En 1557 salió
por segunda vez de Margarita, acompañado de su madre, cien indígenas
Guaiqueriés vasallos de ésta, y seis compañeros españoles y mestizos;
hizo escala en Píritu, de cuyo territorio, situado en la costa a barlovento
del Cabo Codera, eran caciques dos indígenas ya cristianados amigos
suyos. Habiendo logrado allí que se le reunieran cinco españoles y
cien indígenas más, emprendió nuevamente la jornada y desembarcó
un poco a sotavento del puerto de Chuspa, en el sitio Panecillo, a donde,
con la noticia de su arribo, fueron luego a visitarle varios caciques
de la costa y otros circunvecinos, creciendo tanto con la presencia
de la madre el efecto que ya tenían al hijo, que para determinarlo
a vivir entre ellos, ofrecieron graciosamente a uno y a otra el albergue
de aquel valle.
Bien se deja entender
que el astuto margariteño no deseando otra cosa, aceptó y sin
muchos cumplimientos el regalo; y sí bien como hombre que tenía
don de acierto, se había guardado de solicitarlo a las claras; más
pensando en seguida que él se había introducido en aquel negocio por
sí sólo, sin tener jurisdicción, se abstuvo de pasar más adelante,
no fuera que después de compromisos y fatigas, disfrutase algún otro
a título de autorizado su trabajo. Para ponerse en regla resolvió
abocarse al Gobernador Gutiérrez de la Peña, y al efecto, tirando
por mar la costa abajo, pasó a Borburata y seguidamente a El Tocuyo,
mientras su gente se entretenía en Panecillo, levantando casas en que
poder alojarse. Como era natural, Gutiérrez de la Peña recibió de
mil amores al mestizo, elogió su resolución, le animó a continuar
diligente lo empezado ya con tan buen éxito, y creyendo justa su demanda,
le dio título para que en su nombre pudiese gobernar toda la costa,
desde Borburata hasta Maracapana, y poblase las villas y lugares que
juzgase necesarios al progreso y resguardo de la conquista. Satisfecho
Fajardo con el buen despacho de su asunto, volvió por el mismo camino
a Panecillo, y en el sitio del villorrio que los suyos habían formado
levantó una villa que tituló de El rosario.
Diose de inmediato
a guerrear contra los naturales, quienes en son de represalias envenenaron
las aguas de los pozos, pusieron sitio a la villa y la atacaron luego
con indecible furia, dando muerte a la madre del conquistador. Más,
aunque eran muchos contra la pequeña fuerza de Fajardo, logró éste
desbaratarlos completamente; si bien conociendo lo imposible que era
mantenerse por la fuerza en la comarca, hubo de abandonarla, recogiéndose
con su gente a las Piraguas y dando la vela para Margarita, a donde
llegó a fines de 1558.
En 1559, bajo la Gobernación
de Pablo Collado, Fajardo volvió a su empeño de conquista con
prevención bastante de ganado vacuno y otras cosas necesarias a la
subsistencia de la tropa, arribó a la costa de Caraballeda y fundó
una villa varios años antes que Caracas con el nombre de Villa del
Collado. Donde levantó el Fuerte de Nuestra Señora de Caraballeda
en 1556. Le atrajo sin duda su espaciosa bahía y la amplia llanura
con su legua de rigor, para protegerse de los piratas, que ascendía
hasta las frescas colinas donde enclavó la puebla y que luego fue abandonada.
¿Pueden compararse remotamente sus ventajas naturales, estratégicas
y climáticas con el sitio donde se fundó La Guaira, de mar agitado,
nacida estrecha entre la Mar y la montaña y con uno de los peores climas
del orbe?
El Capitán Lope de
Aguirre, (Príncipe de la Libertad) nació en 1514 en Oñate, dentro
del país vasco; llegó a Venezuela procedente del Perú el
21 de julio de 1561 y murió en Barquisimeto el 27 de octubre del mismo
año. Más conocido en nuestra historia con el nombre de El Tirano Aguirre,
pues, navegando por el Marañón después de dar muerte al Gobernador
Pedro de Ursúa y a su Teniente General Juan de Vargas, confió el mando
a Fernando de Guzmán a quien no tardó en desconocer y asesinar para
ponerse al frente de la expedición y luego que salió a la mar Océana
puso proa a Margarita; más, batidas sus naves por un temporal, arribó
a la ensenada de Paraguachí, que desde entonces tomó el nombre de
El Tirano. Ofreciéndole a Fajardo que se le uniese en la lucha contra
Felipe II Rey de España, más éste se negó a tal empresa.
Volvió Fajardo
a Tierra-Firme, más no pudiendo mantenerse en el Collado hubo de abandonarlo,
despachando parte de su gente a Borburata y embarcándose él con el
resto para Margarita, previo juramento de regresar en breve, aunque
perdiese la vida; y así, cuando llegó a su Isla se ocupó
con más empeño en buscar los medios necesarios para recuperar lo perdido,
De tal manera que a principios de 1564 se hallaba con gente, caballos,
armas y municiones de boca y guerra suficientes para dar a la fortuna
un nuevo tiento en el Continente. Despachó a sus soldados, con gran
prevención de pertrechos y orden de esperarle en el río Bordones,
a sotavento de Cumaná, en donde, luego que ya no tuvo más que
hacer en Margarita, se les incorporó para dar principio a su campaña,
pero llamado engañosamente por Alonso Cobos, Justicia Mayor de Cumaná,
éste le dio muerte de horca sin más fórmula de juicio, lo cual sabido
por los margariteños, resolvieron vengarle, y al efecto, capitaneados
por el Justicia Mayor de la Isla, atravesaron con gran secreto el canal
en sus Piraguas, y entrando de noche y sin ser sentidos en Cumaná,
prendiendo a Cobos y lo llevaron a Margarita, donde fue substanciada
su causa y por mandato de la Real Audiencia de Santo Domingo, arrastrado
por las calles, ahorcado y dividido en cuartos.
Diego de Losada viendo
la necesidad de establecer en la marina una población que facilitase
las comunicaciones con la metrópoli, así como la entrada de los
socorros que necesitaba y en consecuencia, bajó a la costa, ajustó
paces con los caciques del contorno y en el mismo sitio en que estuvo
La Villa del Collado fundó, el 18 de septiembre de 1568, la ciudad
de Nuestra Señora de Caraballeda, nombrándole, según costumbre su
correspondiente Justicia y Regimiento.
A fines de 1560 el Diputado de Venezuela ante la Corte española, Sancho Briceño, obtuvo, entre otras, la utilísima concesión de poder recibir de la Península todos los años un buque de registro, cargado por cuenta de los habitantes, y pagando solamente la mitad de los enormes derechos que pesaban sobre todo lo que entonces salía del único puerto de España autorizado para hacer el comercio con las Indias. Concesión ésta tanto más importante, cuanto que la metrópoli había adoptado el principio de no acordar sino difícilmente y a costa de muchos gastos el permiso de hacer expediciones a sus colonias. El navío de registro hizo viaje en efecto todos los años de Sevilla a Borburata, y después que éste puerto fue abandonado, gozó la merced el de La Guaira hasta 1634, cuando los holandeses se establecieron en la antigua Isla de Los Gigantes (hoy Curazao) y formaron con el Continente sus relaciones de comercio ilícito, difícil de reprimir en una comarca de vastas costas cuyos habitantes y autoridades lo favorecían.
Cita: de La Historia
Naval de Venezuela.
Saludos cordiales, Bolivarianos y Revolucionarios.
Hasta la Victoria Siempre.
Patria Socialista o Muerte ¡Venceremos!
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