Luego de la sensata i correcta exposición de un magistrado del Tribunal Supremo de Justicia, (lamento no recordar su nombre en el momento) i el problema de una ponencia sobre aborto, eutanasia i otros tópicos en los cuales, la iglesia, cuyos miembros son ignorantes de la ciencia −su tradición es combatirla desde Galileo i Copérnico hasta el presente− i de asesorarse con profesionales de la medicina i el derecho, más falsos todavía, puesto que supeditan sus estudios universitarios a la sumisión religiosa, creyendo ganar con ello el cielo; desde entonces, repito, no escuchaba una entrevista como la realizada (mui breve por cierto) por Ernesto Villegas, al Dr. Rafael Aguiar Guevara en la mañana de hoi viernes 8 de abril. Desde las pobres, anticientíficas i dogmáticas intervenciones de Herman Escarrá i Jorge Olavaria en la Asamblea Nacional Constituyente, o en entrevistas que veo se hacen personas o profesionales médicos que, no han estudiado nunca el problema de la Eutanasia i otros conflictos médico-sociales i culturales i filosóficos (recientemente he visto algunas donde el profesional va a “parir” sobre las preguntas que le hacen) porque tocan “encierros religiosos sin fundamentos científicos”. Por ejemplo, cuando hace ya más de treinta años, estudié en Lovaina, Bélgica, “Morale Demographique” con el Pbro. Pierre Locht, quien encabezó la delegación belga al Concilio Ecuménico Vaticano II, le escuché decir muchas veces, especialmente cuando trataba al tema de la “regulation des nacences”, el uso de anticonceptivos, condón, ligaduras, etc., que decía: “La iglesia no debería opinar de eso, porque no somos científicos i lo ignoramos todo” i además sabemos lo ya dicho, de los profesionales (médicos, farmacéuticos, bioquímicos, abogados, etc.,) que se acogen a la “ética interesada” que señala el filósofo Hartman, diciendo que algunas personas tratan de obrar bien, no por pleno convencimiento ético, sino porque creen en un premio (cielo, vida eterna) o un castigo (infierno, “parrillada” eterna) en el más allá. Convirtiendo a Dios en el juez más injusto i cruel del universo, como lo demuestra Bertrand Russell es su obra “Por qué no soy cristiano”.
Este Dr. Aguiar Guevara, contestó concisamente, con absoluta propiedad i conocimiento, las preguntas que le hicieron sobre Eutanasia; la opinión que tiene sobre el libro del español Sampedro recogido en la magnífica película MAR ADENTRO, refutando la opinión de un sacerdote que arrima la sardina a su brasa, con sus conclusiones. De esa película hice un largo comentario aparecido en ENcontrARTE.
Sin embargo, como la entrevista la vi empezada, no tengo otros elementos de juicio sobre cómo se inició, pero sí me quedaron dos cosas interesantísimas que el Dr. Aguiar destacó: 1) que no se puede imponer el criterio religioso que tengan algunos (porque los cristianos católicos i sus derivados, no son ni una quinta parte de la población mundial, pese a que digan (i es falso) que existen un mil quinientos millones de fieles a esas doctrinas (esto lo digo yo) pero el Dr. Aguiar se refirió a imponer una creencia, contra un derecho. El Mundo está en unos 6.000 millones de habitantes i para la inmensa mayoría sus dogmas cristianos no valen nada. Lo que vale es el Derecho como ciencia que, cada día se extiende más i se razona debidamente. Atribuimos a Dios una serie de disparates que, como dios no ha podido imponer, i le ofenden. Solamente Dios puede disponer de la vida, pero muchos hombres malos e indecentes la imponen cuando quieren; matan miles de seres humanos por guerras económicas (caso Irak) o muchos países “civilizados” tienen el derecho de imponer la pena de muerte. 2) Que pocos saben distinguir entre Eutanasia Pasiva i Eutanasia activa; confunden con suicidio o con asesinato i otros disparates, porque la inmensa mayoría de los que opinan, sobre todo sacerdotes, son perfectos ignorantes del problema como lo son sobre el aborto i los Derechos de la Mujer. Bastaría con preguntarles qué estudios han hecho o cuantos libros científicos han leído, para comprobarlo. Lo mismo la gente común; cuando se hacen encuestas populares (como he visto en un semanario) las respuestas demuestran que no saben de lo que hablan. Por eso el Dr. Aguiar terminó refiriéndose a algo sumamente actual: cuando el Papa Juan Pablo II decidió no seguir su agonía, luchando contra la muerte inminente (agonía, significa lucha) i no quiso regresar a una clínica a que le siguieran colocando respiradores, marcapasos, sondas gástricas para alimentar, líquidos por las venas, etc. ¿No escogió Eutanasia Pasiva? Claro que sí, i debe saberse, además, que desde años atrás la ciencia i la iglesia la admitieron. Sin embargo, a veces es hasta más cruel que la activa. Precisamente el, caso de Terri Schiavo (al cual también se hizo referencia) es ejemplo de Eutanasia pasiva: se le retiró el último recurso para su vida vegetativa i, aunque no sufrió por estar descerebrada, para los familiares i la gente en general, es “dejarla morir lentamente de hambre” lo que obviamente parece indigno i realmente lo es. ¿Por qué no se le puso una dosis alta de medicamentos adecuados que pusieran fin a su vida vegetativa de una vez? ¿No era, acaso, una muerte más digna i menos patética? Solo los prejuicios religiosos (puros inventos de los hombres i nada “palabra” de Dios) i la ignorancia de los que hablan de lo que no saben (i eso es deshonestidad intelectual) promueven estos casos. Se lucha en la ciencia por la dignidad i la calidad de la vida. ¿Era “calidad de vida” la que no deseaba tener el protagonista “real” de MAR ADENTRO? ¿Era acaso humano, digno i ético condenarlo a vivir? En mis numerosos libros sobre Eutanasia, i en los muchos que llevo estudiándola i en el testamento Biológico que he elaborado, (i trabajos, conferencias i cursos que he impartido) he encontrado muchos casos de personas a la cuales “condenamos a vivir”. Precisamente este Papa, bueno, santurrón, carismático, viajero i todo lo dulce i bello que quieran decir, internamente fue un dictador, un ogro cuyo mejor discípulo en Ratzinger (si llegase a Papa regresaría la iglesia a la Edad Media) que, según dicen los entendidos desde “adentro” del Vaticano, luego de la liberalidad i apertura de Juan XXIII, Juan Pablo II ha sido el Papa que ha retrocedido a la Iglesia más de un cuarto de siglo. Empero, el desenvolvimiento del género humano, los cambios sociales i científicos que vendrán, derrumbarán ese monumento de dogmatismo e intolerancia, que sembró en El Vaticano. Los dogmas, tendrán que seguir desapareciendo poco a poco frente a la ciencia. A veces pienso que no fue exagerado el dicho de Bertrand Russell, cuando se atrevió a decir: “La prehistoria de la Humanidad termina, cuando se acaben las religiones”. Faltarán muchos siglos porque las grandes multitudes son escasas para pensar, como las grandes multitudes ignoran el ajedrez, pero adoran al Fútbol. Por eso seguirán los malos gobiernos, los imperios, las monarquías ridículas e inmorales, los monopolios, los oligopolios, las guerras i los negocios ilícitos i perversos; i el Hombre lobo del Hombre. La ignorancia, las supersticiones i las religiones, abonan el terreno. Quizá impensables descubrimientos planetarios o astronómicos, darán otra visión del cosmos a los seres humanos. I una recomendación final a periodistas i entrevistadores: sean imparciales i, además, averigüen las credenciales de sus invitados, respecto al tema que deseen tratar…¡Hasta en Historia de Venezuela o sobre la obra del Libertador, he visto programas que dan pena! ¡Comprométanse con la Dignidad i la Calidad ética de la vida!
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