Nuevamente el presidente Chávez insiste en maximizar los esfuerzos en pro de una diplomacia comprometida con el país y por ende propulsora de los aciertos sociales, políticos y económicos logrados en esto ocho años de revolución. Tareas que en primera instancia le corresponden al MRE como órgano de nuestra política exterior, pero que a la vez pone de manifiesto la necesidad de los cambios que le son urgentes en su estructura, pues allí, contrario a la aspiración presidencial y los esfuerzos del canciller y sus vise ministros, existe una corriente radicalmente contraria al proceso revolucionario, liderizada por una minoría cuya convicciones políticas e ideológicas, le demarcan claramente su actuación, apátrida, contra revolucionaria y golpista.
Recordemos, que la oposición golpista que por ahora existe dentro del estado y en particular en la estructura del MRE puede ser comparada con la PDVSA del paro y el sabotaje, pues en ella, también esta instaurado los valores corporativos de supremacía meritócratica, clasista, xenófoba y radicalmente racista, sobre lo cual estas minorías cimientan su predisposición a entorpecer además de la difusión de cualquier acierto de la revolución, el trabajo encomiable de los que ejercen una diplomacia en pro del logro de los objetivos trazados por la revolución en materia internacional.
Por otra parte, es importante recordar que las minorías conspiradoras antes señaladas, por mandato del imperio fueron formados bajo el enfoque de la neutralidad como principio, con el fin de propiciar un diplomático para la complacencia frente a los gobiernos aliados a USA, y especialmente hacer silencio ante los desmanes de la cuarta república, lo que trajocomo consecuencia un funcionario con un alto nivel de autismo ante la realidad, poco compromiso social y de espalda a las contradicciones socio-políticas de Venezuela. Tal situación transformo al servicio exterior en una suerte de exilio dorado que servia para beneficiar a todos aquellos interesados en tomarse unas vacaciones pagadas o ser co-participe de contratos leoninos, acuerdos desfavorables, entre otras acciones que lesionaron a la patria.
Ahora bien, frente a la petición presidencial de una política exterior que éste colocada en la primera línea mundial y que incremente nuestra capacidad para ejecutar una ofensiva con la cual desmontar la difamación a la revolución bolivariana, la alternativa para el logro de tal fin, es evidentemente propulsar de manera urgente, una reestructuración a fondo en el MRE cuyo primer paso implica, en el marco de la ley, sustituir el funcionariado resistente al cambio en nuestra misiones por legítimos patriotas comprometidos con los objetivos de la patria.
En ese sentido, el llamado es para todos los comprometidos con el proceso que los venezolanos orgullosamente llevamos adelante, a que no descansemos en la labor de desmontar al golpismo militantes que esta diabólicamente trabajando en contra del país y sus instituciones.
(*)Dr.
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