Fancisco Fajardo en su empeño de conquista

En abril de 1555 salió  de la Isla de Margarita el nativo mestizo Francisco Fajardo, trayendo en su compañía a tres paisanos suyos descendientes de españoles, a veintidós indígenas vasallos de su madre y algunos rescates para comerciar con ellos en la costa. En llegado a ésta, recorrió  por la mar la Provincia de Cumaná y doblado el Cabo Codera, tomó  puerto en el río Chuspa, primer paraje de la región que buscaba, para emprender desde allí su conquista de Tierra Firme, y volvió  a su ínsula muy animado por el buen principio que tenían sus asuntos. 

En 1557 salió  por segunda vez de Margarita, acompañado de su madre, cien indígenas Guaiqueriés vasallos de ésta, y seis compañeros españoles y mestizos; hizo escala en Píritu, de cuyo territorio, situado en la costa a barlovento del Cabo Codera, eran caciques dos indígenas ya cristianados amigos suyos. Habiendo logrado allí que se le reunieran cinco españoles y cien indígenas más, emprendió nuevamente la jornada y desembarcó un poco a sotavento del puerto de Chuspa, en el sitio Panecillo, a donde, con la noticia de su arribo, fueron luego a visitarle varios caciques de la costa y otros circunvecinos, creciendo tanto con la presencia de la madre el efecto que ya tenían al hijo, que para determinarlo a vivir entre ellos, ofrecieron graciosamente a uno y a otra el albergue de aquel valle. 

Bien se deja entender que el astuto margariteño no deseando otra cosa, aceptó y sin muchos cumplimientos el regalo; y sí bien como hombre que tenía don de acierto, se había guardado de solicitarlo a las claras; más pensando en seguida que él se había introducido en aquel negocio por sí sólo, sin tener jurisdicción, se abstuvo de pasar más adelante, no fuera que después de compromisos y fatigas, disfrutase algún otro a título de autorizado su trabajo. Para ponerse en regla resolvió abocarse al Gobernador Gutiérrez de la Peña, y al efecto, tirando por mar la costa abajo, pasó a Borburata y seguidamente a El Tocuyo, mientras su gente se entretenía en Panecillo, levantando casas en que poder alojarse. Como era natural, Gutiérrez de la Peña recibió de mil amores al mestizo, elogió su resolución, le animó a continuar diligente lo empezado ya con tan buen éxito, y creyendo justa su demanda, le dio título para que en su nombre pudiese gobernar toda la costa, desde Borburata hasta Maracapana, y poblase las villas y lugares que juzgase necesarios al progreso y resguardo de la conquista. Satisfecho Fajardo con el buen despacho de su asunto, volvió por el mismo camino a Panecillo, y en el sitio del villorrio que los suyos habían formado levantó una villa que tituló de El rosario.  

Diose de inmediato a guerrear contra los naturales, quienes en son de represalias envenenaron las aguas de los pozos, pusieron sitio a la villa y la atacaron luego con indecible furia, dando muerte a la madre del conquistador. Más, aunque eran muchos contra la pequeña fuerza de Fajardo, logró éste desbaratarlos completamente; si bien conociendo lo imposible que era mantenerse por la fuerza en la comarca, hubo de abandonarla, recogiéndose con su gente a las Piraguas y dando la vela para Margarita, a donde llegó a fines de 1558. 

En 1559, bajo la Gobernación de Pablo Collado, Fajardo volvió a su empeño de conquista con prevención bastante de ganado vacuno y otras cosas necesarias a la subsistencia de la tropa, arribó a la costa de Caraballeda y fundó una villa varios años antes que Caracas con el nombre de Villa del Collado. Donde levantó el Fuerte de Nuestra Señora de Caraballeda en 1556. Le atrajo sin duda su espaciosa bahía y la amplia llanura con su legua de rigor, para protegerse de los piratas, que ascendía hasta las frescas colinas donde enclavó la puebla y que luego fue abandonada. ¿Pueden compararse remotamente sus ventajas naturales, estratégicas y climáticas con el sitio donde se fundó La Guaira, de mar agitado, nacida estrecha entre la Mar y la montaña y con uno de los peores climas del orbe?  

El Capitán Lope de Aguirre, (Príncipe de la Libertad) nació en 1514 en Oñate, dentro del país vasco; llegó a Venezuela procedente del Perú el 21 de julio de 1561 y murió en Barquisimeto el 27 de octubre del mismo año. Más conocido en nuestra historia con el nombre de El Tirano Aguirre, pues, navegando por el Marañón después de dar muerte al Gobernador Pedro de Ursúa y a su Teniente General Juan de Vargas, confió el mando a Fernando de Guzmán a quien no tardó en desconocer y asesinar para ponerse al frente de la expedición y luego que salió a la mar Océana puso proa a Margarita; más, batidas sus naves por un temporal, arribó a la ensenada de Paraguachí, que desde entonces tomó el nombre de El Tirano. Ofreciéndole a Fajardo que se le uniese en la lucha contra Felipe II Rey de España, más éste se negó a tal empresa. 

Volvió Fajardo a Tierra-Firme, más no pudiendo mantenerse en el Collado hubo de abandonarlo, despachando parte de su gente a Borburata y embarcándose él con el resto para Margarita, previo juramento de regresar en breve, aunque perdiese la vida; y así, cuando llegó a su Isla se ocupó  con más empeño en buscar los medios necesarios para recuperar lo perdido, De tal manera que a principios de 1564 se hallaba con gente, caballos, armas y municiones de boca y guerra suficientes para dar a la fortuna un nuevo tiento en el Continente. Despachó a sus soldados, con gran prevención de pertrechos y orden de esperarle en el río Bordones, a sotavento de Cumaná,  en donde, luego que ya no tuvo más que hacer en Margarita, se les incorporó para dar principio a su campaña, pero llamado engañosamente por Alonso Cobos, Justicia Mayor de Cumaná, éste le dio muerte de horca sin más fórmula de juicio, lo cual sabido por los margariteños, resolvieron vengarle, y al efecto, capitaneados por el Justicia Mayor de la Isla, atravesaron con gran secreto el canal en sus Piraguas, y entrando de noche y sin ser sentidos en Cumaná, prendiendo a Cobos y lo llevaron a Margarita, donde fue substanciada su causa y por mandato de la Real Audiencia de Santo Domingo, arrastrado por las calles, ahorcado y dividido en cuartos. 

Diego de Losada viendo la necesidad de establecer en la marina una población que facilitase las comunicaciones con la metrópoli, así como la entrada de los socorros que necesitaba y en consecuencia, bajó a la costa, ajustó  paces con los caciques del contorno y en el mismo sitio en que estuvo La Villa del Collado fundó, el 18 de septiembre de 1568, la ciudad de Nuestra Señora de Caraballeda, nombrándole, según costumbre su correspondiente Justicia y Regimiento. 

A fines de 1560 el Diputado de Venezuela ante la Corte española, Sancho Briceño, obtuvo, entre otras, la utilísima concesión de poder recibir de la Península todos los años un buque de registro, cargado por cuenta de los habitantes, y pagando solamente la mitad de los enormes derechos que pesaban sobre todo lo que entonces salía del único puerto de España autorizado para hacer el comercio con las Indias. Concesión ésta tanto más importante, cuanto que la metrópoli había adoptado el principio de no acordar sino difícilmente y a costa de muchos gastos el permiso de hacer expediciones a sus colonias. El navío de registro hizo viaje en efecto todos los años de Sevilla a Borburata, y después que éste puerto fue abandonado, gozó la merced el de La Guaira hasta 1634, cuando los holandeses se establecieron en la antigua Isla de Los Gigantes (hoy Curazao) y formaron con el Continente sus relaciones de comercio ilícito, difícil de reprimir en una comarca de vastas costas cuyos habitantes y autoridades lo favorecían.

Cita: de La Historia Naval de Venezuela. 

Saludos cordiales, Bolivarianos y Revolucionarios.

Hasta la Victoria Siempre.

Patria Socialista o Muerte ¡Venceremos!

  manueltaibo@cantv.net                                                                                       


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Manuel Taibo


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