Los Estados Unidos a través del Departamento de Defensa, la CIA, y su estructura militar han justificado su sentido guerrerista, sus ataques e invasiones contra los pueblos en nombre de la libertad. En el caso Venezuela, el problema para los gringos es un asunto de medición, de pulso de correlación de fuerzas y de evaluación del escenario geopolítico que se puede avecinar, una vez que avancen en territorio venezolano sus tropas. El potencial militar ruso y chino apostado en el país puede poner en riesgo los intereses del imperio sobre la región. Ser un país calificado como "narcoestado" es una táctica del Dpto. de Defensa norteamericano para penetrar en nuestro territorio, es parte de la guerra psicológica para vestir la proyección de acciones militares, o de paramilitares, o de preparar terroristas (preferiblemente venezolanos y colombianos,) financiados por ellos, para justificar una invasión. Desde Chávez el pueblo venezolano vive bajo asedio, tanto por el lado del imperio como por la derecha desde el año 2002, con las guarimbas año 2013 bajo la etiqueta de la #salida para sacar a Maduro, hasta imponer un presidente interino; con rambos creados por la CIA para atacar al país bajo la figura de una crisis social existente. Acciones éstas que forman parte de una serie de ataques sistemáticos y permanentes contra el país. El terrorismo que aplica el imperio contra el país no es una simple expresión de la guerra fría. Es el resultado de un conjunto de factores geopolíticos, económicos y religiosos que conforman una unidad de intereses estratégicos para los EE.UU. por la posición geográfica del país y los recursos minerales petrolíferos que contiene. Documentos desclasificados por la propia CIA, demuestran que este organismo ha planeado, intervenido, dirigido, o ejecutado numerosos ataques y asesinatos contra importantes personalidades políticas, o golpes de Estado, ha financiado y entrenado a organizaciones terroristas o paramilitares, empleado torturas, secuestros selectivos, entre otras atrocidades y hechos terroristas que violan la Declaración Universal de los DD.HH. y las Convenciones de Ginebra. Por su gran poder es considerada un Estado dentro del Estado. No obstante, al ilegítimo de Biden los patriotas venezolanos le decimos como Chávez le dijo a Uribe "no es tiempo lo que te falta, sino bolas" para invadir a Venezuela.
Los rambos de la derecha y el imperio son genocidas terroristas que siguen apostando a la desestabilización del gobierno venezolano. Aunque el gobierno venezolano haya salido airoso en esos actos terroristas, ha cometido errores tácticos de acción inmediata y fallas de operatividad en el manejo de las mismas. El presidente Maduro ha salido fortalecido, seguir tildándolo la oposición como "maburro" es para enaltecer el ego por sus torpezas, pues Maduro ha demostrado ser más inteligente que ellos a pesar de esos errores y fallas. En Venezuela la CIA ha creado y financiado sus propios terroristas para combatir el socialismo: Henry López Sisco fue uno de los primeros rambos que preparó, se mantuvo en los gobiernos del puntofijismo, se preparó en la Escuela de Fort Bragg (Centro de Entrenamiento de Guerra Psicológica); creó a los grupos Comando, un temible escuadrón que arrasaba con balas todo lo que le estorbara y fue el responsable de la masacre de El Amparo. Se encuentra refugiado en Costa Rica con apoyo del imperio. Otro terrorista creado es Iván Simonovis, quien hizo pasantías en las policías del estado de New York, en la Policía Federal Alemana y la Policía Nacional de Francia, en el año 2002 fue el secretario de Seguridad del Dtto. Capital, durante el golpe de Estado de 2002, actualmente es el coordinador especial de seguridad e inteligencia de Venezuela ante EE.UU., es considerado un asesino en serie por el gobierno venezolano. Otro rambo financiado fue Óscar Pérez (ex funcionario de la DISIP), quien robó una aeronave y sobrevoló la capital, le cayó a tiros y a bombas a la sede del TSJ (donde habían niños por funcionar en éste un preescolar) y al Ministerio de Interior y Justicia; asaltó un destacamento de la GNB y publicó un video humillando a algunos guardias; sus seguidores le llaman el "soldado de dios", pues todo era una buena causa para sacar a Maduro, fue ejecutado por funcionarios de seguridad del gobierno ante un enfrentamiento. Otros terroristas financiados por el imperio son: Leopoldo López, Julio Borges, Freddy Guevara, Yon Goicoechea y Juan Guaidó, entre otros.
Guaidó está altamente protegido por el gobierno de EE.UU., es intocable. A pesar de tantas denuncias en su contra se encuentra libre y se sigue autodenominando "presidente interino". No meter preso a Guaidó es uno de los actos más inmorales, de ineptitud y complicidad de este gobierno, por los delitos tan atroces que a diario comete este terrorista contra el país, a pesar de las pruebas contundentes. Las acciones criminales de Guaidó no cesan, pues sus vínculos con grupos irregulares, narcoparamilitares, hampa organizada al suroeste de la ciudad de Caracas, son dirigidos y financiados por éste para intentar establecer en estos territorios encumbrados corredores de resistencia y ataque a centros neurálgicos de poder político en Caracas, ordenado por la CIA. A esto efectos surge otro rambo: Carlos Luis Revete (apodado el koki), quien tiene cargos en su contra desde el año 2013 por robo, homicidio, narcotráfico; tenía el control y manejo de la gasolina en algunos puntos de la capital, el cual le dejaba una buena suma de dólares. Al parecer toda Caracas lo sabían menos los organismos competentes. Koki formó una nueva estructura criminal llamada las "megabandas" compuesta por más de 50 delincuentes, muy bien organizada y armada, a tal punto que pueden volar los edificios de la capital. Era el líder de la megabanda en la Cota 905. Era, ya que los cuerpos de seguridad del Estado, en un solo bloque (3.110 funcionarios) han desarticulado poco a poco esta banda y sus nexos. Está organización estaba recibiendo entrenamiento en Colombia, le incautaron armas de alta tecnología provenientes de este país y de EE.UU, laboratorios de droga, secuestraron comerciantes, atacaron varias zonas de Caracas, entre otros actos terroristas que solo podían ser ejecutados por personas entrenadas por la CIA y grupos paramilitares, dirigidos desde el territorio por los partidos nazis de la derecha y Juan Guaidó. No es una situación fácil tocar unos puntos tan neurálgicos como las barriadas de Caracas, producto de un sistema salvaje que ha subyugado durante siglos a los pobres, derivado también de las políticas sancionatorias contra el país que ha impedido avanzar en la atención social en estas zonas; pero también por la ineficiencia del sistema de justicia del estado venezolano que no aborda este tipo de situaciones a tiempo, en conjunto con los ministerios pertinentes, como garantes de un Estado de Derecho y de Bienestar Social.
Este tipo de bandas son presas fáciles para la ultraderecha fascista y para la CIA para penetrar, cambiar su cerebro y manipularlo, para crear desestabilización, caos, miedo y confrontación con las fuerzas del Estado, a los fines de que el imperio logre su objetivo; pero ellos no lo saben o no son conscientes porque el sistema los ha preparado para el mercantilismo, al mismo tiempo para la sobrevivencia, y el fin justificará los medios para alcanzarlos. Aunque estas bandas dicen estar armadas hasta los dientes, esta lucha es desigual, es una guerra asimétrica. El gobierno venezolano debe volver su mirada a los barrios del país para evitar que surjan más rambos o Kokis, para ir hacia la construcción de una nueva estructura social que edifique al hombre nuevo. Dar de baja a algunos de estos delincuentes tal vez es inevitable; pero sí lo es dejar de invisibilizarlos, porque esto es una responsabilidad de un Estado que se dice llamar Socialista, aunque en la práctica no lo sea, volver su atención a estos lugares. Revete no es más que el espejo de la descomposición de una sociedad que se dejó atrapar por "las bondades" del imperio para sentirse el más fuerte, porque en la cultura capitalista él sabe que el pez gordo se come al más delgado, sin saber que el resultado final para él será ser el pez delgado. Lo más indignante de todo esto es que el gobierno siga afirmando que el promotor de estas barbaries es el Sr. Guaidó y sigue libre como si nada. Más que una torpeza, es un error, es un grado de irresponsabilidad, cuando tiene todos los elementos necesarios para condenarlo. Koki pasará a ser otro "soldado de dios" y Guaidó seguirá libre. ¡NO más impunidad!