Publicar una columna hoy, a 20 años del 4 de febrero de 1992, pudiera ser una tarea fácil por todo lo que se puede sobre esta importante fecha. Que fue un momento crucial para el despliegue de la unión cívico-militar, que significó un punto de inflexión desde la institución militar ante un sistema plagado de injusticias y que acentuó la aurora que desde febrero de 1989 anunciaba un nuevo amanecer político han sido enfoques recurrentes y sobre los que sería casi redundante continuar.
Este año de grandes y complejos retos quiero analizar la fecha desde una perspectiva distinta, tomando como piedra fundamental el principal espíritu de la fecha: la rebeldía. Una rebeldía propositiva, sumamente crítica y al servicio de las causas más nobles, hechas verbo en la construcción del proyecto–país. Hoy, como en 1989 y 1992, estamos llamados a ser rebeldes, ahora contando con nuestra Constitución Bolivariana como una poderosa aliada. Sólo un Pueblo conciente como es el venezolano, luego de despertar del aletargamiento al que fue sometido durante la IV República y aún mucho antes, está hoy capacitado para blandir esta rebeldía y asumir con todos los hierros el ejercicio protagónico de la democracia republicana que señala la Carta Magna.
El tránsito hacia esa profundización, que puede ser vista desde avances políticos y legislativos recientes como el despliegue del Poder Popular, no puede ser sino cada vez más rebelde, más crítico y más autocrítico, dando un paso adelante en la identificación de aquellas áreas donde persistan fallas y que han sido alzadas como banderas por parte de los adversarios políticos. Y si bien es cierto que éstos muchas veces manipulan y tergiversan, ¡miren que la blandura en la crítica y la autocrítica ha sido en demasiadas oportunidades la principal responsable!
¡Seamos rebeldes, enarbolemos la crítica, revisemos nuestras prácticas, cumplamos mejor nuestra responsabilidad por poca que parezca, ahondemos en la construcción de la Patria Buena, enderecemos los entuertos y profundicemos la Revolución! Allí está el mejor tributo que podemos rendir a la Patria este 4 de febrero.
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