Casus bolas y casus bellis

La política y el futbol tienen cosas en común. Por fortuna en el deporte las diferencias se dirimen sin que la sangre llegue al río. No así en la política, donde los conflictos conducen en última instancia a la guerra, la que algunos definen como "continuación de la política por otros medios".

Tanto en el futbol como en la política y la guerra existen "grandes potencias", que por lo general salen ganando en las confrontaciones debido a múltiples circunstancias, algunas de las cuales intentamos analizar.

La fama es un factor importante. El que va a enfrentar a Brasil en futbol o a los Estados Unidos en un duelo de cohetes carga psicológicamente con la fama del adversario que tiende a desmoralizar a los timoratos aún antes del inicio de las acciones.

El sitio de la confrontación influye en buena medida. Estados Unidos, por ejemplo, jamás ha tenido que combatir para defender su territorio en la zona continental. Quizás para hacer mejor negocio libra las guerras en otros países y es usual que cuando le toca enfrentarse a los nativos encuentra resistencias que no logra anular con la superioridad armamentista.

Brasil ha ganado muchos campeonatos fuera de su país, aún cuando enfrenta al equipo de la localidad. Perder frente a Brasil no es una deshonra, en cambio cuando se trata de los militares gringos la cosa cambia.
Como lo estamos viendo actualmente, las potencias en futbol no son invencibles y, a veces, los equipos menos conocidos les deparan amargas sorpresas.

Desde la guerra de Viet Nam la invencibilidad gringa pasó a ser un mito. Tienen como arrasar al enemigo desde el aire o en el mar, pero el asunto es distinto a la hora de ocuparle el territorio.
En el futbol los mejores equipos comerciales del mundo contratan negros y latinoamericanos. Algo parecido ocurre con las tropas gringas, igualmente mercenarias, donde los que menos pelean o mueren son soldados blancos y anglosajones.

A la hora de la verdad, en el futbol o en la guerra, el desenlace depende de la mística y el patriotismo que se aplica al juego o al combate. Los hombres son los mismos, dos brazos, dos piernas y dos bolas (o al menos una en el futbol).

agusther@cantv.net


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Augusto Hernández


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