La pseudo ciencia y el engaño de la medicina sistémica

“Los tratamientos científicos son cientos o
miles de veces más eficaces que los alternativos”
***
“La pseudociencia colma necesidades emocionales
poderosas que la ciencia suele dejar insatisfechas”

CARL SAGAN

Estos dos pensamientos o sentencias de Carl Sagan, profesor de la Universidad de Cornell i uno de los cerebros de la NASA, teórico de la ciencia de primera magnitud, son ilustrativos para comprender lo que sucede con los aventureros comerciales de algunas ciencias, principalmente la Medicina i aparecen expuestos en uno de sus estupendos libros, este titulado DEL MUN DO Y SUS DEMONIOS. Sin embargo, recomiendo de antemano a mis lectores, los que han seguido esta campaña contra ese sistema comercial o de neoliberalismo económico que es la Medicina Sistémica, liderada por un audaz ingeniero que comete delitos como el de intrusismo médico, además de lo objetable éticamente, recomiendo, repito, un excelente artículo aparecido en esa extraordinaria página incluida en APORREA, que se llama EN-CONTR-ARTE, el la sección de ideología, entrando luego a la de Ciencia, titulado FALSAS ENERGÍAS, PSEUDOCIENCIA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVA, firmado por Arnaldo González Arias, profesor de Física de la Universidad de la Habana, Cuba; donde expone de manera sencilla i comprensiva, los errores o engaños de las terapias alternativas en medicina i el uso indebido del concepto de energía. Este artículo aclarará muchas cosas, a ciertos lectores que me han escrito i confrontado ideas, con respecto a mis artículos en contra de la Medicina Sistémica que, empiezo a sospechar, tiene padrinos fuertes en el proceso revolucionario bolivariano.

Dice Sagan, en una de sus páginas que “la pseudociencia es más fácil de inventar que la ciencia”, corroborando lo que he dicho de colegas que se han plegado a este ingeniero para hacer clientela i negocio, pues un audaz como este señor José Olalde, les ha alienado la conciencia, con un lenguaje parecido al científico, pero que por dogmático se descubre, ya que anuncia su sistema como la gran esperanza de la humanidad, superando a la medicina científica, como algo infalible i curaciones casi milagrosas. Eso atrae a los enfermos crónicos, a los desahuciados i a los terminales, quienes en su desesperación por sanar o sufrir menos, son capaces de arruinarse persiguiendo una curación imposible, pero que ese tiempo puede ser aprovechado por ciertos profesionales para obtener de ellos grandes ganancias. Del audaz brujo contemporáneo de La Mesa de Esnujaque, he conocido casos de ricos extranjeros extorsionados, que ni siquiera lograron prolongar la vida, pero perdieron fortunas. Lo que sucede con la medicina es lo siguiente. Primero, la ciencia en sí, no es infalible i el científico es lo más opuesto al dogmatismo. La ciencia conoce sus limitaciones, las leyes científicas según el autor Jean Ullmo no son otra cosa que “relaciones repetibles” i por lo tanto se cometen errores. La diferencia está, como dice Sagan en que “la pseudociencia es distinta de la ciencia errónea. La ciencia avanza con los errores y los va eliminando uno a uno”. Por eso han existido cambios radicales en ciertas oportunidades i se han dado verdaderas revoluciones, como la Revolución de la Física Clásica, a fines del siglo XIX i comienzos del siglo XX, cuando apareció la Teoría de la Relatividad, el Electromagnetismo i la Teoría Cuántica. Estos campos, difíciles de estudiar i dominar, ha tenido hombres geniales como Einstein, Maxwell, Fermi, Oppeheimer, Dirac, Borh, Heisenberg, Mach i cientos más, siempre serenos, callados i cuidadosos en el manejo de las investigaciones teóricas i científicas, pero dejando conocer sus obras. De ello se aprovechan los audaces i entonces inventan teorías piratas, hallazgos extraordinarios pero falsos o negocios espectaculares, especialmente curativos, arropados de lenguaje científico, como los astrólogos se valen de la Astronomía. En cambio, “la sabiduría −dice Sagan− radica en comprender nuestras limitaciones”, aunque la ciencia ha avanzado mucho i la mejor medida de la calidad de vida física, es la longevidad que ha proporcionado el avance de la ciencia médica.

Arnaldo González con excelente claridad docente, se refiere a la especulación que se hace con los conceptos de bioenergía, energía vital i energía piramidal, i advierte que, la palabra “bioenergía” no aparece ni en los diccionarios científicos i que en los países de habla inglesa, cuando se usa bioenergy, es para referirse la obtención de de energía de fuentes naturales i renovables, como por ejemplo, sacar alcohol de la caña de azúcar. Lo otro es simplemente copia de antiguas teoría chinas, igual que hacen algunos escritores, escribiendo “filosofía” remozando viejas ideas o leyendas del oriente, que no tienen nada de filosófico, sino alguna belleza literaria. Esas otras energías, como la del triángulo de la sistémica, o de esa “aura” magnética que se irradia en colores alrededor del cuerpo humano, son trucos que facilita la tecnología de hoi, además de que no se degradan ni contribuyen al crecimiento de la entropía. Recuerdo a un colega de estos que practican medicinas alternativas que, en una Conferencia que dicté en el Centro de Investigaciones Clínicas de L.U.Z. respecto a la Medicina Biológica (otro fraude) me dijo que yo ignoraba que la acupuntura, el diagnóstico por el péndulo i otras especulaciones, se fundamentaban en la Teoría del Campo Unificado que, Einstein no pudo concretar, pero que ellos la habían hasta perfeccionado. Ante mayúsculo disparate i cuando lo hice quedar en ridículo por su ignorancia, violentamente se salió del salón. Vean hasta donde llegan los audaces.

Para el físico cubano, al tratar estas cosas de las terapias alternativas, hace hincapié en la necesidad de lo necesario para comprobar algo: 1) acumulación de evidencias experimentales; 2) proponer teorías realmente, como expongo en mi esquema del método de la ciencia, que puedan ser verificables, corroborables o falsificables. En ciencia no hai nada místico ni divino. Al final pone un ejemplo bien concreto. Se refiere a la Magnetoterapia de H.L.Basal. Esta teoría fundamenta todo lo prodigioso en los campos magnéticos del organismo, la introducción de magnetismo en las terapias i hasta usar productos, por ejemplo “azúcar magnetizada” o poner el paciente cierta fuerza magnética al preparar sus medicinas. La aparición de la Resonancia Magnética como recurso diagnóstico, demostró que el organismo resiste influencias magnéticas enormes, más que miles de imanes pequeños, i no se interrumpe ni la circulación sanguínea ni las conducciones nerviosas. La teoría Basal, era pura superchería.

Finalmente, González Arias puntualiza algo válido para objetar todas estas terapias, como las de la Medicina Sistémicas que vemos a diario, en una publicidad avasallante, referir milagros en casos aislados. Dice González: “Sólo se reportan casos anecdóticos aislados. No hay método científico. No hay grupos de control. No hay estadísticas. No se reportan resultados negativos. No hay reproducibilidad. No es posible repetir y verificar los resultados.” Empero, a veces se inventan estadísticas, pero jamás se someten a revisión ni nunca se recurre a organizaciones científicas ni a las Academias. Nadie niega los resultados que a veces tienen los remedios naturales caseros o hasta las terapias que usan ciertas tribus indígenas i que la homeoterapia i la acupuntura puedan obtener resultados positivos en ocasiones. La mayoría de las enfermedades son psicosociales en estos países con graves problemas de pobreza, i existen muchas personas sugestionables o son hipocondríacos. En medicina decimos que, no hai enfermedades sino enfermos i que, lo que no hizo el menor efecto en un paciente, en otro responde de maravillas. Sin embargo, cuando vemos una organización como la Medicina Sistémica, con una publicidad ilegal i antiética como puntualicé en el V de mis artículos, no hai dudas que se trata de obtener clientela cautiva a como de lugar. Nunca la medicina se ha anunciado así, violando todas las normas deontológicas i jamás han demostrado científicamente su valor. Por eso, muchas personas me adversarán i más los que solapadamente estén comprometidos en el negocio. Las razones que he expuesto en más de seis artículos no me han sido refutadas, pero el ingeniero Olalde tiene aliados i admiradores como Monseñor Ocando Yamarte, a quien desearía ver invitando a un profesional serio de la Medicina Científica, como tantos distinguidos hai en Maracaibo o en Caracas. Mientras no demuestren lo contrario, la Medicina Sistémica es un negocio i el Ing. José Olalde un audaz que quebranta las leyes, la ciencia i la ética.

robertojjm@hotmail.com


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Roberto Jiménez Maggiolo


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