Los aguinaldos: de noche buena a noche mala

En reuniones familiares, durante la cuarta república, tocábamos el tema PDVSA. Algunos miembros de nuestra familia laboraban en PDVSA; algunos se fueron a paro; otros, no. En esas tertulias familiares y en especial por estos tiempos de pago de aguinaldos, los que no participábamos de las “bondades contractuales” de la convección colectiva petrolera porque nuestros servicios profesionales no se prestaban a través de la filial petrolera sino a través del IVSS, contrastábamos las prebendas entre una y otra convención colectiva de trabajo y las diferencias eran abismales.

Así, por ejemplo, mientras a los trabajadores de la industria petrolera de manera casi que mística; religiosa diríamos nosotros, muy anticipadamente, sin que los trabajadores tuviesen que amenazar con paros, el Estado Venezolano, el de la cuarta república, llamaba a la mesa de negociaciones y año tras año, como debe ser, los trabajadores de la Estatal Petrolera salían beneficiados en las cláusulas contractuales que se discutían; en tanto, los de los otros sectores públicos, tenían que recurrir a la amenaza del paro.

Durante la cuarta república y durante 33 años de ejercicio profesional para las instituciones de salud del Estado, no recordamos que ninguna contratación colectiva con el Estado se diera sin la velada amenaza de paros o huelgas.

Así mismo comentábamos, que los aguinaldos (90 días) de los trabajadores de la Estatal PDVSA, eran cancelados en su totalidad y en una sola monta el último día de octubre; en tanto, para los otros sectores, magisterio, salud, etc., eran cancelados sólo 60 días pero, en una sola monta.

Con el advenimiento de la quinta república hubo un gran avance. Se llevó de 60 días de bonificación a noventa los aguinaldos de todo el sector público y eso fue recibido no como una dádiva, sino como un acto de justicia e igualdad social. No obstante, a pesar de este logro, seguíamos discriminados; discriminados porque mientras para los petroleros se mantenía el pago de los noventa días el último de octubre en una sola monta, para los demás trabajadores del Estado, este pago se fraccionó en dos partes: dos meses en la primera quincena del mes de noviembre y la diferencia, en el caso del IVSS, no sé de otros sectores, el 1° de diciembre.

Este año, el gobierno nacional, le da el gran madrugonazo al sector público y fracciona sus devaluados aguinaldos, en “tres tercios”, como para no decir en tres partes, porque suena como feo, pero que a los efectos es lo mismo, poniéndole la última parte de sus utilidades ; es decir, un mes de su empobrecido salario y que para esa fecha estará aún más devaluados por el factor especulativo, propio de las fechas, a escasos 9 días de la noche buena; noche, que de buena, el gobierno se la transforma a sus trabajadores públicos, escuálidos y chavistas, en mala noche o noche mala, como se prefiera llamar.

Estas son las cosas que los de a pie no entendemos; pero que al final se traduce en votos, votos que pueden transformar lo que pudiera ser una noche buena, en una noche mala para el gobierno el primer domingo de diciembre de 2012.

¡El que tenga oídos, que oiga!


elieceralvarado@hotmail.com


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Eliécer Alvarado

Médico y revolucionario.

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