No se entiende cómo los dirigentes de la clase obrera venezolana no están promoviendo a los cuatro vientos la reducción de la jornada laboral a 6 horas como uno de los cambios trascendentes que debe incluirse en la nueva Ley del Trabajo.
Esto es una de las evidencias más claras de las deficiencias de estos “líderes”, quienes seguramente una vez que Chávez lo anuncie se convertirán en repetidores y nos atormentaran después de tanto hablarnos del asunto.
Ya se ha hablado de la retroactividad de las prestaciones sociales, estas fueron conquistas que el neoliberalismo le arrebato a la clase trabajadora, imprescindible que la Revolución Bolivariana vuelva las cosas a su lugar en este particular. Ahora debemos dar un salto cualitativo y sin complejos asumir que se está a favor del Capital y de sus intereses o se está verdaderamente a favor de los trabajadores.
Sorprende el mutismo que en torno a este asunto de reducción de la jornada muestran el PSUV, las organizaciones de base y los cuadros o dirigentes sociales del proceso. Restan cerca de 90 días para que, según el anuncio del propio Chávez, se esté presentando la nueva Ley del Trabajo, ¿dejará la Revolución pasar esta oportunidad de cuadrarse con los trabajadores reduciendo la jornada laboral?, en esta Revolución, preñada de contradicciones, y signada por los avances y retrocesos, ¿ganará este round el Capital o la clase trabajadora?.
Ya sabemos cual es la posición que en cuanto al tema tienen quienes se oponen a Chávez y a la Revolución, esperemos la misma claridad de quienes por razones ideológicas debemos apoyar la reducción de la jornada laboral, la Revolución y fundamentalmente a la clase trabajadora históricamente enfrentada al Capital y sus intereses.
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