Hoy por hoy he venido desempeñando una labor que francamente no disfruto para nada, pero siento que es mi responsabilidad realizar. Me he convertido en el corrector del Sr. William Ojeda, quien de vez en cuando nos deleita (o nos asusta) con sus columnas de opinión en el periódico Ultimas Noticias.
En su entrega del día viernes 8 de abril de 2005, Ojeda se atrevió a decir que Juan Pablo II sufrió el comunismo siendo niño, cuanto en realidad Karol Wojtila ya tenia 25 años cuando las tropas soviéticas ocuparon Polonia al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Sin dejar de lado el tema de la historia de Europa de mediados del siglo XX, de la cual Ojeda demuestra tener un desconocimiento casi total, ahora nos ofrece una columna titulada La Lista de Hitler (Ultimas Noticias, 22-04-05), en la cual el autor pretende comparar la llamada Lista Tascón con el holocausto que sufrieron 6 millones de judíos en Europa durante la represión hitleriana.Aparte de ser absurda e ilógica, esta comparación resulta sumamente ofensiva, ya que en lugar de exagerar los efectos de la Lista Tascón, lo que hace es banalizar y reducir a un mínimo lo que realmente fue un mecanismo sistemático de destrucción y muerte en contra de judíos, gitanos, homosexuales, socialistas, comunistas, etc. Veamos lo que en realidad significa esta reflexión.
En el peor de los casos, la Lista Tascón exime a un segmento de la población a ocupar posiciones claves dentro del gobierno. Huelga destacar que tal discrimen también es aplicado por la empresa privada a la hora de evaluar la contratación laboral de seguidores del chavismo. Si le damos el beneficio de la duda al señor Ojeda, se podría afirmar que algunos de los que firmaron en contra del Presidente Chávez (digo algunos, porque definitivamente no son todos ni todas) han sufrido económicamente, pero hasta ahí. Ningún firmante ha sido llevado a ningún campo de concentración. Ningún firmante ha sido torturado, ningún firmante ha sido objeto de experimentos científicos, etc.Más allá de lo que yo pueda opinar sobre un tema tan delicado como el Holocausto judío, he decidido incluir en esta columna las opiniones de judíos de nacionalidad venezolana y residentes de la ciudad de Caracas. El primero se llama Román Chomiak Krauss quien opina que el Señor Ojeda “no sabe lo que dice. El Holocausto es una cosa y la Lista Tascón es otra completamente distinta. La Lista Tascón se trata de personas y el Holocausto trata de asesinatos. Creo que la comparación está mal proyectada y no debería ser”. Alexander Bremer, expresa lo siguiente: “yo tengo que ver con mis propios ojos eso, me parece mentira, sencillamente no puedo creer que alguien se atreva a politizar el Holocausto”. Carla Cohen afirma “yo estoy totalmente en contra de Chávez, también de la Lista Tascón. Vivimos un régimen muy malo y cada vez el país esta peor, pero el sufrimiento de los judíos en Alemania es incomparable, creo”. Carlos Koslowsky expresó su malestar al afirmar que “definitivamente el Sr. Ojeda juega a la política con el sufrimiento ajeno. Si sus padres o hijos hubieran padecido lo que padecieron los judíos en Europa durante la Segunda Guerra Mundial de seguro no hablaría así”. Repetidamente traté de contactar a Anabel Jaroslavsky, quien es la Directora del Club Hebraica de Caracas, pero desafortunadamente la Señora Jarolslavsky no estuvo disponible para comentar al respecto.
En definitiva el afán de protagonismo del Señor Ojeda raya en el cinismo, y su ignorancia solo contribuye a la intolerancia y el irrespeto.Siempre he pensado que así como existen fiscales de tránsito y fiscales ambientales, deberían también existir fiscales de la historia, que se encarguen de sancionar a aquellas personas que destruyan conciente o inconcientemente la memoria colectiva.
Winston Churchill solía decir que la historia es la herramienta política del presente. Yo agregaría que el mal uso de la historia solo contribuye a la distorsión política y al desentendimiento entre los seres humanos.Yo los invito para que todos los días del mundo roguemos porque a William Ojeda no se le ocurra escribir nada sobre historia de Europa.