiente chofer de bus en la ONU

El extraordinario discurso del presidente de la paz, Nicolás Maduro Moros, en la 73 Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, no es nada nuevo, como tampoco es nada nuevo que sus enemigos tanto en Venezuela como en el exterior lo ataquen, lo desmeriten, con la misma saña de los que apoyan la doctrina Monroe por encima de los ideales y del espíritu luchador, independentista, del más grande hombre de América: Simón Bolívar.

Podrán decir cualquier cosa, nada bueno se espera de los golpistas que quieren derrocar la revolución bolivariana, pero jamás podrán negar que la verdad del discurso del presidente Maduro lo hace irrebatible, tan irrebatible que estoy seguro que hasta los países satélites del imperio norteamericano para sus adentros lo comparten, por supuesto, los intereses que los une a sus amos del norte nunca les permitirá reconocerlo y menos en público.

Voy más allá, estoy seguro que esos mismos países que votaron en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, a favor de una ayuda humanitaria a Venezuela, están conscientes de que no la necesita, que Venezuela lo que requiere es que el Gobierno de los EEUU le levante las criminales sanciones económicas y financieras, que todos ellos saben que solo buscan deponer al Presidente revolucionario porque quiere nuestras riquezas naturales.

Lo dijo claro el máximo líder de la revolución bolivariana, y lo sabemos todos los venezolanos; certificado internacionalmente, somos un país con la riqueza petrolera más grande del mundo, la primera reserva de oro del planeta, así como la cuarta reserva de gas, entre tantos otros recursos. Y todas esas riquezas las quieren Washington y las oligarquías del continente. Además, a eso hay que sumarle la privilegiada ubicación geopolítica, geoeconómica, geoestratégica que tiene Venezuela al norte de Suramérica con salida al mar.

Y en esa acción desmedida por arrebatarnos la Patria que nos dejó Chávez, nos aplican unas sanciones devastadoras en la que nos quitan los dólares para la adquisición de alimentos y medicinas, viles acciones tendentes a que muramos de mengua, apoyadas por una brutal campaña mediática que plantea una crisis humanitaria que utilice los conceptos de las Naciones Unidas, para justificar una intervención militar. Nada nuevo ¿Pero es mentira? ¿Alguien pude negar eso? ¡Por Dios! Imposible. Lo que está a la vista no necesita anteojos.

En esa misma dirección fabrican una crisis migratoria que pretende desviar las que verdaderamente existen en el mundo, como esa que se da en la frontera entre México y los EEUU, donde la policía estadounidense caza a los aztecas a plomo limpio como conejos, y el presidente norteamericano, Donald Trump, por si fuera poco, ordenó separar los hijos de los padres, para encerrarlos en jaulas. Algo bestial, inhumano.

Tampoco se quiere visibilizar la gravedad de la crisis migratoria provocada por la destrucción de Libia por parte de la OTAN, que generó la estampida de millones de hermanos africanos y del Medio Oriente, producto de la guerra contra Siria. Y todo eso lo expuso nuestro presidente Nicolás Maduro ¿y no lo saben los presidentes de los países satélites de EEUU? ¡Claro que lo saben!, pero callan por miedo al único imperio que ha lanzado la bomba atómica en el orbe.

Venezuela es víctima de una mentira, como en su momento fueron las armas de destrucción masiva de Irak, un pretexto para dominar ese país petrolero; y ahora nos quieren dar un golpe a nosotros e invadirnos militarmente". ¿O van a decir que no? ¿Tendrán el valor de decir que no? Si dicen que no, les advierto que no desmienten al Presidente Maduro, desmienten a sus amos del imperio yanqui…Y no creo que se atrevan a tanto, que tengan el coraje de desmentir a sus dueños.

Porque Maduro lo volvió a recordar en la ONU: "El periódico New York Times, publicó elementos probatorios de la participación de funcionarios de la Casa Blanca y del gobierno de los Estados Unidos, en reuniones para favorecer un golpe de Estado militar y provocar un cambio de gobierno en Venezuela". Lo dicen, repito, los mismos gringos que, para la oposición terrorista, sobre todo, la venezolana, son los dueños de la "verdad absoluta" en el planeta.

Agregó en Naciones Unidas nuestro Presidente: "Todas las investigaciones indican que ese atentado, y sus autores materiales así lo han confesado, fueron entrenados durante meses en territorio colombiano bajo el amparo de las autoridades colombianas. Y las últimas investigaciones y capturas han develado que algunos funcionarios diplomáticos de los gobiernos de Chile, Colombia y México iban a facilitarles la fuga luego de realizado el ataque terrorista". ¿Van a negar la participación de esos países serviles al imperio gringo en la desestabilización contra el Gobierno revolucionario?

No lo creo, además, no lo pueden negar, esa es una verdad incuestionable, lo sabe muy bien el resto de los presidentes de los países que conforman la ONU, solo que no lo admiten o no lo pueden admitir, como naciones subordinados o que están bajo las órdenes del imperio norteamericano. Y esto, insisto, tampoco es nada nuevo, pero hay que repetirlo hasta la saciedad porque los mandatarios de esas naciones juegan a que eso se olvide, pase desapercibido; aunque no tienen vergüenza, se cuidan de que el mundo les descubra la podredumbre de su indignidad.

Sin embargo, a pesar del magnicidio frustrado, y aun por encima de las usuales agresiones y amenazas de Trump, el máximo líder revolucionario, dijo estar dispuesto dialogar con el mandatario estadounidense, sobre los temas que él quiera colocar en la mesa. Sin límites ni restricciones.

Maduro planteó el diálogo con todo respeto y humildad, mirando en alto el horizonte mundial a través de la ONU y lo sigue planteando en Venezuela, ojalá se de en función del bienestar de nuestro pueblo o de ambos pueblos, el venezolano y el norteamericano; Trump, aunque en su característica fanfarronería y arrogancia, respondió dejando abierta la posibilidad.

Maduro no dijo nada nuevo, como dicen los enemigos que solo buscan atacarlo, agredirlo, subestimarlo, el Presidente obrero dijo lo mismo de siempre, habló de soberanía, dignidad, igualdad, ahora, señor lector, señora lectora, ustedes han escuchado, por ejemplo, a los países del Grupo de Lima hablando de "libertad" aunque sea alguna vez ¡nunca! ¿Y no se han preguntado por qué? No pueden hacerlo, no son libres, se le entregaron al imperio norteamericano. Ellos no se mandan, no se gobiernan solos, no pueden mover un dedo sin permiso de los gringos…Una verdadera pena.

Sí, Maduro no dijo nada nuevo, lo nuevo y lo que nos llena de regocijo a los revolucionarios es que nuestro Presidente obrero, ese valiente chofer de bus a mucho orgullo, con un magnicidio frustrado encima urdido en el propio suelo que estaba pisando, juramentado por la Asamblea Nacional Constituyente, y en compañía de los sancionados por los mismos gringos, se haya parado en la ONU, incluso, después de las nuevas amenazas del presidente Trump en esa misma tribuna, a decir todas nuestras verdades.

Eso es lo nuevo, y eso es lo que le duele a los terroristas, esos que lanzan bombas e incendian gente viva en Venezuela y apenas los tocan salen llorando o huyen como ratas, como cobardes; les duele que tengamos un Presiente con coraje que sin lanzar bombas atómicas ni misiles ni haber invadido un país en la vida, en una situación tan adversa a él, como ser humano y como Presidente de un país libre, se haya armado hasta los dientes con nuestras verdades y haya enfrentado en su propio terreno a los invasores y guerreristas que hace unos días intentaron matarlo con drones cargados de explosivos.

Maduro pisó terreno dinamitado para él, el imperio gringo es capaz de cualquier cosa y es lo sabe el mundo, pero, en fin, todos en el fondo reconocen que lo dicho por dignatario revolucionario es verdad, como igual saben que los seres humanos en alguna parte de nuestra conciencia tenemos algo que se llama dignidad, lamentablemente los presidentes satélites no practican esa condición. Y así quedó develado.

Ya me imagino como le ardió a esa oposición, sobre todo a la terrorista venezolana, incluyendo a los canallas que andan fugitivos, ver a un chofer de bus impartiendo lecciones de dignidad en la ONU. ¡Ufff! ¡Qué bochorno!... Lo que le faltó fue salir comiendo por los medios de comunicación y las redes sociales chicharrón con pelos…



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Gian Carlo Di Martino

Politólogo, profesor, abogado. Ex-Alcalde de Maracaibo. Cónsul de Venezuela en Milán - Italia.

 giancarlodimartino2017@gmail.com      @gcdimartino

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