El lenguaje es enriquecedor por tanto se nutre constantemente de si mismo. En muchas oportunidades se utiliza para facilitar la comprensión de la audiencia cualquiera que esta sea, utilizando palabras que encajen en el contexto de cada tema. El origen del lenguaje se remonta a la sabiduría popular, de allí la incorporación constante y renovador a las academias de muchos modismos en todos y cada uno de los idiomas.
En el caso del idioma castellano, el cual es hablado por miles de millones de personas en el mundo, esta particularidad existe y continuará ocurriendo en la medida que sean consideradas nuevas incorporaciones. El uso del lenguaje por el vulgo tiene su origen en la expresión popular del como llamar las cosas y se ha impuesto de tal manera aunque en muchas oportunidades no son consideradas en virtud de la no universalización sino por el contrario pertenecer a ciertas regiones o país.
El uso por académicos y otros disertadores, columnistas, escritores entre muchos, de ese lenguaje popular se esconde en lo que consideramos algo así como una excusa cuando se dice “coloquialmente hablando tal cosa” en nuestro concepto expresa una conducta discriminatoria o una forma de no caer o ser tildado de precisamente de otra cosa, es una especie supina y costumbrista el uso al llamado de una palabra que es de uso normal y corriente por la masa. Es como una separación sublime con respecto a la ignorancia que se ha convertido en costumbre inveterada y la podemos ver como intrascendente.
Una de las razones que exponen los que critican a los miembros de La Hojilla es la tal utilización soez del lenguaje cuando se refieren a la calificación de los eventos que se manejan en el programa, de que otra manera puede el pueblo llano entender los enredos mediáticos, es como decir que la calidad está reñida con la necesidad de tener un título universitario. Creemos realmente que la mediocridad debe ser calificativo de quienes a pesar de tener un título, utilizan este de manera banal agrediendo el lenguaje y mas allá de este agreden muchas veces de manera despiadada a quienes son receptores bajo la premisa de la ignorancia.
En fin de cuentas es un asunto de discriminación que conlleva aquello que el Imperio tiene por dentro, lo cual es un profundo miedo por la cultura bien entendida y que millones de seres humanos sumidos en la ignorancia no representan obstáculos en el momento de manejar mentiras, desinformaciones y mucho menos la posibilidad de asimilación de la lógica en el juego de las palabras.
He allí, la gran diferencia entre los gobiernos de la cuarta y lo que se está haciendo en la quinta, que tiene al Imperio saltando sobre sus propios pasos y a la oposición venezolana no dando pies con bola. A propósito se me olvidó mencionar y me perdonan “como se dice coloquialmente”.
rafaelfebles@yahoo.com