Liberación a Julián Conrado

Existe un derecho que es ineludible en la autodeterminación de los pueblos y es el derecho a la rebelión. De esto no existe la más mínima duda, ya que sería absurdo pretender que los pueblos sometidos no se rebelen.

No se puede negar en Colombia ese derecho a la rebelión, ya que el hermano país no se señala como el paraíso de las oportunidades en Latinoamérica, o es nombrado como el país más idóneo para vivir.

Colombia, según las estadísticas es el cuarto país del mundo en desigualdad, con un índice Gini de 0,58 (este coeficiente es la medida técnica de la desigualdad en la distribución del ingreso, en la que 1 es lo más alto).

Entre 74 países, Colombia ocupó el sexto lugar en función del puntaje que arrojó la medición de 7 indicadores entre los que están la tasa de homicidios, la percepción del nivel de corrupción y la tasa de desempleo.

Las actuaciones de las FARC y el ELN se pueden justificar; erradas o no, ese no es el tema ahora tratado; cuando el pueblo colombiano vive lo ya antes mencionado y donde una oligarquía cada día más millonaria explota a una mayoría sumergida en la miseria que antes me referí.

Entendemos esa lucha armada que desde los años 50 asola esta republica latinoamericana, producto de la autodefensa de un pueblo que obstinado de tanta vaina que lleva se rebele, pero lo que no entendemos es que un representante de esta lucha como lo es Julián Conrado se encuentre detenido en un país en donde se esta dando una revolución.

En los últimos días se ha visto el apoyo del gobierno de Santos a la majunchera que precisamente no están preparando lo mejor para nuestro país, sino tratando de a toda costa llevar a nuestro país a una guerra civil o a una invasión del imperio para llegar al poder sin importarles el camino de sangre y desolación que se produciría.


Tenemos como ejemplo Siria en donde un conflicto armado provocado por mercenarios que hasta comen carne humana, como salió en un video hace unos días y a esos escenarios nos quiere llevar los majunches con sus aliados, que entre ellos se encuentran personeros del país vecino.


Entre las cosas que han realizado es darle asilo a un tipejo como Carmona Estanga y si lo han hecho, mi pregunta es: ¿Por qué en Venezuela si se vive una revolución no se apoya a un representante de la autodeterminación de los pueblos como lo es Julián Conrado?

Como es posible que seamos los carceleros de un gobierno que pide el ingreso a la OTAN, olvidando que están bastante alejados del Atlántico del Norte, de donde provienen los países pertenecientes a esa organización, dirigida por los yanquis que no precisamente se pueden catalogar como amigos de Venezuela.

Es necesario que apoyemos a este camarada que lleva dos años detenido en cárceles en Venezuela y dejemos de ser tan cabrones del imperialismo.

Tuve la oportunidad de firmar una solicitud de petición al Presidente Maduro para el asilo a Julián Coronadode la cual me siento orgulloso de haberlo hecho y de una vez me comunique con mi esposa; la docente de la UBV. Kelly Valecillos de Rosario; para que ella lo hiciese también, cosa que acepto de inmediato, mostrándose complacida por el gesto solidario a una camarada como Julián Conrado.

Pienso si el deber de un revolucionario es hacer revolución, como lo dijo el Che Guevara; es preciso que todos los revolucionarios apoyemos la revolución y Julián Coronado es la Revolución de los pueblos.



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José Rosario Araujo


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