¡Quemar a Chávez!: La frontera entre la crítica y la agresión

Quemaron las figuras de Maduro e Izarra. A Chávez lo trataron de quemar de otra manera. Algunos quisieron quemarlo políticamente, que es más grave.

La deportación de Joaquín Pérez hacia Colombia, abrió una especie de caja de Pandora, que espero, la declaración del Presidente Chávez en el acto de ayer, 1°  de mayo, haya contribuido, en alguna medida, a ponerle la tapa. El Presidente asumió plena responsabilidad por la decisión tomada, señaló  que ante la manera como se presentaron los hechos, no tuvo otra opción que decidir la deportación y agregó “que el que no sabe es como el que no ve”, sugiriendo que hay hechos que no puede revelar; llamó a la reflexión, señaló a los que estaban haciendo críticas como “buenos camaradas” y llamó a la unidad de los revolucionarios.

Por supuesto, los revolucionarios de todas partes tienen pleno derecho a criticar lo que consideran fue una decisión equivocada del Presidente Chávez. Esto es indiscutible. Yo creo que debemos celebrar la reacción generalizada de solidaridad con Joaquín Pérez. Eso dice bien sobre una postura de alerta solidaria. Pero una cosa es la crítica, por más fuerte que sea y otra cosa es pretender descalificar globalmente al Presidente Chávez y al Canciller Maduro.

Me parece que hay que hacer un balance de los acontecimientos mundiales recientes y observar la participación del Presidente Chávez en ellos.

Si el ALCA fue derrotado en el continente americano; si el movimiento socialista mundial ha tenido avances en el mundo de hoy, si la cooperación Sur-Sur ha ido avanzando,  y en ese contexto han surgido el ALBA, Petrocaribe, el ASA (América del Sur África), Unasur y está por constituirse formalmente la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe; si proyectos como el Banco del Sur y el SUCRE han prosperado; si se han ido consolidando principios como la cooperación solidaria, el comercio justo, los intercambios sobre la base de beneficios compartidos y en general, la idea de la solidaridad en las relaciones internacionales; si se ha planteado la refundación de la ONU, si el Sur ha encontrado caminos para enfrentarse a las injusticias y la violencia del Norte; si ha crecido la denuncia de la globalización neoliberal y a las políticas del FMI como generadoras de pobreza y violadoras de la soberanía nacional; si existe hoy un despertar antiimperialista, en fin, si las tendencias a multiplicar la explotación de los trabajadores, de la naturaleza y de los pueblos del Sur, están siendo enfrentadas, ello tiene que ver con el liderazgo del Presidente Chávez.

Con el liderazgo, no con la infalibilidad del Presidente Chávez, pues por supuesto, en una actividad de liderazgo político continuo a través de 12 años, hay errores cometidos y yo estoy entre quienes los han señalado y los siguen señalando. Incluso, he escrito sobre ellos. Pues la crítica es necesaria, imprescindible. Pero el Presidente Chávez lo ha reconocido y lo ha dicho varias veces.

De los casi 60 años que llevo en la militancia política, durante más de 20 he sido un perseguido político, algunas veces a muerte. Por eso la deportación de Joaquín Pérez me afecta y hacia él van mis mejores sentimientos de solidaridad. Me reconforta que hoy el Presidente Chávez haya hecho una demanda pública para que el gobierno de Colombia, respete los derechos de Joaquín Pérez.

Ahora bien, lo que indica mi experiencia de varias décadas de militancia, es que tanto a Joaquín Pérez como al Presidente Chávez les pusieron una trampa. Una trampa orientada a la detención de Joaquín e involucrar al Presidente Chávez y en general, al gobierno de Venezuela. Los que pusieron la trampa, deben estar absolutamente satisfechos del resultado obtenido: detuvieron a Joaquín y, por ahora, han golpeado al Presidente Chávez. Creo que hemos obtenido una amarga, pero positiva experiencia. El tiempo aclarará  los hechos. El liderazgo del Presidente Chávez se mantendrá. El discurso de ayer (1° de mayo), creo, es un buen aporte y demuestra que el Presidente Chávez es capaz de levantarse por encima de las contingencias políticas,  ver más allá, pasar la página y hacer una declaración unitaria.

Venezuela y todos los países de América Latina y el Caribe dependen de la paz para construir en democracia. El gobierno de EEUU y las demás potencias del Norte, desean la guerra, la destrucción y la desolación. No desean la democracia, menos la revolución. Por eso, me parece acertada la política que el Presidente Chávez ha trazado en relación a Colombia y el Presidente Santos.

Polvos de aquellos barros

La operación Emmanuel

Creo que las FARC  deben ser muy comedidas en sus posiciones públicas, pues tienen una enorme deuda de gratitud para con el Presidente Chávez. A principios de 2008, el Presidente Chávez invirtió un enorme peso y prestigio político en la operación “Emmanuel” y en el reconocimiento de la beligerancia política de las FARC, en función de que se abriesen negociaciones para lograr la paz en Colombia. Pocos Presidentes han trabajado tanto por la paz en otro país. Consciente de que la paz en Colombia, es determinante de la paz en Venezuela, a sabiendas de que el Presidente Uribe, iba a poner, tal como lo hizo, todos los obstáculos y trampas.

Ese proceso tuvo varias momentos notables, tales como: la operación “Emmanuel”, la invasión del territorio ecuatoriano por parte de fuerzas militares de Colombia con el apoyo de EEUU, el asesinato de Raúl Reyes y la reunión del Grupo de Río en Santo Domingo, República Dominicana, en marzo de 2008. Sobre ese proceso, yo escribí, entre enero y marzo de 2008, tres ensayos: La agresión de EEUU contra Venezuela usando a Colombia como base, La Paz Puede y Debe Ganar y Pensando después de la Cumbre de Río.

La operación  “Emmanuel” fue golpeada severamente y con ella la figura del Presidente Chávez, pues el niño Emmanuel hacía un buen tiempo que había sido recuperado por las fuerzas militares y policiales de Uribe, en tanto que, confiando en la información proporcionada por las FARC, el Presidente Chávez organizó una operación internacional de alto nivel, para entre otras personas, rescatar al niño Emmanuel y por eso, la operación llevó ese nombre.

En el clímax de la operación, Uribe desconcertó al mundo entero cuando informó que tenía en su poder al niño Emmanuel y relató las circunstancias en las que había sido recuperado. Lo que sin duda fue un golpe político serio.

¿Sabían esto las FARC? De no saberlo, estamos frente a un claro acto de irresponsabilidad. Es obvio que si iban a realizar una operación político-militar con el respaldo de buena fe de varios gobiernos, debían haber verificado hasta el mínimo detalle. Entonces, ¿lo sabían? ¿No lo sospecharon nunca? Es increíble. No tengo noticias de que hayan presentado disculpa alguna, ante los líderes latinoamericanos comprometidos en la operación y muy especialmente ante el Presidente Chávez. No conozco su autocrítica sobre este hecho.

Mi visión sobre los resultados de esa operación fue bien crítica, moderada por el hecho de que en ese mismo período, fue asesinado el líder revolucionario Raúl Reyes.

El mundo se quedó  esperando una declaración y una propuesta política de las FARC. Todavía seguimos esperándola. En aquel momento dije:

“Pero, según mi opinión, las FARC no pueden reducir su política a liberar unos prisioneros y esperar que el Presidente Chávez asuma el resto del trabajo. No. Es momento de que hagan una propuesta política ante Colombia, Venezuela y el mundo. Una propuesta para la paz.” 

No genérica, sino con pasos concretos y la correspondiente hoja de ruta, sin la condición de que se despeje una región del país para realizar las negociaciones, lo que se sabía Uribe no aceptaría.

En uno de los documentos públicos mencionados le hice las siguientes observaciones a las FARC:

  1. Con la intervención abierta de EEUU la relación estratégica entre las FARC y el gobierno colombiano se ha modificado radicalmente. Creo que las FARC no pueden y no podrán sostener bases de operaciones ni campos de prisioneros, como ya lo he señalado en documentos anteriores.
  2. En correspondencia con la nueva relación estratégica de fuerzas, las FARC deben intentar, creo, una reorientación y reestructuración táctica de sus fuerzas a partir de un nuevo planteamiento estratégico sobre el desarrollo de la guerra y en general, sobre la situación de la sociedad colombiana, del continente y del panorama internacional. Generalmente, estos ajustes se hacen en medio del combate. En consecuencia, son inevitables los reveses hasta que se consolide una nueva situación en la relación estratégica y táctica de las fuerzas y de los combates.
  3. Creo que las FARC, si lo anterior es cierto, deberán declarar ante el mundo, que su fuerza se mantendrá activa e irreductible en medio de las difíciles circunstancias de hoy. Es decir, la paz por aniquilamiento no será posible, sólo se logrará intensificar la guerra, como ha ocurrido en otros lugares del mundo. Como no estoy en Colombia, no sé exactamente cuál es la situación. Lo que sí creo es que el mundo está esperando una declaración política de las FARC, no solo la ratificación de que se continuará con el canje humanitario.
  4. En correspondencia con esa eventual declaración que considero necesaria, las FARC ratificarían, pienso, su política para lograr el canje humanitario y un camino hacia la paz, conjuntamente con las otras sugerencias que ya señalé en los ensayos anteriores, tales como: la suspensión inmediata de los secuestros; continuar la política de liberación de prisioneros, en correspondencia con las facilidades que otorgue el gobierno colombiano; proponer las bases para un tratado de humanización de la guerra, que debe culminar con el intercambio de prisioneros, con el llamado canje humanitario; manifestar su disposición a declarar una tregua, condicionada a que cesen los ataques del ejército colombiano; disposición, a facilitar que la Cruz Roja Internacional visite, según las garantías que otorgue el gobierno colombiano, a un grupo de prisioneros. Esto se ampliaría según la apertura hacia la paz que vaya realizando el gobierno colombiano; las liberaciones que se vayan a dar deben apresurarse. Este es un proceso que como se ha prolongado, está desgastando a las FARC. El precio que se está pagando es muy alto, pues obviamente todos estos contactos están siendo monitoreados a través de las tecnologías de información y comunicación que maneja EEUU. Por eso, es de esperarse que ante cada movimiento que den las FARC por el canje humanitario, pueda darse un nuevo golpe contra su estructura y la captura o muerte de nuevos cuadros dirigentes.

En general, estuve urgiendo en mis escritos públicos por la toma de la iniciativa política, cesar los secuestros y poner en libertad lo más rápido posible, al mayor número de prisioneros y dejar solamente al grupo que pudiera considerarse como prisioneros de guerra. Estuve urgiendo sobre el riesgo que significa mantener campamentos relativamente fijos con un gran número de prisioneros. Dije y digo, que todos esos campamentos seguramente están detectados por el rastreo satelital.

No hemos conocido intentos para rectificar, presentando una política global. Es obvio que después de los acontecimientos vividos, no se puede esperar que el Presidente Chávez pueda mantener una posición distinta a la que ha sostenido, caracterizada por:

  1. Llamados a las FARC  para que impulsen una política orientada a tomar un camino pacífico.
  2. Crear una situación que facilite marchar hacia la paz.

No se puede esperar que el Presidente Chávez asuma compromisos que comprometan la paz y la seguridad de Venezuela. Esto no es la razón de Estado. Es un problema de responsabilidad.

Cuando Uribe iba a dejar la presidencia de Colombia, el año pasado, montó el golpe militar contra Venezuela. La iniciativa política del Presidente Chávez nos salvó y salvó a las FARC, de una sangrienta ofensiva caracterizada por bombardeos y ataques misilísticos. Como la agresión no se dio y no se sabe cuán cerca estuvimos de una guerra, no es fácil reconocer este mérito.

Tampoco generalmente se sabe, que Israel posee terrenos, concedidos por el Estado colombiano, en una amplia franja que hace límites con Venezuela. En ella, aparte de cultivos para generar agrocombustibles, realiza operaciones de inteligencia y otras actividades militares.

Si en el mismo instante en que Uribe comenzó a  preparar la operación política, que le daría justificación a la agresión contra Venezuela, el Presidente Chávez no se hubiese movilizado políticamente enviando al Canciller Maduro a visitar varios países de América Latina, para lograr un compromiso por la paz, difícilmente hubiésemos evitado el ataque aéreo y misilístico contra Venezuela, supuestamente justificado por la existencia de ficticios campamentos de las FARC en territorio venezolano.

La Cumbre del Grupo de Río realizada en marzo 2008

Otro antecedente importante de lo que está ocurriendo fue la Cumbre del Grupo de Río, celebrada en República Dominicana, en marzo de 2008, después del ataque de Colombia contra Ecuador y el asesinato de Raúl Reyes.

En el ensayo titulado Pensando después de la Cumbre de Río, escribí las siguientes palabras:

Las excusas de Uribe, el reconocimiento de que se violó  la soberanía de Ecuador, el compromiso de que esto no se puede repetir, son buenos acuerdos, pero no son suficientes para un mecanismo de contención relativamente eficiente.

No viene al caso ahora explicar por qué llegué a esa conclusión siguiendo los debates por la televisión. En general, la cumbre puso a Uribe contra la pared y por eso, él se vio obligado a pedir perdón, lo que no es común por parte de un Presidente, mucho menos en público y mucho menos en una cumbre de Jefes de Estado. Sobre todo, dada la conocida prepotencia de Uribe.

Me sorprendió que en las negociaciones tras bastidores, no surgiese, con fuerza un asunto medular que el Presidente Chávez había  propuesto varias veces y que constituyó un aspecto esencial de la política venezolana: la formación de una comisión internacional para mediar en el conflicto colombiano. La mesa estuvo servida para ello y esta conclusión era la que hubiese tenido una significación esencial para tratar de garantizar la paz.

Tenía un antecedente muy inmediato. En la oportunidad cuando se realizó la operación Emmanuel, actuaron entre otros, el Presidente Kirchner y en representación del Presidente Lula, un alto y reconocido funcionario, como Aurelio García.

Hubo otras cuestiones que no se lograron, también relevantes, pero fue el vacío anterior la carencia más significativa, dado que el Presidente Chávez le había dado gran importancia a esa propuesta y ella había encontrado un eco relevante.

En el documento mencionado escribí lo siguiente, por si estaba pecando de subjetivo:

Digo esto sabiendo que son consideraciones ex-post,  de alguien que no estuvo en el teatro de los acontecimientos. Sólo ahí dentro se sabe realmente cómo se bate el cobre.

Pasados varios años y observando el desenvolvimiento de los acontecimientos hasta el reciente episodio de Joaquín Pérez, creo que ese vacío le dejó las manos sueltas a Uribe y ha tenido mucha influencia en los acontecimientos posteriores.

Hago votos para que los recientes episodios en torno a Joaquín Pérez, hayan sido un aprendizaje colectivo y que unidos, sigamos juntos luchando por la revolución bolivariana, bajo el liderazgo del Presidente Chávez.

julio.escalona99@yahoo.com



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Julio Escalona


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