El anuncio del Presidente Maduro de dar un “sacudón” a todos los procesos de la administración pública para optimizar el Estado ha sido un tema recurrente en las discusiones de las últimas semanas. Por sacudón popularmente se entiende a un estremecimiento que incide positivamente, reajustando y mejorando lo sacudido. Pero para que sea tal debe haber más que palabras o buenas intenciones: debe haber una praxis contundente.
Hacer de verdad un sacudón no es un asunto meramente semántico o de deseos, lo que ha quedado más que demostrado con las 3R, las 3R al cuadrado y el Golpe de Timón, todas iniciativas exigidas por el Comandante Chávez. Hace falta mucho más: esa praxis verdaderamente transformadora y ejemplarizante, resuelta a abrir sus sentidos y su comprensión, a ser profundamente plural, contundentemente justa y a demostrar que siempre existen mejores formas de ser y de hacer. Un legítimo proceder revolucionario acepta las críticas y es capaz de demostrar desde su praxis que éstas pueden ser un motor con la potencia suficiente para impulsar la Revolución hacia nuevos y mejores momentos.
Debemos considerar este llamado del Presidente Maduro como una nueva oportunidad de hacer lo que hace mucho ha debido hacerse: la revolución dentro de la revolución, abriendo muy bien los ojos y la comprensión para reconocer lo que está bien y muy especialmente para ser capaz de observar aquello que no lo está, aceptando las críticas propositivas, sin prejuicios. El Estado debe estrechar aún más los lazos con el Poder Popular, con las organizaciones sociales y con los múltiples espacios en los que hoy se hace la Revolución; debe ver sus entrañas y desmarañarlas para hacerlas menos burocratizadas y concentradas; debe ser cada vez más transparente y honesto. Para ello hay una fórmula infalible: creer en el Pueblo y en sus poderes creadores, como muy bien lo rezó Aquiles.
Tenemos al frente una nueva oportunidad histórica, creo no exagerar al decirlo, de dar un salto adelante y consolidar la Revolución. Tanto desde el Congreso del PSUV como desde el resto de las instancias desde las cuales desde el pueblo hacemos política –que hoy son muchas gracias a la transformación cultural apalancada por el Comandante Chávez-, deben emerger propuestas que logren sacudir y estremecer aquello que deba sacudirse y estremecerse para afinar la puntería hacia el socialismo venezolano.
