A Donal Rumsfeld, secretario de defensa gringo, le angustia no conseguir una
explicación sobre el porqué Venezuela requiere cien mil fusiles de
fabricación rusa y mucho menos, para qué quiere instalar una planta que
fabrique proyectiles para esos fusiles. Muy preocupado se declara el
secretario, porque piensa que Venezuela ha iniciado una carrera armamentista
que podría acabar con la paz en la región.
Ya no son las armas químicas ni las de destrucción masiva las que preocupan
a los gringos, ahora hasta unos fusiles en manos de un pequeño país como el
nuestro, les quita el sueño. A ese ritmo van a morir de angustia contando
las chinas (hondas) que pudieran estar fabricando los círculos bolivarianos.
La verdad es que a estas alturas del juego, no mucha gente se come el
cuento de la preocupación gringa. Por millones se cuentan los que entienden
que la paz en la región, le importaría un comino a Rumsfeld, si la compra se
estuviese haciendo a una empresa norteamericana. ¿Cuántos fusiles, aviones y
helicópteros le han vendido a Colombia, sin preocuparse del equilibrio
armamentista de la región?
Sobre esta hipócrita postura, podemos escribir decenas de cuartillas, pero
lo que realmente nos interesa es ir al fondo del asunto. Para ello,
permítame que haga referencia a hechos ocurridos hace ya algunos años.
La gran dificultad contra la que ha tenido que luchar la revolución cubana
ha sido el criminal bloqueo norteamericano. En la isla cuando se quemaba una
bombilla, había que reemplazar todo el sistema, porque la bombilla rusa o
polaca no era compatible con la base americana. Cualquier equipo que se
dañara en aquellos años, tenía que ser desechado por falta de repuestos, y
esto incluía los equipos militares.
Para un país como la isla antillana, el tener que invertir millones de
dólares para reemplazar los motores, los tractores, el sistema eléctrico,
las cocinas, las neveras, las refinerías, los aviones y pare usted de
contar, debe haber representado un sacrificio gigantesco. Y ese,
precisamente, ha sido el objetivo del bloqueo impuesto por Estados Unidos.
La suerte de Cuba la puede correr cualquier país de este continente que se
niegue a seguir siendo una colonia norteamericana, y no necesariamente
porque su gobierno asuma posturas como la de Fidel Castro.
Los gringos intentaran aplastar cualquier iniciativa de independencia u
oposición a sus planes.
Allí esta como ejemplo, el apoyo que le dieron a Inglaterra en la guerra
contra Argentina, por las islas Malvinas. ¿ A dónde fue a parar la
preocupación por la paz en la región?
Allí decidió a favor del socio más importante desde el punto de vista
económico y geopolítico. Para nada le importó la paz en la región, ni lo
justo del reclamo argentino. Descaradamente le brindaron apoyo logístico y
militar a una potencia para que venciera a un país de este continente y
consolidara su posición como invasor. Pero vienen ahora con el cuento que no
pueden dormir porque Venezuela está comprando cien mil fusiles rusos.
La verdadera razón de la angustia de mister Rumsfeld es que además de los
fusiles rusos estamos adquiriendo helicópteros y patrulleras españoles,
aviones brasileños, tractores iraníes, trenes europeos, plantas chinas,
equipos médicos cubanos, y apenas estamos comenzando… imagino que la
angustia debe ser enorme.
En un principio quisieron chantajearnos, negándonos repuestos para los
compresores y turbinas usados en la industria petrolera, luego lo hicieron
con los repuestos para los aviones F-16. Lo único que lograron fue que el
gobierno venezolano entendiera que los gringos no representan un suministro
confiable, e iniciara una estrategia de diversificación tecnológica.
Venezuela a Dios gracias no tiene las limitaciones económicas de Cuba y el
resto de los países del mundo no están dispuestos a dejar de hacer negocios
con nosotros, porque a Donal Rumsfel lo esté matando la angustia.
Tarde o temprano Bush y su camarilla tendrán que entender que Venezuela no
es chantajeable.