Han pasado más de diez años de la aprobación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y aún se puede decir que nuestro país es el único en el mundo cuya Carta Magna está redactada usando lenguaje con equidad de género. Asimilar su uso sin caer en la tentación de burlarse puede resultar una verdadera revolución personal. Vivimos en un país donde a las niñas no se les dice niños. ¿Es cursilería o justicia? ¿Qué cree usted?
Todo esto viene a cuento porque la semana pasada se firmó en el país un instrumento legal que contiene una “advertencia de género”. Quienes lo redactaron decidieron de un solo “reglamentazo” obviar, ignorar, todo lo avanzado en la materia de igualdad en el lenguaje de género, al incluir un artículo que dice lo siguiente:
Del Género. Artículo 4º. La denominación de persona en masculino, tiene en las disposiciones del presente Reglamento un sentido genérico, referido siempre por igual a hombres y mujeres. Reglamento de la Ley para la Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda.
Se lee y no se cree. Las personas que redactaron este reglamento asumieron que bastaba con dejar “asentado” algo así como: nosotros y nosotras respetamos los derechos de la mujer sólo que nos da un profundo fastidio andar con eso de “las y los”…
Para quienes trabajamos en un medio de comunicación la visibilización del género femenino (el masculino tiene miles de años visible, no piensen en los derechos de los hombres por breves segundos), cumplir con esta ¿cursilería o justicia? puede resultar muy fácil o muy cansón. Hay gente a la que incluso le irrita porque le parece “muy chavista”. Es así como la mayoría de los hombres con quienes interactúo manifiestan una actitud entre “burlesca” y “respetuosa” ante la insistencia en respetar el lenguaje de género. “Ahí esta Meche otra vez con su fastidio” leo en ojos desesperadamente masculinos.
Pero, calma, no todo está perdido. Ya se consiguió la fórmula para que nadie se sienta discriminado o discriminada. De ahora en adelante no es necesario respetar el lenguaje de género ni para el femenino ni para el masculino. Entérense madres y padres, hijos e hijas, presidentas y presidentes, abuelos y abuelas, niños y niñas que el reconocimiento del género está abolido, tal como abolió a la pelona José Saramago en su novela Las intermitencias de la muerte. Basta con que se diga siempre: “La denominación de persona en masculino, tiene en las disposiciones del presente Reglamento un sentido genérico, referido siempre por igual a hombres y mujeres”. Caramba compatriotas, gracias, gran idea. A nadie se le había ocurrido. La gran pregunta es ¿por qué donde dice “persona en masculino” no optaron por “persona en femenino”? Lo que es bueno pal’ pavo, es bueno pa’ la pava. Siempre lo he dicho. Es un peo de género.
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@mercedeschacin