La detención de un presunto delincuente como Carlos Ortega −se impone lo de presunto porque las leyes no permiten llamar al pan, pan i al vino, vino, en estos casos− quien supuestamente estaba en la “resistencia” i el término nos lleva a la heroicidad de la resistencia francesa en la ocupación de Francia, durante la Segunda Guerra Mundial o a la resistencia de los pueblos humillados de América o de África o a la cumbre de la valentía en montaña (en Sierra Maestra o en Bolivia) por el inmenso en la historia, Ernesto “Ché” Guevara; mas no es así, sino parecida a la resistencia en “montaña” de Pompeyo Márquez o Teodoro Petkoff como guerrilleros de jardín, fotografiándose en plácidos paisajes a las faldas del Ávila, pero diciendo estar en plena selva tropical llena de fieras. I en verdad, el más payaso bruto de los “tres Carlos”, estaba en el monte, sólo que en Monte Bello i en vez de metido en una guarida planificando combates, estaba jugando lotería (ahora hai que decir “bingo”), para lograr tomar cuatro esquinas, no de alguna ciudad o de Caracas, sino de un cartón con premios. En una ocasión, durante una marcha escuálida, se dejó ver desafiante, para percibir si el gobierno era tan bruto como la oposición i trataban de capturarlo allí, i lograr formar un escándalo público, posiblemente por instrucciones de la CIA i de la inteligente Coordinadora Antidemocrática, demostrando como se hacen “presos” políticos en Venezuela i se combaten “las brillantes fuentes de ideas”.
Entonces, como hai un dicho mui conocido que expresa “del árbol caído todo el mundo hace leña” quiero mostrar que, cuando ese señor estaba en la cumbre del poder de oposición i el poder mediático, con gestos a lo Gral. Patton, dando “partes de guerra” destrozando el país i traicionando a la patria, lo traté “literariamente” con la anécdota del Asno de Luciano, que con el acápite de Metamorfosis, recordando a Kafka, trascribo aquí:
EL ASNO DE LUCIANO
La literatura culta de siglos anteriores, cuando la vida, las confrontaciones religiosas, políticas, sociales o culturales, eran tema de las tertulias, cuya designación, no proviene, como se cree, de Tertuliano porque, precisamente este señor romano de Cartago, junto al griego Orígenes, fueron los primeros verdaderos herejes de la iglesia, al no entrarles en sus molleras, tantos disparates del cristianismo, queriendo armonizar con la filosofía griega que corría por las calles de Roma i en la mente de los instruidos. Fueron un fracaso, los esfuerzos de Plotino.
Por esto, muchas creencias populares, no tenían asidero, pero se creía en cosas como la metamorfosis –que siglos después proporcionaría a Kafka materia para filosofar en la literatura- ni en la metempsicosis, para que salieran a la calle, ciertos relatos prodigiosos como el Asno de Luciano i el Asno de Sileno.
Estas consideraciones me han venido a la memoria cuando, he escuchado una de esas declaraciones de un analfabeto cultural, sicario verrugoso i vago de oficio –desconocemos sus credenciales en la “universidad de la vida”- llamado Carlos Ortega, perteneciente a una trilogía de “Carlos” realmente mafiosos. Ese señor, puesto “allí” de portavoz asalariado de los poderosos del dinero (de ese “injerto” de patrón-obrero que, pronto le aparecerán los síntomas de “rechazo” por las incompatibilidades biológicas, políticas i sociales), traidor de los trabajadores de una CTV usurpada i abrazada a los patronos de Fedecámaras, enemigos acérrimos, tradicionales, del empleado, trabajador i obrero, lo mandaron a decir estas palabras: “La gente inteligente, como es el caso de este gobierno, es necesario que se conviertan en brutos, a ver si nos entendemos”. Como se aprecia, habla en plural, incluyendo a quienes le rodean i le mandan: la Coordinadora Terrorista, los dueños del poder económico i el imperialismo norteamericano. Un”auto-insulto”.
Este “líder” de pacotilla, que no resistiría un examen de bachillerato o quizá de sexto grado –pertenece a un partido que candidateaba para presidentes, a hombres con solamente instrucción primaria- dice que, los inteligentes deben transformarse en brutos, para poder entenderse…naturalmente con sus homólogos: los brutos.
Seguramente pensó, voi a dar a conocer una sentencia que, por filosófica o moral, tal vez la recoja la historia o algún diccionario especializado. Recordé entonces, a Voltaire, quien narra en su Diccionario Filosófico, lo del asno de Luciano i de otros asnos.
Ese asno, dice el gran pensador del siglo XVIII, llegó a ser convertido en oro, en manos de Apuleyo, tal como parece se le ha convertido en oro –por ahora- a la oposición, de modo que es este pobre mediocre, quien dicta las barbaridades que piensan i planifican los magnates del dinero, tales como los boletines de guerra i de saboteo terrorista. En una novela, el chiste consiste –dice Voltaire- en que una dama se enamora de ese hombre –Luciano- cuando era asno, i no lo quiso cuando se transformó en hombre. Así le sucederá a Ortega. I otro relato parecido, es el asno de Sileno, que los sabios de la antigüedad, creían que era árabe porque hablaba esa lengua, cuando tal vez era un hombre transformado por Baco, que era árabe. Así, también, como el asno de Sileno, Carlos Ortega habla la “lengua” que los hombres de los medios de Comunicación social, le imponen. Es un asno parlante.
Finalmente, en estas historias que, aun siendo disparatadas, se referían a ciertas realidades, como se encuentra en algunos evangelios. I entre los más llamativos figuran, lo sucedido a los compañeros de Ulises, a quienes una ninfa convirtió en bestias, o el relato de los asnos de Mesopotamia que eran guerreros; i lo sucedido a Mervan, que fue el Califa XXI, a quien, por sobrenombre, lo llamaron Asno por ser mui bravo. Así, el señor Ortega, Califa inesperado del siglo XXI precisamente, por bravo i por esa frase célebre, tendremos que llamarle asno, aunque está rodeado de muchos otros que ostentan títulos universitarios i sus privilegios les proporcionan todas las comodidades (aunque no la incomodidad de estudiar), motivan que, en respuesta a la frase de los brutos, recordar aquello que a veces un presidente refranero, decía: “los burros del mismo pelo se entienden, o se juntan”; i para los otros, entre ellos los interpretes del Art. 350, les viene bien el refrán universal: “Con capa de letrado, anda mucho asno disfrazado”. Me pregunto, cómo otros hombres, verdaderamente inteligentes, serenos i con cultura, pueden soportar un dirigente así. Toda oposición seria i eficaz, tiene que ser necesariamente en el terreno intelectual, en el mundo de las ideas. La política es una ciencia. Lo que hace esta deplorable oposición terrorista, es lo que el mismo Voltaire citado, decía respecto a la política: “el arte de mentir a propósito”.
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Como vemos, Luciano, cuando era asno, tuvo en suerte que una dama se enamorara de él, pero fue rechazado cuando se transformó en hombre. Carlos Ortega cuando era un asno en la CTV, colocado allí por elecciones fraudulentas de las cuales nunca presentó documentos con los resultados, como asno le vino de maravilla a la oposición para cometer los más grandes atropellos, abusos i complicidades Era la estrella de aquellas reuniones agresivas e insultantes contra el presidente Chávez, al que le pedía irse e irrespetaba de todos los modos indecentes posibles, pasando por encima de las disposiciones del Código Penal. La Oposición toda i los otros dos Carlos, estaban enamorados de este asno útil a sus fechorías; para las brujas mediáticas era un héroe como el Kraken de la Isla de los Pingüinos de Anatole France. Si el golpe dura más de las 47 horas que le permitió el coraje i la valentía del glorioso pueblo de Caracas, creo que la primera estatua “burrestre” se la hubiesen levantado a este mediocre, envilecido i analfabeto cultural que, aparece casi convertido en Pancho Villa, ofendiendo la figura de un valiente mexicano que no merece esa comparación. Si fue bruto o asno en los ratos de poder, fue más bruto todavía para disfrazarse o esconderse. A mi se me parece más todavía a Hussein, con quien tampoco merece compararse, porque existe una buena diferencia de masa encefálica entre ambos.
Lo cierto es que, este era uno de los “líderes” de la “verdadera democracia” según Dianela Parra, defendible por un terrorista internacional de la “calidad” del “MiniBush”. Este energúmeno sin ideas (o al tener unas pocas le producían diarrea o despeño cerebral) no tuvo talento ni para saber comportarse en exilio por huida cobarde, violando normas internacionales en Costa Rica i USA, pero además, en vez de siquiera leer la prensa o comprarse una enciclopedia barata, llevaba “exilio bohemio” de juegos, amores i licor. Como él, hai muchos otros ejemplares; i estos son los hombres que decían luchar…¡Por la Venezuela que queremos!