Los incondicionales

Me recuerda la anécdota de cuando Medina Angarita, creo, cuando una multitud de desempleados clamaba frente al Palacio de Miraflores, y uno de esos jalabolas que nunca faltan en los salones del Poder, les repetía a los militares presentes: “¿Qué esperan los militares para poner a esa gentuza en su puesto?

Un joven oficial le respondió, arrecho: “Los militares están en su puesto, esa gente en la calle está en su puesto, y usted está buscando un puesto…Cállese.”

Los que andamos hace 10 años en esto de defender a la revolución del ataque de la canalla mediática, estamos en nuestro puesto. Y cuando criticamos algún error o irregularidad del gobierno, estamos en nuestro puesto. Nos conocemos. Tenemos opiniones o estilo diferentes pero luchamos por lo mismo. O al menos eso creía yo, hasta el incidente del periodista Pérez Becerra acusado de terrorista por ese arquetipo de la ética del Estado colombiano que son las computadoras de Uribe, cuando aparecieron unos a defender al Comandante como si éste necesitara ser defendido por ellos y, peor aún, defendido de tan sucia manera por tales mediocres.

El periodista y diputado Earle Herrera renunció a su Kiosco Veraz y criticó a VTV. Era su derecho renunciar y su obligación explicarlo al público. No hizo como algunos funcionarios que nos desprecian y nos dejan en el aire a la hora de las incógnitas, como diciendo “Esos guevones no saben lo que yo se, que se jodan si no confían en el Comandante”.

Pues bien, no faltó un incondicional para atacar a Earle por su renuncia y. además, atacar a Earle por meterse con VTV. Revisé los escritos del incondicional en Aporrea y me encontré con algunas perlas:

De los grandes dijo: “El primero de ellos fue Jesús el Cristo, el segundo Simón Bolívar. El tercero el Che Guevara y el cuarto Fidel Castro Ruz”. (¿No hay quinto malo?)

De quienes se atrevieron a criticar el deterioro del Metro dijo: “Sin embargo, creo entender que quienes siempre han atacado con furia a este hermoso gusano de colores, son los mismos quejones, los ídem llorones, los eternos pedilones que han venido utilizando esta maravilla de transporte humano como un espacio para sus triquiñuelas políticas y sus enanismos pensantes”.

Sobre el caso de Henry Falcón: “¿Qué le importaba a Henry llegar hasta el 26 de septiembre? Su actitud perjudicó a nuestro viejo aliado el PPT, empero felicitamos a José Albornoz por no dejarse arrastrar a las filas del esquirolismo, como sabemos que nunca lo hará”.

Y sobre usos y costumbres, la guinda del pastel, más rotunda todavía: “Venezuela es el único país donde los pargos usan barbas”, es decir, en nuestro país los homosexuales hasta tienen apariencia masculina”.

Los hay sinceros, como el anterior, que no entienden de qué se trata pero disparan a la loca, como para despistar su miedo y su ignorancia. Los hay manipuladores que saben que el Poder necesita incondicionales y aprovechan las crisis para buscar o asegurar un puesto. Los he visto llegar muy alto y después ser desechados como inútiles.

Se trata del problema de creer que realidad y verdad práctica son cosas diferentes. Se trata de no entender que el silencio es el resultado de no decidir, y que no decidir es también una decisión. Y lo peor: se trata de subestimar a los camaradas que critican y reemplazarlos por nuevos “aliados circunstanciales” a quienes confiamos el hacha mientras nos arrodillamos a recoger la flecha. Violando así el gran mandamiento “NUNCA PACTAR POR ARRIBA”.

Como dicen en Macuro: “El que por sus culpas se muere, que en el infierno se queje...”











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Eduardo Rothe


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