A través de la colaboración que quieran prestar, solicito al Ministerio de Salud i Desarrollo Social, a la Federación Médica Venezolana, a los Colegios de Médicos, a las Universidades del país con Escuelas de Medicina i de Farmacia, a las Academias de Medicina e Instituciones Científicas como el IVIC, Fundacite, Asovac, etc., i naturalmente a Ministros i Vice-ministros, a Presidentes i Rectores, para que en un Foro Nacional pueda demostrarse que ese fraude comercial que se llama la Medicina Sistémica (que acaba de celebrar un fracasado congreso) pueda demostrar ese aventurero de la medicina i de la ciencia que, lo expuesto en sus libros, porque he leído el titulado Sstemics y la Revolución de los Adaptógernos en la Salud, (i no he comprado el de cáncer que lo vi en 38.000 bolívares, porque no deseo perder el dinero en basura) si tiene esa “teoría” repetitiva i simplemente especulativa del Triángulo de la Salud, el menor cariz de un libro científico. Reto igualmente a los médicos que se han entregado a este negocio, a demostrar qué hai de científico en ese libro del “sistemics” donde se puede comprobar que este ingeniero (que presumo no sabe ni de ingeniería ni de matemáticas) no tiene la menor noción de lo fundamental en medicina, ignorante en Anatomía, Fisiología, Histología, Farmacología, Semiología, Genética i muchísimas materias más que se estudian en más de seis años de estudios médicos, sin contar los años que llevan después las especializaciones. Este pirata intrusista en las ciencias médicas, creo que no tiene ni los conocimientos de una enfermera auxiliar, pues el libro lo demuestra, lleno de esquemas i con una presentación lujosa, pero carente de todo rigor médico i científico. Creo que, siendo un fracasado en ingeniería, por alguna circunstancia fortuita, se le ocurrió hacer de la medicina un suculento negocio neoliberal, simplemente para tener una organización con clientela cautiva i médicos sumisos, establecer un monopolio de clínicas i con la colaboración de esos profesionales que no se sienten capaces, tal vez, de hacer una de la difíciles, grandes i científicas especialidades de hoi, prefirieron la comodidad de ser “yerbateros científicos”, nuevos brujos con lenguaje aparentemente científico, tal como los astrólogos, adivinos i embaucadores, se valen del lenguaje de la Astronomía. El ingeniero Olalde, con su libro, me recordó a un humilde muchacho de pueblo, preso injustamente en la cárcel de Maracaibo, allá por los años setenta, quien era ayudante en la enfermería del penal, i hablaba de “heridas en el toráx”, de la “vena aorta”, de usar el “tensómetro” i otros disparates, pero me decía con la mayor ingenuidad que deseaba ser médico i que, para estudiar por su cuenta, le prestara el libro de Medicina Uno, Medicina Dos, Medicina Tres, etc. que me los iría devolviendo a medida que fuese aprendiendo. Así es este Olalde; por lo que expone no tiene ni idea de lo que es el cuerpo humano i su funcionamiento; menos todavía de lo que es una enfermedad (que asume como una cosa única) i cómo todas, se pueden curar completamente con el triángulo de energía, organización e inteligencia. Unas veces dice que se trata de “inteligencia biológica celular” que no tiene nada que ver con la inteligencia cerebral, pero otras veces las confunde o invierte. Lo cierto es que todo se cura estimulando la energía (de la cual no tiene noción científica alguna; una simple entelequia), luego ésta estimula la inteligencia i a su vez a la organización, pero se le puede utilizar comenzando por cualquier lado, pues una empuja a la otra como las fichas del dominó. Al final da recetas, habla de medicina matemática, cura cáncer con adaptógenos, i con el “nuevo” avance de la electroterapia; i por si no somos suficientemente inteligentes para entender su mamarracho de libro, da un glosario, expone las reglas de oro, habla de dosis, etc. i expone un recetario de 314 combinaciones, pero en el último anuncio, ofrece 550 formulas de “plantas superiores”, aunque en el libro señala que para el cáncer son suficientes, únicamente dos de un valor extraordinario. Este señor no sabe realmente qué es un medicamento i cómo muchos son sacados de plantas naturales i los sintéticos requieren largas investigaciones i comprobaciones científicas antes de entrar en el mercado; i cómo muchos han tenido que retirarse para mejorarlos o sustituirlos, o que a veces llevan más de diez años de pruebas, con estrictas estadísticas i a la mayoría se aconseja no usarlos durante el embarazo, por la dificultad de hacer investigaciones en grandes grupos de embarazadas. Las conclusiones de él, las podemos cambiar por estas: 1) La Medicina Sistémica en una de las tantas especulaciones de medicinas Paralelas i Medicinas Alternativas que se han dado en el mundo, algunas mui antiguas, como la Acupuntura que tiene más de 5.000 años i el pueblo chino no es el más sano del mundo i científicamente se está “occidentalizando”; es simplemente un comercio, una manera de hacer mucho dinero a costa del dolor ajeno. 2) La Medicina Sistémica en lo único que es actual, es en la campaña mediática, en la avasallante publicidad para engañar a gente inculta, a los desahuciados i terminales, quienes recurren a todo por el miedo de morir. Explotan ese miedo con engaño, lo mismo que diagnosticando falsamente enfermedades como el cáncer, para curarlos en semanas o días. Con ello no solamente roban a las personas, sino que en ocasiones le hacen perder tiempo precioso para tratarse correctamente con la llamada despectivamente por ellos, “medicina tradicional, ortodoxa o alopática” de la que siempre se ayudan, pues a veces ponen a los pacientes hasta necesitar tomar cien pastillas, tabletas o cápsulas al día. Por este daño que hacen a la gente, es necesario desenmascararlos i demostrar además que, el ingeniero Olalde, está cometiendo delitos. Afortunadamente, la magnífica Misión Barrio Adentro, la Barrio Adentro II i la educación del pueblo, parece que frena la especulación, pero se trata que la clase media i los ricos, a veces no tienen criterio suficiente para comprender el fraude. Los mui ricos se van al exterior, pero de los que quedan aquí, muchos tienen poco discernimiento, como lo prueban en política. Corresponde pues, sobre todo al Ministerio de Salud i al Dr. Francisco Armada, de cuya persona me dieron excelentes referencias i ser un opositor a esa especulación comercial con la medicina, el tomar medidas respecto a este problema de salud. La Medicina es la más bella, noble i humanitaria de todas las profesiones humanas. Es un deber supremo mantenerla en los predios maravillosos de la ciencia i en los ideales morales i humanos de la ética. El reto, está lanzado. Es un compromiso ético con el pueblo venezolano.