Definitivamente debemos estar convencidos de lo que está en juego, no es cualquier cosa lo que atraviesa actualmente el país y en particular la revolución bolivariana, es necesario aprehenderse, apropiarse, adueñarse de este llamemoslo, principio político para entender la magnitud y consecuencias que representan para Venezuela, América Latina, Centroamérica y el Caribe el proceso que estamos viviendo. La adversión contra el imperialismo norteamericano y el capitalismo como forma o sistema está siendo confrontado con una nueva postura ideológica de carácter nacionalista, venezolanísta, suramericanista, integracionísta que además propone una nueva forma de hacer economía en sus lineamientos y consecuencias.
Indudablemente que los alcances sobrepasan la frontera nacional y Latinoamericana para convertirse en un hecho mundial tangible con resultados favorables que rescata el sentido y propósitos de la vida misma, de la verdadera libertad de los pueblos, de justicia social, participación y protagonismo, de la defensa ecológica y ambiental, de las aguas, ríos y mares, bosques y el espacio como fuente de energía, en síntesis una mejor percepción de la vida, de los motivos de la existencia terrenal.
No sería una exageración decir que esta es una oportunidad histórica para la humanidad toda, por ello el imperialismo utiliza como perro rabioso todas las formas legales e ílicitas para tratar de impedir que el evento como tal cobre fuerza que se haga irreversible, que se convierta como hecho trascendental, como el único camino viable y posible para la redención del ser humano consigo mismo y la naturaleza, en tal sentido entonces apropiarse de la idea política se convierte en la principal e importante tarea que debemos asumir todos los revolucionarios.
No se trata de la guerra fría, de la confrontación Este-Oeste, de la sustitución del capitalismo por el comunismo, de la hegemonía de una religión sobre otras. El asunto va mucho mas allá y es por ello que los tentáculos del adversario del enemigo común que es el gobierno norteamericano se multiplican buscando lacayos en cualquier país del mundo, para ellos la defensa del dominio, de un pequeño gran grupo de empresas transnacionales se convierte en una cuestión de vida o muerte que los hace capaces de toda índole de triquiñuelas, de olvidarse de algo que le es propio como la reducción de costos, erogando enormes cantidades de recursos “para defenderse” para llevar a cabo sus propósitos y desventuras.
Precisamente son las desventuras lo que los convierte en enemigo de cuidado, por esta razón es necesario que nos convirtamos en defensores de la vida, de la justicia, que trabajemos por y para la unidad y la única garantía de quebrar tales propósitos es la movilización de todos los factores actuando con inteligencia, sagacidad, patriotismo por todos los costados, tenemos que estar en la calle no solo manifestando sino impulsando las transformaciones en la constitución de asociaciones productivas, actuando con eficacia y eficiencia, en fin construyendo el proyecto de país que queremos para contrarrestarlo con lo que hemos sido hasta ahora, dependientes y patio trasero del imperialismo.