Darella Osio murió. Nadie lo notificó, nadie lo publicó, nadie se enteró. Conocí a Darelia en los foros de APORREA. Era una cámara batalladora, muy lucida en sus ideas y muy franca al expresarlas. Era una revolucionaria a tiempo completa. Para ella la revolución y el comandante tenían un sitial privilegiado en sus buenos conceptos.
Son muchos los medios alternativos que publicaban sus escritos. Uno en particular le debe Darelia Osio, parte de la importancia que tiene hoy en el escenario político. Pero como la solidaridad no es punto de honor en algunos medios revolucionarios, la queja de Darelita, por obtener una pensión merecida para poder lidiar con su precaria salud, murió en el abandono, en la clandestinidad pública del que no tiene valor político para los carroñeros.
Todo el esfuerzo de esta dama por lograr una sociedad justa, donde el derecho a una vida decente fuera centro de acción se fue por el caño, cuando solicitud un auxilio merecido, que no comprado, para poder seguir batallando contra la canalla escuálida y la canalla infiltrada que galopa en la revolución para hacer tanto daño como los gobiernos del pasado, descubrió con pesar que estaba sola, que no contaba para nada ni para nadie. Me consta en los correos de la camarita como ella diligenció una pensión, para poder atender más dignamente su dolencia. Ningún medio “revolucionario la publicó, ningún órgano público revolucionó y proporcionó solución. Simplemente Darelia era solo un numero, un voto, una ficha de tercera ¿Qué carajo le importa a nadie esa gente? Se murió, ¡Bah! solo se perdió un voto, una voz cansada y acogotada por el pesar de su enfermedad. ¡Viva la revolución nojoda, viva Aporrea nojoda!