He seguido con mucho interés las diversas manifestaciones realizadas por la asociación civil Defensores del Bolívar y aunque no he estado de acuerdo con todos sus planteamientos, considero que la lucha que se propusieron originalmente estuvo plasmada de planteamientos que desde el punto de vista estrictamente económico había que considerarlos, esto fue después del paro petrolero de diciembre, enero (2002-2003), inclusive tuve una conversación telefónica con su mentor Eudes Vera, a la par de un posible encuentro comencé a leer diferentes artículos y una que otra entrevista en el canal 8 y comencé a notar un alto sesgo político en dichos planteamientos y razonamientos contradictorios entre algunos de sus miembros.
El seguimiento puso en evidencia una intolerable manifestación de prepotencia y una tendencia hacia posiciones mas radicales contra ministros y diputados del cambio, en especial contra la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, lo que a mi entender pone a las claras que cuando las cosas que se plantean no son escuchadas o atendidas para rectificar según sus planteamientos, se apoderan de una extraña soberbia, que por pivote le toca al presidente.
Mi preguntas son las siguientes, ¿Quién creen ustedes que dirige la política económica del gobierno?, ¿Creen ustedes que el Presidente Chávez es ajeno a las decisiones en materia monetaria y cambiaria?, Creen ustedes que la devaluación es una decisión aislada del resto de la economía?, ¿Se han preguntado ustedes porqué el Presidente Chávez ha hecho tantos viajes al exterior? ¿Tiene esto que ver sólo con las relaciones políticas internacionales?. Son interrogantes que conforman esa línea invisible que hace a los gobernantes de cualquier país y tendencia tomar decisiones en el contexto de esas relaciones y la calidad y cantidad de negocios que se avienen cuando existe una peligrosa confrontación con el imperio. Comparar el caso de la revaluación del peso cubano con la moneda venezolana es una simple especulación sin sentido económico, averigüen porque esta reflexión.
Por último, en mi humilde opinión de economista, tan solo digo que el país confronta una seria amenaza de intervención económica y militar y la tarea ante que esto ocurra tomándolo como un hecho, es unir esfuerzos por la unidad y dejar al enemigo que haga lo suyo, no lo ayuden por favor, que mañana será tarde.