* Posición de la embajada de Venezuela en El Salvador.
El nuevo plan golpista contra el Presidente Hugo Chávez y su propuesta de reforma constitucional no tendrá éxito en Venezuela. Por más que la insensata oposición busque alterar el clima de libertades democráticas en nuestro país encontrará ante sí la férrea disposición del pueblo venezolano para defender y profundizar la revolución.
Desde que el pasado 15 de agosto, cuando el Presidente Chávez presentó ante la Asamblea Nacional un paquete de treinta y tres artículos a ser objeto de reformas, una oposición ciega e irracional, sin ideas, sin proyecto de país y sin vocación democrática, ha comenzado a ejecutar un plan de desestabilización institucional con el fin de obstaculizar los cambios que le darían a nuestro pueblo una mayor posibilidad de ampliar los contenidos participativos, protagónicos y populares de nuestra historia.
Se han dado cita para articular tal plan los conspiradores de siempre, utilizando como carne de cañón a jóvenes estudiantes de las universidades privadas, factores del comercio y de la banca, partidos de la vieja república, alta jerarquía eclesiástica, embajadas extranjeras, militares y, con mucha saña, los mismos medios de comunicación privados que alentaron acciones antidemocráticas en el pasado reciente.
Estos últimos han desplegado, basándose en tergiversadas informaciones de prensa, una campaña internacional con el fin de intentar socavar las bases de legitimidad de nuestro gobierno ante los gobiernos latinoamericanos. Para ello han difundido la infamia según la cual Venezuela estaría financiando organizaciones políticas y sociales para desestabilizarles. Nada más alejado de la realidad y de nuestra posición principista de las relaciones internacionales. Al respecto decimos que:
1.- Ni hay, ni habrá injerencia de Venezuela en los asuntos internos de otros países. Nos remitimos al cumplimiento estricto del principio de no ingerencia y de autodeterminación de los pueblos, y al respeto de la condición soberana de cada país para decidir sobre sus asuntos internos. No podríamos hacer en otro país lo que prohibimos expresamente en el nuestro.
2.- En lo que respecta a El Salvador, reivindicamos la larga historia de afinidades en materia de cooperación, solidaridad y paz. Desde el primer tratado de Amistad. Comercio y Navegación suscrito en 1883, pasando por la participación en el Grupo de Amigos que coadyuvó los acuerdos de paz en 1992; hasta hoy, la tónica de Venezuela ha sido la de consolidar los espacios democráticos y de respeto a la soberanía de ambos países.
3.- Hoy, en un esfuerzo por aprovechar las coincidencias y manejar con criterio de respeto las naturales diferencias, desarrollamos en El Salvador una actividad fundada en los principios humanitarios de solidaridad y cooperación como lo son: la Misión Milagro, los programas de becas, la cooperación y el intercambio cultural y, la histórica cooperación energética a través de PETROCARIBE, filial de PDVSA, co-propietaria de ALBA-PETROLEOS de El Salvador, cuyo fin es llevar a los y las salvadoreñas la gasolina, los lubricantes, el diesel, entre otros a un precio justo.