El mundo al revés o el Estado de abajo hacia arriba

Cuando pensamos como es esto de cambiar el modelo, el sistema, para cambiar al mundo, decimos como dice un amigo mío: si el capitalismo dice frío, el socialismo o como quiera que se llame su contrario dice caliente, si el capitalismo dice oscuridad, el socialismo dice claridad, y así hasta conseguir voltearlo todo al revés, es decir, hacer una revolución.

Pero ¿cómo lograrlo en la práctica, si los burócratas enquistados en las instituciones, sólo están allí para mantener el viejo Estado, darle continuidad, mejorarlo, correr la arruga del Estado burgués, porque a fin de cuentas, no se le ocurre nada distinto, a lo sumo trata de emular en el discurso las ideas, pero no las lleva a la práctica?.

A mi humilde entender, el primer ejercicio para revolucionar algo, efectivamente como dice mi amigo, es hacer lo contrario, y digo, exactamente lo contrario, porque las medias tintas, nos llevan a las peligrosas negociaciones con la derecha endógena, que está a punto de consagrar la continuidad del sistema capitalista si los dejamos.

Pongo por ejemplo algo que me sigue preocupando y que ni con la ley de simplificación de trámites administrativos hemos podido cambiar: los procesos y procedimientos administrativos y financieros del Estado burgués.

1.- Cuando quiero contratar a un humilde plomero para arreglar los baños de la oficina y se gane esos realitos el señor del barrio, el que vive a destajo, el olvidado de siempre, no lo puedo contratar porque no tiene factura con RIF, en libreta de tres copias, hecha en una imprenta, etc. Este señor del barrio que me va a ser este trabajo por sólo su modesta mano de obra, es expulsado del sistema capitalista porque no completa estos recaudos, que si tiene por supuesto la empresa contratista del ingeniero fulano, que además por la factura, el RIF, su mano de obra colegiada, me va a cobrar diez veces lo que me cobra el señor del barrio, este si tiene acceso al sistema.

Pero además cuando el señor del barrio realiza el trabajo porque algún buen servidor o servidora pública se atrevió a darle esta oportunidad, debe conseguir truqueada la factura, porque si no el servidor o servidora se puede meter en problemas administrativos… Así aupamos al sistema burgués.

2.- Otro ejemplo es quien ejecuta los programas, planes y proyectos, no es quien administra. Es decir en algún lugar muy arriba de la estructura organizativa están quienes piensan, diseñan, planifican para quienes ejecutan, usualmente muy lejos de la realidad social y económica del lugar donde se llevará a cabo la ejecución de ese proyecto u obra.

Es decir, unos piensan, otros ejecutan, desconociendo la propuesta del modelo educativo bolivariano y la ley de planificación que nos indica que la planificación se asume como una herramienta de Estado en todos los niveles y que debemos pensar y hacer al mismo tiempo. El peor lado de esta ecuación, es que quienes ejecutan reciben migajas para la ejecución porque se sigue llevando la burocracia, es decir la nómina, el mayor porcentaje del presupuesto. Y esto me recuerda a una anécdota que siempre refiero, y es como los grandes organismos: ONU, UNICEF, FAO, etc., invierten en personal más dinero que el que gastan en sus programas de ayuda, por ejemplo si llevan $1000 millones de dólares en alimento para países pobres de África, gastan $3000 millones en enviar esa ayuda: transporte, personal, etc.

3.- Los gastos eventuales se llevan más dinero que el invertido en acciones y obras concretas, a pesar de la ley de reducción de gastos suntuarios, y el mejor ejemplo de ello lo ofrecen las oficinas de prensa e información de los organismos públicos. Sólo en publicitar la actividad, se puede invertir diez veces lo que ha costado la actividad… que terrible realidad burguesa.

4.- A pesar de las computadoras y los avances de la ciencia en programas para agilizar el trabajo administrativo, todavía debemos esperar meses, para la erogación de un cheque: que si la disponibilidad, que si los trámites, etc. Y de paso dependiendo siempre de la discrecionalidad de quienes participan en la cadena o ruta de ese cheque. Yo tuve que esperar dos meses de vacaciones de una empleada en una institución donde trabajé, porque era la única encargada de las liquidaciones del personal, y le debían dos vacaciones ¿qué tal?. Por cierto organismo nacido en la quinta república, no existente en la cuarta, pero con personal de las primera y segunda república… qué malo.

5.- Este tema de las rutas de un pago es donde mejor podemos observar donde está la necesidad de ponerlo todo patas pa´rriba: cuarenta pasos, ejecutados por cuarenta personas o hasta más, que usualmente consisten en:

A envía a B - B envía a C – C devuelve a A – A verifica con D – D contrasta con E – E reporta a F – F indaga con G – G reenvía a A – A devuelve a D – D indaga con F – F indaga con G, y así sucesivamente, he visto como en algunas instituciones se ha hecho un esfuerzo para reducir estos pasos y no ha sido nada difícil ¡Ah! Eso sí, ha implicado la reducción de personal en algunos eslabones de la cadena, que se crearon simplemente para darle trabajo a algún amigo o compadre en tiempos de la cuarta, y que lamentablemente la cuarta en la quinta ha seguido manteniendo esta práctica.

6.- No hay instancias a lo interno para la cocreación, evaluación, articulación, construcción de los proyectos, contimás para lo mismo que enumeré pero con el soberano, éste está detrás de la ambulancia siempre. Así como por ley se crean las oficinas de atención al ciudadano (¡Hurra! Por las que funcionan), deberán constituirse unidades para el trabajo de construcción con las comunidades y colectivos sociales. Si no entonces ¿cómo vamos a darle poder al pueblo? No será que con instancias para la participación del pueblo organizado, garantizamos que podamos darle el trabajo al señor del barrio, porque será avalado y contraloreado este trabajo o servicio, por ese colectivo: institución + pueblo. ¿No será que con instancias institución + pueblo haremos más transparente la gestión, y las contralorías se harán solas prácticamente porque podemos sobornar a dos o tres pero no a todo un barrio o comunidad? ¿Dónde entran los procedimientos y procesos que incluyan al pueblo, cuando las instancias del Estado son las que tienen por ahora toda la legitimidad del control? ¿Cuándo será que dejaremos a un lado los PCGA (Principio de Contabilidad Generalmente Aceptados), inventos del capitalismo que se han asumido como norma en todo el mundo occidental capitalista y en algunos orientales también?

EL mundo al revés nos obliga a inventar y errar, y corregir y seguir inventando, requerimos con urgencia cambiar este Estado, o terminará por imponerse de nuevo… vacilar es perderse.

tibisaymaldonado@gmail.com

julio 2010


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Tibisay Maldonado Lira


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