Una de las cosas mas curiosas que ocurre en el proceso político venezolano es la ausencia aparente de economistas en la defensa de lo que se está haciendo en materia económica a favor de la inmensa mayoría de los venezolanos. Si en algún momento de nuestra historia republicana se puede hablar de una verdadera y real redistribución de la riqueza es en este momento histórico de cambios y transformaciones. Cualquier oposicionísta podría decir que no hay economistas en el campo oficialísta que puedan defender lo que se está haciendo y algún desprevenido que acompaña el proceso podría arrojar dudas producto de lo que podríamos llamar “el prurito del academicismo” en primer lugar y luego por la ausencia sistemática de información económica sencilla y didáctica en los medios de comunicación fundamentalmente en los del Estado.
Creemos que acá se presenta un vacío que ayudaría enormemente a despejar dudas acerca de temas tan importantes como el gasto social, la seguridad social, devaluación, papel de Pedevesa en la redistribución y empuje de programas sociales, las ruedas de negocios que significan y que alcance tienen, además temas relacionados como el papel del Banco Central de Venezuela, el impacto financiero de los bancos estatales, la realidad e impacto social de la ley del Deudor Hipotecario, el combate al latifundio, entre muchos otros .
En fin un conjunto de herramientas que definen la presencia de una Nueva Economía apuntalada por un hecho determinante y definitivo. Que distinto es ejercer política económica bajo el precepto de la soberanía, donde el Estado a través del brazo ejecutor del gobierno define las prioridades, el programa económico y donde poner el acento a la hora de elaborar el presupuesto de la nación, no hay ataduras ni compromisos con grupos económicos que impedían por ejemplo un mayor porcentaje en el Producto Interno Bruto del gasto en educación, programas sociales, salud, etc.
Por supuesto hay muchas incomprensiones en quienes ejercen la materia económica como profesión, producto del dogmatismo generado en las escuelas de economía de las universidades nacionales y el adolecimiento del carácter social abrumado en los pensum de estudios por el monetarismo, el desarrollismo y el neoliberalismo.
Una nueva economía en mi concepto define al nuevo economista compenetrado con la causa social, con la exclusión, con una nueva manera de ver el manejo de variables macro y microeconómicas, no el desarrollo del sistema financiero en detrimento del sector productivo como bien lo definió en los 80 la norteamericana Joan Spiro en cuanto al porcentaje de transacciones del primero con respecto al segundo para la fecha en 60:40, la nueva economía necesariamente por ahora no debe ser una nueva teoría es sencillamente aplicar la lógica social en función de incorporar al trabajo y la producción a millones de seres que estuvieron apartados del beneficio del conjunto de la economía.
Es por ello, que debemos tener mucho cuidado y sobremanera a quienes suponemos de este lado de la acera, con críticas muchas veces sin fundamento acerca de tal o cual medida, de ponerle el acento a la política monetarista obedeciendo a reglas harto conocidas sobre la prolongación o continuidad del valor de la moneda en un período determinado, porque supuestamente atenta contra la salud económica de los menos favorecidos económica y socialmente.
Venezuela en el contexto de la geoeconomía requiere aliados políticos y comerciales, expandir y diversificar su economía produciendo con alto valor agregado para lo interno sustituyendo importaciones en el corto, mediano y largo plazo y entrar con fuerza en las exportaciones de bienes y servicios, circunstancia económica que nos permitirá blindar en el futuro los ingresos de la nación amén de la producción petrolera. En economía no todo es bendito y ortodoxo, a diferencia de la religión no es cuestión solo de fe, es de conocimiento, creatividad, afianzamiento y pragmatismo.
