La exhumación de los restos de Salvador Allende, exPresidente de Chile en 1971 y derrocado por el golpe de estado de una junta militar el 11 de Septiembre de 1973 (planificado, financiado y dirigido por la ITT, CIA y el pentágono), abre de nuevo el debate sobre la causa de su muerte. El golpe de estado contra el Presidente Allende, estuvo precedido de una campaña de descalificaciones y acusaciones contra las políticas aplicadas por el Presidente. Allende fue señalado de ser una pieza del Castro-Comunismo, le aplicaron el sabotaje económico auspiciado por el gobierno estadounidense y ejecutado por la oligarquía interna chilena, los grandes comerciantes y los monopolios de la producción de alimentos y bienes de la industria básica de Chile. Desaparecieron del mercado chileno, el azúcar, arroz, aceites y otros productos de consumo masivo. La clase media, se unió a las cúpulas de la sociedad para protestar en contra de Allende y condenar al gobierno del Partido Socialista chileno. Paralizaron el transporte pesado. El alto mando militar, liderizado por el general Augusto Pinochet, cumplió a cabalidad la orden de la CIA y se produjo el golpe de estado, bombardearon y allanaron el palacio Presidencial conocido como “La Moneda”. En la toma de “La Moneda”, participó un número importante de soldados pertenecientes al ejército y la marina de los Estados Unidos. El litoral de Valparaíso fue el lugar donde se ubicaron barcos de guerra gringos para operaciones de apoyo electrónico y armado. Salvador Allende murió de manera dudosa, hoy se investiga si fue asesinado o si realmente se suicidó. Se desató la persecución, detención, asesinatos y desapariciones de los partidarios del Presidente Allende y militantes de izquierda. Se puso en marcha el conocido plan “cóndor” que se aplicó en el cono sur en las décadas de los 70 y 80, fue un instrumento internacional de las dictaduras de Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil para detener el avance de movimientos progresistas y revolucionarios contrarios a los intereses imperiales de los Estados Unidos. Centenares de hombres, mujeres y niños cayeron en las garras del fascismo y las cárceles se convirtieron en verdaderos centros de tortura. Esto sucedía bajo la mirada complaciente y de satisfacción de los gobiernos gringos. Allende, había nacionalizado las principales industrias de Chile como el cobre y la banca. Medidas que tocaron los altos intereses económicos de las transnacionales. En Venezuela, desde que asumió la presidencia de nuestro país el Comandante Hugo Chávez Frías, los diferentes gobiernos de Estados Unidos, han puesto en práctica, toda clase de estrategias para derrocarlo, desde el golpe de Estado, propaganda negra utilizando los medios de comunicación privados, sabotaje económico, desaparición de productos de la cesta básica, especulación y asesinatos a líderes campesinos y sindicales. Tienen el mismo esquema que utilizaron en Chile contra Allende y lo han adaptado a las condiciones de Venezuela pero sin resultado alguno. Chávez cuenta con el apoyo de la mayoría del pueblo venezolano. En la actualidad, el gobierno yanqui, impone una sanción a PDVSA, principal industria petrolera de Venezuela y el mundo, por mantener acuerdos bilaterales con la República de Irán. Esta sanción violenta la soberanía del país y el derecho internacional. Es el prologo de una acción de mayor incidencia interna y de profundización de las estrategias para derrocar al Presidente Chávez. El imperio norteamericano, busca controlar las fuentes de energía petrolera, destruir a la OPEP y bajar los precios del petróleo. Por eso está en Irak, Afganistán, Libia, acosa a Irán y ahora busca intervenir militarmente a Venezuela. Los venezolanos debemos unirnos en el gran frente antiimperialista contra el intervencionismo.
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