Los Estados Unidos de Norteamérica, seguramente, echan mucho de menos los viejos tiempos cuando utilizaban la política del garrote, cuando nos manejaban a su antojo, cuando aquí en Venezuela y en la mayoría de los países Suramericanos, contaban con gobiernos títeres que obedecían sus ordenes y les hacían el mandado. En Norteamérica, por lo visto, hay nostalgia por el pasado. No obstante, hay que desear a la parte norteamericana que comprenda las realidades del hoy. Es también necesario, para ellos, que lo hagan. De lo contrario, si los norteamericanos no comienzan a pensar con categorías actuales, partir de las realidades existentes, no avanzaremos en la búsqueda de la paz en el Hemisferio y de soluciones justas.
Esperamos que los políticos y los pueblos suramericanos, en este momento preciso de gran responsabilidad, estén a la altura correspondiente. El momento requiere acción en vez de simples declaraciones altisonantes, tras de las cuales no se desprende nada concreto. Nuestros pueblos están cansados, nuestros pueblos están hartos de la palabrería barata, necesitamos un avance real en la busca de la paz en nuestra Región. Y pensamos que esta tendencia va a crecer. En especial, tenemos esperanzas en la sabiduría de los políticos y los pueblos de Sudamérica. Sabemos lo desarrollado que está el lobbismo de los perros de la guerra en el Departamento de Estado, cómo marcha el proceso político en Norteamérica. Quizá por eso precisamente, al Presidente Obama le sea difícil tomar una decisión en este momento. Pero cuando se trata de fortalecer la paz en la región, emprender pasos reales con este fin, cuando se necesitan esfuerzos mancomunados; esto nos atañe a todos, y no sólo a Colombia y Venezuela. Entonces, creemos, que no hay que hablar de lobbismo, sino del sentido de responsabilidad, del sentido común de los pueblos, de la comprensión del valor de la paz, y de la necesidad de defenderla. Por esto es insultante acusar al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela de proteger guerrilleros de las FARC y del ELN en nuestro territorio, y a los Gobiernos que se pronuncian por la paz en la Región. Se trata de que los gobernantes defiendan su posición política y cívica. Nos alegramos de la atmósfera cordial, el gran interés por la defensa de la paz entre nuestros países.
Por la parte del Gobierno narco-paramilitar colombiano se dijeron en la reunión de Quito muchas cosas infundadas. Son muchas las causas, subjetivas y reales, pero la principal radica en que el gobiernucho títere de ese país depende del Gobierno de los Estados Unidos; de los grupos que productores de cocaína, que convirtieron el narco-tráfico en un negocio, en medio de obtención de grandes beneficios, en la razón de su existencia y en el sentido de su actividad. En ese debate el Canciller de Colombia trató de dedicarse también a la problemática ideológica, demostrando, hablando en términos suaves, su absoluta incompetencia e incomprensión de lo que es el socialismo y lo que sucede en él. Es simplemente desagradable repetir todo aquello. Varias veces hemos tenido la ocasión de oír que semejantes planes no sólo han sido edificados sobre falsos positivos, sino que son peligrosos, porque nos pueden conducir a políticas fatales. Conocemos mejor que nadie nuestros problemas. Éstos existen; los debemos examinar abiertamente y los solucionaremos. Sobre este particular tenemos nuestros propios planes, nuestros enfoques y también la voluntad común del Gobierno y del pueblo. Debemos decir, en general que Venezuela es fuerte hoy por su cohesión, por la actividad política del pueblo, por su dinamismo. Creemos que estas tendencias y, por consiguiente, también la fuerza de nuestro partido el PSUV irá creciendo. Venezuela, (como dijo nuestro Canciller) tiene con qué responder a cualquier reto, si es necesario. Lo saben los venezolanos, lo deben saber en toda la Región. Pero no queremos estar en juegos de fuerza. Esto es muy peligroso en esta época de vientos de guerra.
Estamos firmemente convencidos de que el largo estado febril de las relaciones entre Colombia y Venezuela encierra el peligro de una crisis inesperada y funesta. Se necesita dar pasos reales que nos separen del abismo de la guerra. Se necesitan de los esfuerzos venezolanos y colombianos y de toda la comunidad suramericana para mejorar radicalmente las relaciones entre nuestros dos Países y de todo el Hemisferio Sur del Continente. El encuentro fue útil, preparó el posible paso hacia adelante, y será un avance real hacia lo mejor, sí el Gobierno colombiano pasa, por fin, a las posiciones realistas y renuncia a las quimeras en las valoraciones. Para estos fines, en vísperas del encuentro de los presidentes de la UNASUR, se debe realizar un gran trabajo preparatorio, en el que estén participando los cancilleres de los países hermanos; lo que estén preparando para ese encuentro debe ser el resultado de un amplio y reiterado análisis con los dirigentes de los países de la Región. Trataran creemos de darle a la entrevista carácter esencial, de propuesta de largo alcance. Sobre la mesa de conversaciones Venezuela, puso un paquete completo de medidas importantes sobre la guerra civil que se libra en Colombia desde hace más de sesenta años, que en caso de ser aceptadas, darán inicio a una nueva era de paz en la vida de los colombianos y los países vecinos.
¡Manos fuera de Latinoamérica del imperialismo sionista!
manueltaibo@cantv.net