Un análisis intenso
Desde el punto de vista económico, el neoliberalismo significó para el continente en general, con pocas excepciones, una reducción relativa del crecimiento del PIB y una serie de crisis financieras. Hubo también una gran ola de privatizaciones, en ciertos países equivalentes a una verdadera piratería, en favor de intereses capitalistas, en gran parte extranjeros. Los salarios reales bajaron, muy a menudo en una escala más altas que en los países de fuerte industrialización. El desempleo aumentó en las zonas de industria y la urbanización salvaje se aceleró, especialmente hacia las grandes metrópolis, debido al subdesarrollo rural.
La consecuencia fue un aumento drástico de la pobreza. En el año 2000, había 224 millones de pobres, hoy existen 250, (menos de 2 dólares por día) y entre ellos 150 millones de personas viviendo, según los cálculos del Banco Mundial, en la extrema pobreza, es decir con menos de 1dólar por día. Hubo 50 millones de pobres adicionales cuando se compara con 1990. Otro factor es el aumento de las migraciones, especialmente en ciertas regiones, de México, de América Central y del Caribe hacia los Estados Unidos, migraciones internas entre Nicaragua y Costa Rica, migraciones de Ecuatorianos, Colombianos, Nicaragüenses, hondureños y Bolivianos hacia Europa, en particular España, etc. En las regiones del narcotráfico, los campesinos que cultivan la coca para la producción de cocaína, viven en regiones de depresión económica y generalmente de destrucción de sus cultivos tradicionales. En otras, como en Argentina, Brasil o Colombia, la monocultura de soja, eucalipto, palma, etc. han sido causas, no solamente de destrucción ecológica de las selvas originales, sino también de expulsión a veces con violencia de poblaciones locales.
Entre 15 y 20% de la población, según los países, gozan de un desarrollo económico bastante espectacular y tienen un poder adquisitivo en aumento, que se dirige en gran parte hacia los bienes y servicios sofisticados producidos por el exterior.
Desde un punto de vista político, las nuevas democracias que remplazaron los regímenes militares o dictatoriales, se desarrollaron dentro de una impunidad jurídica de los actores políticos precedentes y con una crisis profunda de la democracia representativa. El conjunto de estos factores provocó un declive real de la credibilidad de las instituciones políticas tradicionales, aún las que fueran fruto de movimientos sociales, como en Brasil, Nicaragua y Uruguay.
3. La relación entre los movimientos sociales y las nuevas izquierdas políticas
Es innegable que desde el principio del nuevo siglo, se construyó un proceso dialéctico nuevo en las relaciones entre los movimientos sociales y los partidos políticos. Evidentemente, el contexto histórico y la tradición política de cada país influyen sobre las formas de este proceso. Se trata de actores en interacciones y por consiguiente, de ninguna manera de un proceso linear. Es lo que vamos a tratar de describir antes de abordar algunas reflexiones a propósito de sus interpretaciones en las ciencias sociales.
1) Los movimientos sociales
Durante el periodo neoliberal se produjo un cierto agotamiento de los movimientos sociales tradicionales. Esto no es únicamente típico del continente latinoamericano, sino un hecho bastante generalizado en el resto del mundo. Los movimientos obreros fueron afectados por las políticas neoliberales, que implicaban una ofensiva contra el trabajo, al fin de reanimar la acumulación del capital. Se desarrollaron en muchos países del continente, zonas francas, con grandes obstáculos para la existencia de sindicatos; el gran desarrollo del sector informal que constituyó una dificultad para la organización social, tanto como el aumento del desempleo y la represión contra líderes de los movimientos obreros, tuvieron efectos muy negativos sobre su fuerza de contrapeso. Lo mismo vale para los movimientos campesinos que encontraron grandes oposiciones, y a veces represiones violentas, que impidieron lograr las reformas agrarias proyectadas. Solamente en algunos países, como en Brasil, los campesinos poseen una cierta fuerza organizativa. Los movimientos estudiantiles por su parte, perdieron también su impacto, porque este grupo social estaba predominantemente preocupado por su integración en el mercado neoliberal, sin hablar de su fragmentación ideológica. Se debe sin embargo, señalar un hecho nuevo, la reacción de los estudiantes de escuelas segundarias en Chile contra las consecuencias de un neoliberalismo exacerbado.
(Continuará…)
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