A propósito de Pérez Becerra y Conrado

¿Qué pasa con la solidaridad entre revolucionarios?

La historia reciente de nuestra latinoamérica cuenta con miles de ejemplos de hombre y mujeres sacudidos por la persecución política. Compatriotas de casi todos los países de esta América que asediados por gobiernos esbirros tuvieron que abandonar su patria o sencillamente fueron sacados, dejando atrás su familia, amistades y vivencias. Vivir en el destierro es la amarga experiencia de muchos que aún viven para contar tan desagradables momentos que se convirtieron en años, décadas. Para no ir muy lejos el gobierno del dictador Pérez Jiménez y los que vinieron con el periodo “democrático” deportaron a centenares de revolucionarios que fueron a parar a México, Costa Rica, Colombia y Chile. Allí fueron recibidos por gobiernos que no eran precisamente democráticos y menos revolucionarios. A ninguno lo devolvieron ni entregaron a los cuerpos de seguridad.

Para no ir muy lejos. Nuestro país dio refugio a muchísimos revolucionarios perseguidos por Pinochet y otras dictaduras. Ninguno fue devuelto. Aquí encontraron el calor y la amistad de nuestro pueblo que por esencia es solidario. Si algún país merece todo nuestro reconocimiento por dar hogar a revolucionarios perseguidos es la Cuba revolucionaria. ¿Cuántos guerrilleros, izquierdistas y perseguidos fueron a parar a la tierra de Martí huyendo de la muerte? Pisar su territorio significaba libertad y vida.

Debe saber nuestro Presidente Chávez que en miles de revolucionarios de nuestra América hay indignación, impotencia y perplejidad por la entrega a los cuerpos de seguridad colombiana del periodista y director de ANNCOL, Joaquín Pérez Becerra, nacionalizado sueco, y del cantautor y guerrillero Guillermo Torres Cuete. Mejor dicho, el trovador fariano Julián Conrado.

Desde la tierra del Mariscal Sucre, quien seguramente en estos tiempos tendría alerta roja de interpol, exhorto, pido y clamo por la reflexión del gobierno nacional para que revise tales acuerdos con el gobierno del señor Santos. En especial al Presidente Chávez para que no siga entregando revolucionarios al gobierno Colombiano que con siete bases militares yanquis en su territorio vigilan cada uno de nuestros pasos. ¿Por qué no entregan al fugitivo y golpista Carmona? ¿Por qué allá permiten que sigan conspirando contra nuestro proceso?

Esta es la patria de libertadores y a los revolucionarios hay que brindarle solidaridad. Ya lo ha dicho el Partido Comunista Mexicano en su comunicado: “la solidaridad es un principio básico de la acción revolucionaria” “Los gobiernos se van pero los pueblos, su lucha y su historia siempre quedan”. No está demás decir nuestra historia de lucha está repleta de hombres y mujeres que buscaron en otros suelos el aliento y el bastimento para seguir batallando. Bolívar y su ejército es el mejor ejemplo.

revolcones76@yahoo.com.ve


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Juan Azócar


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