A pocos días del triunfo contundente del Presidente Chávez en el referendo del pasado 15 de agosto recibimos noticias desde Chile acerca de una reunión del comando sur de la CIA en la cual se habría estado planificando la estrategia a seguir a partir de la realidad evidente de un mandato ratificado por la voluntad popular.
El plan, llamado “Shadows” o “Sombras”, tiene como objetivo crear un ambiente artificial que permita enlodar y cuestionar la indudable legitimidad del mandato presidencial, ello con el fin último de justificar acciones de fuerza que den al traste con el proceso revolucionario. En un par de artículos que escribí sobre este asunto señalé que, en el abanico de opciones no se descartaba la posibilidad del asesinato del Presidente Chávez si acaso otros medios no lograban deponerlo.
En ese escenario se inscribe la campaña denunciadora del fraude apenas a minutos de haberse confirmado el triunfo electoral. En modo alguno han necesitado de pruebas para demostrar algo que saben perfectamente que no existe. De lo que se trata es de mantener el ambiente lo suficientemente caldeado como para invocar acciones de fuerza. La continuidad del plan se hace aún más evidente cuando el sector comprometido con la conspiración anuncia ahora, en una especie de profetismo del desastre, la repetición de un fraude en las próximas elecciones regionales. De nuevo no les preocupa el fraude inexistente sino hacerle la cama y llevar agua al molino de la deslegitimación.
En esa conspiración dirigida por el comando sur de la CIA están comprometidos sus operadores locales, comenzando por los medios de comunicación social y terminando por grupúsculos, integrados por partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil, que por cierto, si realizan asambleas de sus miembros en un volkswagen sobran puestos. La nueva fase de esta conspiración está en marcha: forjar de antemano un ambiente de grave conflictividad que se produciría cuando ciertos gobernadores y alcaldes se nieguen a entregar sus cargos invocando la ilegitimidad de las elecciones, todos los medios al unísono están gastando toneladas de tinta y horas de radio y televisión para forjar esa matriz de opinión.
Están fabricando un cuadro general de conflictividad que justifique la acción última: Asesinar a Chávez. Hoy mismo, responsablemente, el Presidente Chávez ha denunciado la existencia de este plan conocido por fuentes de inteligencia y del que le han advertido distintas personalidades tanto de la América nuestra como de Europa y el propio EE.UU., lo que resulta cada vez más claro es que el plan existe, está en marcha y, o nos movemos rápido y con habilidad o podrían alcanzar sus objetivos.
Corresponde al pueblo revolucionario y bolivariano agudizar el estado de alerta, movilizar todas sus posibilidades de inteligencia social y saber que, si esta revolución bolivariana es verdadera, -y ésta lo es- y no se conforma con maquillaje más o menos aceptable de las estructuras económicas, más temprano que tarde tendrá que enfrentar el golpe severo del imperio. Tenemos que estar no sólo alertas, eso no sería suficiente, tenemos que estar preparados para enfrentar cualquier situación, del tipo que sea, que ponga en peligro la revolución.
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