Dicho lo anterior sobre el Poder Judicial, antes de exponer los detalles de la sentencia respecto a la Iglesia Evangélica en la Urbanización Canaima de Maracaibo, faltó, de acuerdo al título, el referirme a las próximas elecciones de gobernadores, alcaldes i diputados regionales a los Consejos Legislativos, para algunos aspectos que se dan en las distintas entidades de la “provincias” con lo cual algunos, tanto del gobierno como de la oposición en desbandada, señalan hacia el interior, sin percatarse de la importancia igualitaria que tienen todos los habitantes de una nación. Así, en el caso del estado Zulia i en particular Maracaibo, los dirigentes del movimiento V República han debido prestar más atención a las particularidades de esta entidad i, especialmente, a los hombres que pensando como en la IV República, siguen viendo esto como “cambio de gobierno regional” i oportunidad de “cargos vacantes”, “quítate tú para ponerme yo” o la oportunidad de pescar en río revuelto. Por eso a ciertas personas que consideran les pueden “hacer peso”, les tienen puesta una barrera para aislarnos, porque yo me incluyo, así no esté buscando nada. Eso ha hecho que, después de asomarse dos posibles candidatos para la gobernación i escoger a un tercero distinto, el presidente Chávez, ellos, (Calixto Ortega i Rodrigo Cabezas, ambos con credenciales i experiencia) conscientes de la importancia del proceso, de la necesidad de rescatar al Estado de las manos de un hombre que se identificó con el golpe de estado, firmando el decreto de Carmona, disolviendo todos los poderes i desconociendo la Constitución Bolivariana, acataron la decisión presidencial, no por sumisión, sino por disciplina i criterio político, por visión de futuro e interés fundamental en el proceso i la patria. No así personas del chavismo como Atala Uriana i Segundo Chirinos, quienes cometen un grave error, primero de cálculo (pues jamás tendría votos suficientes), luego de indisciplina (desconocer al líder de un proceso) i tercero restando votos para favorecer al adversario. Si el candidato es el Gral. Alberto Gutiérrez, nuestro deber de revolucionarios, es respaldarle totalmente. El caso de Gastón Guisandes es distinto; Gastón es hombre independiente, tiene su propio partido, fue candidato presidencial, tiene credenciales i tiene pueblo (porque realmente se ha dedicado a él i es como dice “la voz de los que no tienen voz”) i es una decisión mui personal, libre e independiente el aspirar o no, aunque debería calcular bien para que su clientela de votos, no vaya a favorecer al gobernador actual, ya que Gastón también se identifica con el proceso i con el chavismo. Finalmente Arias Cárdenas, con problemas dentro del mismo partido que fundó i aunque ahora con un bajo perfil de oposición, en comparación al que tuvo tiempo atrás (pues convalidó hasta con su presencia el Carmonazo) i cometió otros errores que ahora reconoce, a pesar de haber sido un buen gobernador, realmente carece de pueblo, puesto que ya el pueblo venezolano no es el mismo, de las cuatro décadas de la dictadura de partidos. Ahora es consciente de sus derechos i tiene la Constitución a mano; si alguna importancia puede tener su candidatura, es el poder restarle votos al gobernador.
Pero vayamos a los aspectos legales o jurídicos. Esta oposición venezolana que, particularmente la veo mui pobre intelectualmente (basta analizar la realidad i apreciar la personalidad de sus seudo líderes, los que asoman, para darse cuenta de qué bajo nivel de inteligencia demuestran); i los abogados asesores o sus técnicos, mayor decepción todavía: basta recordar los disparates del “matemático” Haussman o del abogado Álvarez buscando “pruebas” del fraude. Es tan mediocre esa oposición que, todavía no se han convencido de que la Tierra es redonda, perdón, que no tienen pueblo suficiente i que durante 40 años o más lo han creído, “masa”, “chusma” o simplemente “votos”. Les ha fracasado la llantera del fraude i han quedado en ridículo a escala mundial, enemistados hasta con la OEA i el Centro Carter; entonces ¿qué les queda? Un jabardillo de pájaros: unos llaman a la abstención; otros a desconocer la autoridad del árbitro, el CNE que es un Poder de la República i no se puede desconocer la autoridad de un Poder de la República, a menos que sea por la insurgencia. Antes no lo hicieron con el CNE que era nombrado a dedo por el Ejecutivo o el Congreso; finalmente otros a la suspensión del proceso eleccionario i situarlo por los días de diciembre ¿para qué? ¿se van a recuperar por unos días más, o es que tienen planificado otro golpe, un magnicidio, o secuestrar otra vez la Navidad? Por esto llueven los “Amparos”; nunca se había visto en la vida más amparos, i la mayoría sin fundamentos, pero saben que molestan e interrumpen. Esta es ya una oposición que se parece al cuento aquel del gallego que decía: “pues, si muero en Madrid, que me entierren en Sevilla i si muero en Sevilla, que me entierren en Madrid”. ¿I eso por qué? le preguntaron; a lo que respondió: pues hombre, ¡por joder, por joder! Si quiere comprobarse esto, veamos la actitud que tuvieron E. Zamora i Sobella Mejías, i que esta rectora ha prolongado hasta el fastidio. El peligro, radica siempre, para el gobierno, en el Poder Judicial; no sabemos cuando vayan a tener una oportunidad como la que se dio, cuando no encontraron delito alguno en los cuatro grandes protagonistas del golpe de abril, o lo que pretendió aquel energúmeno de la Sala Electoral, corregido por la Sala Constitucional.
Todo indica que están conscientes que se llevarán otra gran derrota electoral i ante ese bochorno, ante ese aplastamiento existencial que les proporcionará el pueblo, han recurrido algunos “connotados líderes” a la renuncia. Sin embargo, el Poder Judicial sigue siendo una incógnita i el Ministerio Público una simple sombra de posibles acusaciones, si el Fiscal Anderson fuese respaldado. Que tenga noticias de hechos o resoluciones judiciales, solamente sé que están presos los que derribaron la estatua de Colón o posiblemente vaya presa Linda Loaiza por tratar de defenderse i defender los derechos de la mujer; o tal vez quien escribe, cuando exponga los errores de una sentencia parcializada i viciada, que pisotea los derechos constitucionales i humanos, de un grupo de ciudadanos de la Urbanización Canaima de Maracaibo. ¡Cosas veredes, Sancho!
