Sobre la renuncia de Ezequiel Zamora

Si usted le hubiese preguntado a un ciudadano cualquiera, cuál actitud
esperaba de la Coordinadora Democrática en caso de perder el referendo
revocatorio; tenga la certeza que le hubiese respondido que la hoy
difunta organización no aceptaría los resultados y que en consecuencia
gritaría fraude.

Si la pregunta hubiese sido, en cambio, si creía que la oposición
participaría en las elecciones regionales, a pesar de su tesis del
fraude; habría recibido una respuesta afirmativa.

Y no es para menos. La oposición venezolana es bobalicona y perfectamente
previsible en su accionar; pero es al mismo tiempo prepotente como el
que más, lo que le impide aceptar sus errores y aprender de ellos.

Con la sola excepción de la trampa de aquel nefasto 11 de abril, todas y
cada una de sus acciones han sido anticipadas por el gobierno. En aquella
oportunidad lo sorprendieron; pero no por la creatividad e inteligencia de
los líderes opositores; sino por la participación descarada de la CIA
y el Departamento de Estado del imperio norteño.

Ahora bien, conveniente es que nos preguntemos el porqué de la torpeza, la
falta de ideas, la omisión y la recurrencia constante en la mísma
práctica.

La respuesta a esta interrogante se circunscribe en el quehacer político
en el cual se formaron los actuales líderes de la oposición venezolana.
Ellos "crecieron" políticamente dentro de las filas de Acción Democrática y
Copei y en la práctica militante de las organizaciones de la IV república.

El soborno, el chantaje, el "contacto", los "toquecitos" a funcionarios, el
maletinazo, el fraude electoral y el padrinazgo eran las materias
que debían cursar y aprobar los que en esas organizaciones aspiraban a
escalar posiciones dentro de la estructura partidista.

El estudio, la táctica, la estrategia, la doctrina y el análisis de
escenarios fueron echados a un lado por quienes en esa epoca hacían
política sin rivales de peso y sólo debían luchar con compañeros de
partido o a lo sumo con el candidato de la organización con la cual
estaban hermanados.

Por esa falta de formación que redunda en incopetencia han sido derrotados
tantas veces en los últimos seis años? no tienen la más mínima idea de como
desarrollar un plan político que les garantice los resultados que anhelan y
resultan, en consecuencia, elementales y previsibles en grado sumo.
La demostración más evidente de lo que afirmo, en cuanto a la carencia de
inteligencia y formación política, se refleja en la pérdida de sus mejores
cuadros dentro de las fuerzas armadas; en la entrega del férreo control que
tenían en PDVSA y de la fuente de financiamiento que ésta les representaba;
en la reversión de la correleción de fuerzas que les favorecía en el
Tribunal Supremo; en la perdida del control que tenían sobre el CNE,
en la eliminación del poder de convocatoria de Fedecámaras y la CTV y
como si fuera poco en la pérdida de credibilidad que tenían sus eternos
aliados de la Iglesia y los medios de comunicación.

Sin embargo, lejos de aprender con tanta derrota, insisten en la estrategia
de la descalificación y el uso de los medios de comunicación como
punta de lanza de su accionar político. La última gran ocurrencia ha
sido la renuncia de Esequiel Zamora al CNE como parte del plan
destinado a deslegitimar la institución e intentar retrasar las elecciones
regionales.

¡Qué inocentes! En las filas del gobierno la decisión era esperada desde
hace más de un més, pués como todas las acciones de la oposición ésta
era perfectamente previsible. Es más, la acción ha debido ser tomada en
medio del anuncio de los resultados del referendo, si querían lograr
algún impacto dentro de ese escenario político.

Como habitualmente ha ocurrido, esta acción representada por la renuncia de
Zamora es politicamente inocua y estrategicamente extemporánea;
pero nopodía exigírsele más a una oposición con las características ya
mencionadas y para colmo de males dirigida por políticos de la talla de
Mendoza, Ledezma, Borjes y Römer.

En resumen, los resultados de esta acción opositora no lograrán evitar la
paliza electoral que se prevé recibirán y tampoco conseguirán que
las elecciones regionales sean pospuestas. El único cambio previsible es
que Zamora se quitará el disfraz de autoridad del CNE y pasará en
breve a ejercer la vocería abierta de sus aliados.

Alexis Arellano



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