Son las 10 de la noche – ¿Sabes en qué anda tu gobierno?. Parecería que la Administración Bush no solo quiere el “cambio de régimen” en Irak. Aparentemente, el gobierno estadounidense ha decidido que el Presidente Chávez de Venezuela también debe irse, sea como sea.
Es verdad, Saddam Hussein es un tirano brutal que ha invadido y amenazado a sus países vecinos – mientras que Hugo Chávez fue elegido democráticamente, no ha mostrado ninguna mala voluntad a sus vecinos, y tolera un bombardeo constante de propaganda virulenta y llena de odio difundida por los grandes medios venezolanos en contra de su presidencia.
Pero estas diferencias pueden desdibujarse, porque ambos han ofendido al gobierno estadounidense, y ambos controlan una cantidad importante de petróleo. Por lo tanto, se puede perdonar a la mayoría de los estadounidenses por tener la misma impresión que los dos lideres, debido a lo que escuchan en los medios. Una editorial reciente en el Washington Post se refería al gobierno de Chávez como “una dictadura”.
Esta semana la principal agrupación empresarial FEDECÁMARAS, apoyada por algunos líderes sindicalistas, convocó otra vez a un paro general en contra del gobierno de Chávez. Aparentemente, buscan el mismo escenario que llevó al golpe de estado del 11 de abril pasado.
En nuestra cultura política amnésica, medio año puede ser una eternidad; más tiempo del que se necesitaría para re-escribir la historia y hacer borrón y cuenta nueva. Sin embargo, fue hace seis meses, el 11 de abril, cuando las fuerzas opositoras derrocaron al gobierno democráticamente electo de Venezuela. Instalaron al líder de la FEDECÁMARAS como presidente y disolvieron la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía General de la República, la Contraloría General, la Defensoría del Pueblo y a los Gobernadores de las entidades federales democrática y legítimamente electos.
Al principio, la administración de Bush apoyó al golpe, retractándose al día siguiente cuando los otros países de América no siguieron sus pasos al desconocer al gobierno ilegal. Y por su puesto que los funcionarios negaron haber tenido rol alguno en el golpe.
Hay un cúmulo de evidencias que permiten sostener lo contrario, y que indican que tuvieron mucho que ver con el golpe. Hubo múltiples reuniones entre funcionarios de la administración de Bush y los golpistas en los meses anteriores al golpe. También sabemos que la oposición recibió dinero del gobierno estadounidense.
Pero más importante aún es el ánimo y apoyo político que da Washington. Los que están intentando derrocar al gobierno venezolano en este preciso instante saben que el gobierno de los Estados Unidos hará todo lo posible para apoyar cualquier dictadura que resulte. Saben esto porque ni la Casa Blanca ni el Departamento de Estado han indicado que un golpe resultaría en sanciones diplomáticas o comerciales en contra de un gobierno ilegal.
Sería un muy fácil para la Administración Bush emitir tal comunicación. Pero aún con las movilizaciones recientes del 21 de octubre y del 2 de Diciembre, con rumores de atentados golpistas por todas partes, nuestros oficiales han mantenido un silencio revelador, y han evitado decir cualquier cosa que desaliente a la oposición violenta.
Los EE.UU. también apoyan la demanda de la oposición de tener elecciones anticipadas. Aunque la constitución venezolana prevé un Referéndum Revocatorio en la mitad del mandato presidencial, la oposición no quiere esperar hasta Agosto.
Hay dos razones para su impaciencia:
Primero, la economía está en plena recesión ahora, pero podría recuperarse antes de agosto. La economía venezolana recibiría una reactivación importante con el aumento en los precios de petróleo que probablemente resultaría de una guerra con Irak. Segundo, la recesión se ha prolongado y profundizado porque los inversionistas están efectivamente en paro en contra del gobierno, sacando dinero del país y reteniendo inversiones, apostando a la esperanza de un nuevo presidente. Como cualquier paro, no puede continuarse indefinidamente.
Por su puesto que no tiene tanto sentido que Chávez llame a elecciones anticipadas como si el Presidente Reagan lo hubiera hecho en 1983, cuando – debido a una recesión y a la alta tasa de desempleo – “sólo” tenía el apoyo del 35% de la población en las encuestas.
Pero la prensa estadounidense – junto con la administración de Bush – piensa que esto sea una demanda perfectamente razonable.
Una retractación publicada en el Chicago Tribune el 20 de abril recibió poca atención pública, pero resume el prejuicio extremo que tienen nuestras organizaciones mediáticas en contra del presidente de Venezuela: “Un editorial este día erróneamente dijo que el presidente venezolano Hugo Chávez había elogiado a Osama bin Laden. El Tribune lamenta este error.”
¡ooops!
(*) Columnista, escritor y co-director del Centro de Investigación Económica y Política (CEPR) en Washington, D.C. (http://www.cepr.net/)