Fin a la impunidad: una exigencia

Terminar con la IMPUNIDAD es una de las duras y difíciles tareas que debe cumplir el pueblo venezolano junto al Gobierno en su lucha por alcanzar una verdadera democracia con justicia social.

La lista de delitos y crímenes que se mantienen impunes aumenta peligrosamente cada día, dejando libre a las personas que han cometido dichos delitos y en disposición de atacar nuevamente:

· Los directivos de la Policía Metropolitana y los francotiradores autores de los disparos que causaron los muertos y heridos del 11- A.
· Civiles y militares, imputados por la Fiscalía por el delito de Rebelión Militar, que avalaron con su firma el Decreto de Carmona “El Breve”, que disolvía los poderes, destituía funcionarios y derogaba la Constitución Nacional y las Leyes Habilitantes.
· Los autores del asedio a la Embajada de Cuba, vergonzoso incidente cuya imagen recorrió el mundo colocando a nuestro país en una incomoda situación.
· Los militares de la Plaza Altamira que además de alzarse en Rebelión Militar, son responsables del asesinato de soldados y civiles.
· Los autores de los múltiples actos de sabotaje a las instalaciones y equipos PDVSA durante el paro empresarial de diciembre de 2002 y enero de 2003.
· Los autores de lo asesinatos de la Avenida Los Próceres, a comienzos del año 2003.
· Los autores de los robos de materiales explosivos de algunas instalaciones militares.
· Los “sicarios terroristas” que han perpetrado los atentados explosivos a la Embajada de España, el Consulado de Colombia, el Edificio Teleport y la muerte de casi 100 campesinos.

La IMPUNIDAD en estos hechos favorece a los poderosos sectores fascistas opuestos al proceso de cambios y ligados a intereses transnacionales. Estos sectores que pagan sicarios: “asesinos a sueldo” que hacen el trabajo sucio. La más baja condición a la que puede llegar una persona.

Saber a quien favorece no es suficiente, necesario es DEMOSTRARLO y esa es la obligación de las instituciones.

IMPUNIDAD: una tradición en Venezuela

La impunidad de la gozan los autores de los hechos citados anteriormente no es nueva en nuestro país, tiene una larga tradición, de ella se han beneficiado los autores de:
· Las DESAPARICIONES practicadas en los años ‘60
· Las torturas y muerte de Alberto Lovera
· La muerte de por lo menos tres mil compatriotas en estos últimos cuarenta años
· La Masacre de Cantaura
· La Masacre de Yumare
· La Masacre de El Amparo
· La Masacre de “Caracas”, que siguió a los saqueos del 27 y 28 de febrero de 1989, con el objeto de detener la protesta popular.

La tradicional IMPUNIDAD que ha provocado graves daños a la mayoría de la sociedad venezolana es posible porque el sistema de justicia, Tribunal Supremo, Fiscalía, Cuerpos Policiales han estado dirigidos por funcionarios “corrompibles” y/o temerosos de las “tribus judiciales” que se instalaron desde hace muchos años en ese sistema.

DEMOSTRAR la autoría y responsabilidad de cada uno de los participantes en los abominables hechos que han ocurrido estos últimos años, fue la tarea que se planteó el Fiscal Danilo Anderson y eso le costó la vida.

Que no se equivoquen quienes tienen la responsabilidad hoy de impartir justicia: Tribunal Supremo, Fiscalía General, Defensoría del Pueblo, Asamblea Nacional, Cuerpos Policiales y todas las instituciones comprometidas en esa misión: la misma madurez política alcanzada por el pueblo venezolano que lo lleva a dominar el dolor y la rabia, será la encargada de EXIGIR a esas instituciones cumplir con el mandato constitucional establecido en el Artículo 253 que señala: “La potestad de administrar justicia emana de los ciudadanos y ciudadanas y se imparte en nombre de la República por autoridad de la ley.”

El clamor de justicia silenciado por tanto tiempo, dejó de serlo para transformarse en un grito de millones de voces que EXIGE fin a la IMPUNIDAD.





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