La primera vez que oímos a Nora Castañeda hablar de feminismo fue en la Universidad Central de Venezuela. Se iniciaba la década del 80 y la Universidad Central de Venezuela era un hervidero de búsqueda de definiciones y de utopías. Nora descollaba por docente de izquierda, por estudiosa, por marxista, por comprometida, por feminista, por madre de tres hijos y una hija y por un verbo claro que lograba explicar sin gritos y sin vehemencias qué es una sociedad patriarcal, qué es la igualdad de género, qué es ser feminista en Venezuela:
“Muchos hombres dicen que comparten los postulados del feminismo, pero después en su casa son un patriarca machista. Se supone que son hombres de avanzada, democráticos, pero cuando llegan a su casa golpean a su mujer, no necesariamente de manera física, pero plantean cosas como “llego cansadísimo y en esta casa no hay comida… ¿Y tú dónde estabas? ¿En la reunión del consejo comunal? ¿Y qué hacías ahí si estos muchachos parece que no tienen madre?”. El que dice eso es en teoría incluso un revolucionario”.
El nombre de Nora, al lado de otra Nora, la Uribe, Irene Ugueto, Argelia Laya y tantas otras mujeres que han luchado por los derechos de la mujer fueron nuestras primeras “maestras” en esto de creer que los hombres y las mujeres somos iguales y darle vida a eso que dice la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) en su Artículo 21: Todas las personas son iguales ante la ley; en consecuencia: 1. No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona.
La mujer venezolana, con Castañeda, María León, Inocencia Avellana, Nora Uribe y Reina Ratia a la cabeza, logró que la CRBV se escribiera respetando el lenguaje de género, reivindicación poco entendida incluso por nuestras congéneres a lo que Nora respondía con una explicación muy simple: “Nuestro planteo fue el uso de un lenguaje que identifique perfectamente a los sujetos sociales de la Constitución. Y eso se logró.” ¿Como ir en contra de una verdad? Solo con la burla y la descalificación.
Valga recordar que en 1999 existía el Consejo Nacional de la Mujer (que daba muchos consejos que no eran escuchados) que se convierte en Instituto Nacional y luego en Ministerio, espaldarazo del Presidente Chávez al movimiento feminista. En 2001 Nora asume el Banco del Pueblo, luego Banco de la Mujer, hasta su partida. El pasado sábado en la noche llegó la noticia por Venezolana de Televisión: hace 45 minutos falleció Nora Castañeda, dijo Lídice Navas.
Se fue una grande, una imprescindible. Nora es honestidad, es feminismo, es formación, es socialismo, es militancia, es sonrisa franca y reflexión prístina, es solidaridad, es tierra fecunda, es mujer emancipada dueña de su destino… Nora es Matria. Sigamos