Vuelta a la semilla de un “revolucionario”

Anticomunistas por recule de frente

A Emiliano, uno recuerda haciendo gala de exquisita facilidad de palabra y sólidos argumentos, en debates dados en distintos espacios, contra nuestros adversarios. Sus teorías y razonamientos, como fuerza física, eran armas que metían el rabo entre las piernas a quienes enfrentaba.

Explicaba brillantemente la diferencia entre socialismo, capitalismo y hasta con el capitalismo de Estado, en aquellos días, ya no siendo jovencitos, cuando cuestionábamos al Estado Soviético y Partido Comunista de la URRSS.

Se sentía tan seguro en aquellos asuntos que, en cada debate o conversación informal en la cual participasen opuestos, asumía con pasión el derecho a la defensa nuestra, como si desconfiase de nosotros para hacerlo. Su prédica se centraba en que el capitalismo, por razones estructurales, su manera de organizar la producción y abusiva distribución de la riqueza, nada tenía que ver con la democracia. El Estado, los derechos, reflejaban aquello, dando por resultado una sociedad dividida en clases, garantizando privilegios a explotadores.

“Sólo el socialismo es democrático”, decía con firmeza donde estuviese.

Pero tantas derrotas en Venezuela, caída de Allende, disolución de la URRSS, arrinconamiento a Cuba, desplazamientos del poder de partidos comunistas europeos, en fin eso que llamaron absurdamente “fin de la historia”, que obligó a un replanteamiento, condujo a muchos a que todo lo que habían creído como estrategia era un fracaso o mentira, hasta aquello de imperialismo y explotación o simplemente lucha de clases. Marx y otros tantos clásicos, dejaron de tener significado. A aquéllos acusaron de los errores cometidos por otros, hasta por nosotros y acusadores mismos. El hecho que el capital y el capitalismo cambiasen, se mimetizasen, lo que exigía nuevas metodologías para abordarlos, un cambio de actitud de los “revolucionarios” conforme a las leyes de la dialéctica, pensar que si el enemigo se disfraza no indica que haya dejado de existir, lo atribuyeron a la ineficacia de aquellos instrumentos que creían manejar habilidosamente. Todo lo creyeron mentira, se pensaron desnudos y optaron por conciliar con el enemigo. Se arroparon con ellos, plegaron, adoptaron sus poses y discursos.

Ya todo el mundo sabe qué pasó con lo soviético. Es elemental, estrictamente hablando, allá no hubo socialismo y comunismo menos. Lo de comunismo es una palabra que comúnmente se ha asociado al Estado soviético y los partidos que así se llaman. Sociedad comunista nada tiene que ver, también estrictamente hablando, con lo que fue la URRSS y otras sociedades que así llaman. El comunismo es la propuesta más depurada como organización social que el hombre haya creado y tiene su antecedente cierto en las comunidades primitivas. Es, para decirlo de un modo extraño y en parte contradictorio como el título, el reino de la igualdad y hermandad entre humanos. Plantearlo y asumir el debate como si eso indisolublemente está ligado a lo soviético y países donde han gobernado partidos comunistas, “eso que llamaron el socialismo real”, es algo más que insensato. El debate mismo no es nada pertinente.

Por algo, no para perder el tiempo o engañar a nadie, ni ofrecer lo que a la vuelta no está, hablamos del socialismo del siglo XXI.

Por estos enredos, falta de fe, permitir que en nuestras almas esos elementos se incubaran, surgieron retoños de la clase de al lado, del adversario, quien con uno convive en una sociedad capitalista.

Ahora Emiliano, cuyo discurso era y es pura plastilina, trata de amoldar al de sus antiguos adversarios. Es candidato opositor y su consigna dice, “Vota por la democracia contra el comunismo”. Lo menos que uno piensa, recordando su palabra vieja, es que de tanto recular, meterle al “recule de frente”, volverá a la semilla. Ni él mismo podrá reconocerse; ya no lo distingo.

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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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