Ante esta situación el oposicionismo venezolano y los medios apátridas, hacen galas de genuflexión ruin ante el imperio norteamericano al declarar, que la visita de Ahmadineyad representa una “provocación” y una “amenaza para la seguridad de los Estados Unidos”.
Esta anómala conducta cipaya es desestimada por el Gobierno bolivariano con la ratificación hecha por el presidente Chávez, quien reiteró el carácter soberano e independiente de nuestra política exterior y al referirse a las recomendaciones hechas por los Estados Unidos sobre Irán manifestó que: “El imperio yanqui, como llaman a Estados Unidos, da risa al recomendar que los países eviten relacionarse con Irán” y pidió al mandatario estadounidense, Barack Obama que se ocupe de los problemas de su país que son bastantes.
Como se puede observar, en Venezuela no tenemos una oposición seria, con proyecto alguno, ya que su comportamiento cual muchacho de mandado, obedece a cumplir el deleznable y aborrecible papel que el imperio norteamericano les imponga, convirtiéndose así en simples detractores de la patria y la esperanza de realización de los más grandes sueños del pueblo venezolano en su lucha por lograr su redención social.